(Minghui.org) Nací en una familia intelectual. Después de egresar de la escuela secundaria, entré en una universidad muy conocida de Beijing. Me casé con una persona que solo tenía una educación primaria. Mi marido fumaba, bebía alcohol y jugaba. A mí me gustaba el arte y la música. A menudo nos peleábamos, así que le pedí divorciarnos, pero él se negó.

Un compañero de trabajo me presentó Falun Dafa en la primavera de 1999, y empecé el camino de cultivación. Me recuperé de la rinitis, hiperplasia mamaria y otras enfermedades. Cambié totalmente y nunca más fui infeliz.

Visiones asombrosas

Unos 10 días después de haber obtenido Dafa, vi que el libro Zhuan Falun emitía luz blanca. Una rueda del tamaño de un neumático de coche apareció delante de mí, girando. Tres pequeños Falun amarillos salieron de la rueda. Estaba nerviosa y emocionada. Me di cuenta de que Shifu me animaba a seguir fortaleciendo mi confianza en la cultivación de Dafa. A menudo veía palabras en Zhuan Falun que se volvían tridimensionales y emitían luz dorada o multicolor.

Cuando mi hijo tenía dos años, a menudo le leía el Fa y le hacía escuchar las conferencias de audio de Shifu. Le contaba historias de cultivación de una manera que él podía entender y le enseñaba a ser un buen niño. Siempre escuchaba con gran interés. En dos ocasiones, mientras le leía el Fa, vi a una persona que se veía igual que él sentada sobre su cuerpo dormido. Me di cuenta de que la conciencia principal de mi hijo había surgido y estaba ansioso por estudiar el Fa.

El ojo celestial de mi hijo estaba abierto. A menudo veía a los coloridos Falun y a seres divinos, lo que me impulsó a cultivar diligentemente y a cuidar de este pequeño Dafa dizi.

Avergonzados por tener miedo

Varios meses después de haber empezado a practicar Dafa, Jiang Zemin (el exlíder del partido comunista chino) lanzó la brutal persecución a Falun Dafa. Sin embargo, estaba segura de que Dafa y Shifu eran buenos y seguí practicando Dafa con mi hijo.

Funcionarios de mi pueblo y la policía local me acosaron en mi casa y en mi lugar de trabajo. Mi marido estaba asustado y trató de impedir que practicáramos Dafa.

Mi hijo y yo distribuimos material informativo sobre Dafa por la noche, cuando mi marido iba a jugar al Mahjong. Había grandes campos de maíz donde vivíamos, y era realmente aterrador salir de noche. Una noche mi hijo gritó: "¡Mamá, mira! Shifu está sentado en el camino frente a nosotros". Después de eso, ya no tuve miedo.

En otra ocasión, mi hijo y yo fuimos a una pueblito a distribuir materiales. Llegamos a una casa y un perro empezó a ladrar muy fuerte. Jalé a mi hijo y huí. Más tarde mi hijo me dijo: "Mamá, ¿por qué tienes tanto miedo? Había un grupo de Pusas rodeándonos!". Solo tenía cinco años y, sin embargo, se mantuvo en calma. Sentí vergüenza por no poder mantener la calma en situaciones difíciles.

Shifu dijo: "que sólo permaneciendo inamovibles podrían manejar todas las situaciones" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Canadá, 2005).

Tácticas policiales no funcionaron con un niño pequeño

Una noche en el 2002, personas del comité de administración de mi pueblo, de la comisaría de policía local y de la oficina 610 irrumpieron en mi casa. Trataron de llevarme a un centro de lavado de cerebro, pero mi esposo trató de impedírselos.

Consiguieron que mi esposo dejara nuestra casa y luego nos llevaron a mi hijo y a mí al centro de lavado de cerebro. Intentaron intimidar a mi hijo. Se negó a responder a ninguna de sus preguntas.

La policía siguió acosándonos. También vinieron a mi lugar de trabajo para presionarme para dejar de cultivarme. Mi marido trató de impedir que practicáramos Dafa. Me pegó y rompió mis libros de Dafa. Sabía que no podía impedirme practicar Dafa.

Durante varios años, cada vez que mi hijo escuchaba una sirena de la policía, se ponía muy nervioso. Cuando veía un coche de policía en el pueblo, pensó que venían a arrestarme. Sufrió tanto a una edad tan temprana, y eso le afectó mucho.

Arrestado por practicar Dafa

Cuando llevé a mi hijo a la escuela a finales del 2004, fui arrestada por tres policías encubiertos. Estuve detenida en la estación de policía durante un año. Luego, me sentenciaron a un año y medio de prisión. Mi hijo tenía siete años y sufrió emocionalmente por estar separado de mí.

Le preguntaba a su padre todo el tiempo: "¿Cuándo volverá mamá a casa?". Su padre lloraba todos los días, y su abuela parecía preocupada todo el tiempo. Mi hijo los consoló diciendo: “No estén tristes. Mamá llegará pronto a casa”.

A mi hijo finalmente le permitieron visitarme en prisión luego de un año. Durante la visita, mi cara estaba cubierta de lágrimas, pero él se mordía la lengua para no llorar.

Mi suegra me dijo que en el camino a la cárcel, mi hijo le pidió a ella y al padre que no lloraran cuando me vieran porque podía hacerme daño. ¿Si no hubiera practicado Dafa desde que era pequeño, sería posible que tuviese tanta compasión y autocontrol?

Salí de prisión en 2009. Mi marido vivía con otra mujer, mi suegra había fallecido dos años antes, y mi hijo vivía en la escuela secundaria a la que asistía y solo volvía a casa los fines de semana.

Fui arrestada de nuevo luego de nueve meses y sentenciada a dos años y medio de trabajo forzado. Cuando finalmente me liberaron del campo de trabajo, mi esposo se divorció, pero mi hijo se quedó a vivir conmigo.

Dejando de lado el sentimentalismo

Antes de que comenzara la persecución, tenía un trabajo estable como profesora en una universidad. Me quedé sin un centavo después de mi divorcio, así que mis padres me dieron apoyo financiero. Alquilé un apartamento y encontré trabajo. Mi hijo y yo empezamos una nueva vida de la nada.

Cuando mi hijo estaba en la escuela secundaria, jugaba juegos de computadora todos los días después de la escuela. A veces se quedaba en un bar con Internet durante la noche. Se había sumergido en la sociedad común, había dicho palabras sucias y tenía una mirada cínica en sus ojos.

Estaba ansiosa por él y no sabía qué hacer. El Maestro dijo: "Sus cuerpos están controlados por el futi, el cual las pone patas para arriba, gritando y chillando" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Siempre había pensado que el "estado de qigong" no tenía nada que ver conmigo. Nunca pensé que tenía un fuerte sentimentalismo hacia mi hijo. Perdí la cabeza y le grité. ¿No perdí el control de mí misma?

Me tranquilicé y miré hacia adentro. Me di cuenta de que tenía cierta responsabilidad por lo que mi hijo había pasado, aunque la causa fundamental era la persecución de Falun Dafa por parte de Jiang Zemin.

Al darme cuenta de esto, cambié mi temperamento y traté de encontrar los puntos fuertes de mi hijo. Lo animé y dejé de lado mi sentimentalismo hacia él. Lo traté como a una persona que debía ser salvada. Hablé con él en un tono paciente y gentil y a menudo enviaba pensamientos rectos para limpiar los factores malignos que lo controlaban.

Poco a poco su actitud se fue suavizando y comenzó a hablarme de los problemas que enfrentaba. Pronto comenzó a estudiar el Fa conmigo de nuevo y trató de mejorar su comportamiento. Ocasionalmente todavía fumaba, bebía y jugaba juegos de computadora. Pero, no estaba irritado y en cambio mostré mi interés por él, su trabajo escolar y su vida.

En el penúltimo año de la escuela secundaria, ascendió de ser el último al mejor de su clase. Sus maestros y compañeros de clase se sorprendieron por sus cambios. Pero seguía adicto a los video juegos. Bajé artículos del sitio web de Minghui acerca de jugar video juegos para mostrarle el daño que causaban.

Envié pensamientos rectos en el dormitorio de mi hijo. Después de terminar de enviar pensamientos rectos, descansé un rato en la cama de mi hijo y me desperté con demonios que me pellizcaban. Me pregunté por qué seguían demonios allí luego de haber enviado pensamientos rectos. Me di cuenta de que esta habitación no estaba limpia. Mi hijo jugaba a los video juegos, y la habitación estaba llena de vidas de nivel bajo, vidas extraterrestres y toda clase de demonios. Envié pensamientos rectos de nuevo. Sentí una enorme energía saliendo de la palma de mi mano, y el Falun en mi ojo celestial estaba girando rápidamente. Me di cuenta de que Shifu me estaba reforzando.

Poco después, mi hijo me dijo que había regalado su tarjeta de juegos y que estaba decidido a no jugar más a los video juegos.

Mi hijo se ha convertido en un practicante maduro con una personalidad alegre. Shifu nunca lo abandonó, y ahora Dafa está profundamente arraigado en su corazón. Tratamos de ser buenas personas siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Durante esta persecución, los hijos de los practicantes de Dafa han sufrido tribulaciones que la gente común no puede imaginarse. Al llegar a casa luego de estar encarcelados, muchos practicantes se sienten impotentes para corregir los cambios en sus hijos. De hecho, el desempeño de sus hijos también refleja el estado de cultivación de los padres.