(Minghui.org) He estado aclarándole a la gente la verdad sobre la persecución a Falun Dafa desde 2008. En 2011, me arrestaron dos veces y me enviaron a un campo de trabajo forzado. Como resultado, también perdí mi empleo.

Reflexionando, a pesar de hacer las tres cosas y haber practicado Falun Dafa por más de diez años, no me estaba cultivando seriamente. Así que decidí buscar  en lo profundo de mí mismo, desde la infancia hasta el presente.

Para mi sorpresa, me di cuenta de que mi temperamento no había cambiado mucho a pesar de los muchos años de cultivación. El egoísmo, la estrechez mental, la cobardía y la impaciencia siempre me han definido.

Me resultó más fácil soltar mis apegos una vez que comencé a eliminarlos de forma proactiva. Después de abandonarlos, obtenía mejores resultados al hablar a otros sobre Falun Dafa y acerca de la importancia de renunciar al partido comunista.

Hay un viejo proverbio chino que dice que es más fácil modificar montañas y ríos que cambiar la personalidad propia.

Después de atravesar muchas vidas, nuestro carácter innato en relación con Verdad-Benevolencia-Tolerancia se ha visto enterrado por el egoísmo. Crecer bajo la ideología comunista también nos expuso a conceptos  mentales retorcidos.

Nuestras relaciones son propiciadas por el yeli (karma) de nuestras vidas pasadas. Por ejemplo, podemos sentirnos especialmente cerca de ciertas personas, pero tener conflictos irresolubles con otros. Por lo tanto, durante ciertas situaciones, las viejas fuerzas aprovecharán nuestras particularidades y relaciones con los demás para desviarnos al camino de las viejas fuerzas.

Por ejemplo, a algunos practicantes les encanta hablar. Pueden hablar sin parar durante horas, incluso sin tener en cuenta si los demás no disponen de tiempo, se ofenden o se distraen.

Algunos son descuidados en cuanto a la seguridad de su celular. Ni siquiera escuchan cuando otros practicantes se lo señalan.

Los que poseen un temperamento nervioso, envidia y competitividad también son utilizados por las viejas fuerzas, y su naturaleza demoníaca causa daños a las cosas que los practicantes deben hacer.

Algunos practicantes son tranquilos y capaces. Ayudan al resto de practicantes en todo, y como resultado, acaban tan ocupados que no les queda tiempo para estudiar el Fa.

Un practicante que conozco era muy competitivo. Venía de una familia que lo apoyaba y tenía un trabajo bien pagado. Era un cultivador diligente que coordinaba muchos proyectos. Sin embargo, las viejas fuerzas expandieron sus apegos al ego y la fama, y finalmente lo arrestaron y condenaron a prisión, causando una gran pérdida en su área.

He notado que los diligentes tienen temperamentos muy serenos. Otros practicantes se han mejorado, pero siguen molestándose cuando surgen desacuerdos.

También hay practicantes que no tienen conciencia de su propio estado, ya que les gusta escuchar lo que les gusta escuchar y se enojan cuando las cosas no son acordes a sus pensamientos. Algunos son fácilmente manipulados por las viejas fuerzas porque les gusta hacer cosas basadas en sus pasiones.

El Maestro enseñó: "Si tienes mal temperamento, entonces cambia; quien refina gong tiene que ejercer Ren" (Novena lección, Zhuan Falun).

Como practicante, debemos mantener la calma y no dejar que nuestras emociones nos sobrepasen. Un mal carácter incluye muchos aspectos que deben mejorarse, ya que muchos apegos permanecen ocultos en capas sobre capas.