(Minghui.org) Me arrestaron por distribuir folletos de Falun Dafa en 2004. Me condenaron a cuatro años de prisión y me mantuvieron en la prisión de Lanzhou. Escribí una declaración de garantía prometiendo dejar de practicar Falun Dafa porque ya no pude soportar la tortura.

Una vez que mi mente se volvió a aclarar, lamenté haber traicionado a Dafa y me sentí indigna de la compasión del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa). Un día, pensé: independientemente de si Shifu me trata como su discípula o no, seguiré cultivándome.

Luego escribí los títulos de los poemas en Hong Yin en un pedazo de papel y los escondí dentro de un libro que tomé prestado, para que los colaboradores no vieran lo que estaba haciendo.

En el descanso fingía leer ese libro, cuando en realidad leía los poemas y los recitaba. Al principio solo podía sentarme en la posición de doble loto durante 30 minutos mientras recitaba los poemas. Más tarde pude sentarme por una hora entera sin sentir ningún dolor en mis piernas.

Cuanto más recitaba los poemas, más fuertes se volvían mis pensamientos rectos. También comencé a hacer el ejercicio de meditación sentada nuevamente durante nuestro tiempo libre al final del día.

Eliminando el miedo a hacer una declaración solemne

Durante el último año de mi condena de prisión, decidí escribir una declaración solemne para anular la "declaración de garantía" que había escrito en contra de mi voluntad.

Había otros seis practicantes conmigo en la prisión. Compartí mi experiencia y los animé a considerar tomar la misma acción. Les preocupaba que al escribir la declaración fueran más severamente perseguidos. Como no tenía miedo les dije: "Lo peor que pueden hacer es encerrarnos en régimen de aislamiento, golpearnos o torturarnos con picanas eléctricas". Más tarde dos de los practicantes decidieron escribir sus solemnes declaraciones conmigo.

Unos días después, un guardia me llamó. Miró mi declaración solemne y dijo: "¿Hablas en serio?". Dijo que le daría la declaración que escribí a su supervisor. No tuve miedo y aproveché la oportunidad para aclararle los hechos de la persecución mientras me escuchaba atentamente.

Varios días después me dijeron que mi condena había sido reducida y que me liberarían para regresar a casa en cualquier momento. Los colaboradores también dejaron de vigilarme. Los guardias empezaron a saludarme e incluso me dieron 30 yuanes para que pagara el pasaje de autobús cuando fuera liberada.

Aclarando la verdad

Estando ya en casa, los oficiales de la estación de policía local llegaban para "controlarme" cada pocos días. Un día, el oficial en jefe llevó a varias personas a mi casa y me advirtió: “Tienes que comportarte y no decir cosas al azar. Estos tipos son de la provincia o del condado".

Lo ignoré y hablé abiertamente sobre Falun Dafa y la persecución. Le pregunté al hombre que parecía estar a cargo: "Si fueras yo, cuyas enfermedades no podrían curarse y no tuvieras dinero, ¿qué harías?".

Él asintió con la cabeza y les indicó a todos que se fueran. Al salir, uno de ellos dijo: “Soy la persona a cargo del condado. Ven a verme cuando tengas tiempo”.

En otra ocasión, un familiar me invitó a la boda de alguien. Antes de que comenzara la ceremonia, vi un retrato de Mao Zedong colgando en el patio. Envié pensamientos rectos inmediatamente. Poco después, dos personas tomaron la foto y la reemplazaron con un gran recorte de papel con el carácter chino "Buena fortuna".

Mientras hagamos las cosas de acuerdo con el Fa, Shifu nos ayudará. El Maestro dijo:

"Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo"

(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II))

Gracias Maestro por vuestra salvación. Haré bien las tres cosas.