(Minghui.org) Después de leer un artículo de un practicante titulado “Dejando ir el sentimentalismo, lujuria, y deseo para pasar la trampa mortal de los cultivadores” en la página web en chino, recordé una practicante que conocía y que murió.

Ella tenía 58 años cuando murió, y era una señora muy linda que solo parecía tener 40. Trabajábamos muy bien juntas cuando repartíamos materiales de Dafa a la gente.

Un día, ella sacó un volante y me preguntó por qué el suyo parecía mas oscuro que el de los demás, a pesar de que venían de la misma impresora. Yo me quedé sorprendida de verlo también, pero no sabía qué pensar.

Un tiempo después, la hermana de esta practicante me dijo que estaba hospitalizada por leucemia. Mientras estaba en el hospital, ella le confesó a su hermana –que también es practicante– que tenía un novio que había conocido por Internet y que estaban teniendo relaciones íntimas.

Él tenía unos 40 y era dueño de una mina de oro. Le había dado más de 100.000 yuanes a ella. Fue entonces que entendí por qué sus volantes eran más oscuros: ella tenía el apego a la lujuria (lujuria y color son el mismo carácter chino).

Desde ese momento, compartió conmigo unas cuantas advertencias que tuvo en el pasado. Una vez, íbamos a ir a repartir materiales, pero su novio la llamó. Fue directamente a verlo. Pero tan pronto como salió de la casa, se cayó de rodillas.

Aun así, no se dio por aludida y fue a ver a su novio igual. Incluso aun cuando se dio cuenta de que su cultivación podría acabarse si seguía por ese camino, pero aún así ignoró la advertencia.

Tuvo algunas visiones, las cuales intentaban recordarle que ella era de un reino bello y elevado –muchas bellezas celestiales la rodeaban en su visión. Era una visión tan preciosa de un mundo donde incluso los pájaros eran dorados.

Cuando las viejas fuerzas finalmente vinieron por su vida, se dio cuenta de lo que había pasado, pero era muy tarde.

Las viejas fuerzas habían intentado quitarle su vida antes, pero Shifu las detuvo un par de veces. Una vez, un auto estuvo a punto de chocarla pero se detuvo a último momento. Otra vez, casi se cae en un pozo, pero sintió una gran mano que la paró y la salvó.

La cultivación es tan seria; la lujuria y el deseo son trampas mortales para los cultivadores. Necesitamos aprender esta dura lección. Las viejas fuerzas se aprovecharán de cualquiera y de todos los corazones de apego humanos que tenemos y los usarán como una excusa para destruirnos. Asimilémonos verdaderamente a Dafa y eliminemos todos los apegos para no decepcionar a Shifu.