(Minghui.org) La gente naturalmente quiere escuchar cosas agradables, pero los practicantes deben ser diferentes. Los principios que guían a los practicantes son a menudo lo contrario de los que se encuentran en la sociedad.

Sin embargo, sabiendo esto, las palabras de mis compañeros de práctica me parecieron bastante desagradables.

Hace unos días fui a casa de Alice y compartimos nuestras experiencias de cultivación. Ella se alegró al ver que yo estaba examinando mis propios pensamientos y mi comportamiento, y luego contó una anécdota.

Alice dijo que Betty se había encontrado con una nueva practicante en la casa de otro practicante en 2017. La nueva practicante estaba instalando un sistema de satélite de la Televisión NTD en ese momento. Betty le dijo que la nueva practicante tenía una verdadera facilidad con las palabras. La implicación fue que a ella no le había caído bien la nueva practicante. Betty le preguntó a Alice quién era la nueva practicante, pero Alice se negó a hacer comentarios.

Me reí después de escuchar esta historia porque resulta que yo era la nueva practicante según las palabras de Betty. En realidad, yo sabía cuál era mi problema.

El tema preocupante, que se manifestó en mí, también ha sido un problema común entre otros practicantes: Saben cuáles son sus apegos, pero no están dispuestos a eliminarlos.

El Maestro dijo:

"Entonces, ¿no son cosas muy buenas? Así que sea que te encuentres con cosas buenas o malas, mientras te cultives en Dafa, son todas positivas, de seguro" (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005).

Sé que estoy lejos de cumplir con los requisitos del Maestro. Las veces que me he sentido disgustada conmigo e incómoda, no he considerado los recordatorios de otros practicantes de que estas dificultades son en realidad cosas buenas. ¿Cómo podría mirar incondicionalmente dentro de mí?

Si Alice me hubiera contado la anécdota antes, me habría sentido muy incómoda, seguro. ¿Cómo podría sentirme cómoda cuando un practicante, a quien ni siquiera conocía, decía algo así?

Pero de repente me sentí profundamente agradecida, y le agradecí a Betty por no tener pelos en la lengua. Me sentí envuelta en una luz brillante.