(Minghui.org) En marzo de este año comencé a clarificar los hechos sobre Falun Dafa a las personas chinas en un sitio turístico de mi ciudad. Atesoré esta oportunidad porque fue la primera vez que salí a contar los hechos sobre Falun Dafa. En el comienzo, no sabía qué decir. Me hice a un lado, enviando pensamientos rectos mientras escuchaba lo que decían los otros practicantes a los turistas.

Entonces me di cuenta de que no sabía mucho sobre el partido comunista chino (PCCh). Había leído los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista y el Objetivo final del comunismo, pero no lo entendí realmente y, como resultado, no pude expresarlo con mis propias palabras.

Luego leí mucho y escuché las grabaciones de audio de los Nueve Comentarios y el Objetivo final del comunismo mientras estaba lavando ropa, comiendo y caminando. Intenté memorizar el contenido y volvería a reproducir las secciones si no las entendía del todo.

Con el fortalecimiento del Maestro Li, pude trabajar con otros practicantes para aclarar los hechos a los turistas chinos. Otros practicantes enviaron pensamientos rectos mientras hablaba con los turistas.

Cuando los turistas me preguntaban si era estudiante, les dije que no, que estaba trabajando para los medios. Luego me admiraron porque pensaban que no era fácil para una joven lograr establecerse en América.

No dije esas cosas para presumir, porque sabía que el Maestro me dio todas estas cosas. Le dije que es porque busco darles a los turistas una buena impresión de los practicantes de Dafa para facilitarles la aclaración de los hechos.

Muchos de ellos pensaban que los practicantes eran lamentables y eran como las personas en el incidente de autoinmolación en la Plaza de Tiananmen. Me preguntaron repetidamente si practicaba Falun Dafa.

Les dije: “Sí, comencé a practicar cuando era niña, y llevo practicando ya 20 años”.

Luego me miraron de arriba a abajo, y les pregunté a cambio: “¿Crees que tengo problemas mentales o me parezco a alguien que se prende fuego?". se quedaron en silencio.

Haciendo contacto directo con las personas Chinas

Un día le clarifiqué los hechos a una mujer que era budista laica. Me escuchó pero no creía que el PCCh había hecho tanto mal.

Le conté que el PCCh sustrae órganos a practicante para su lucro, y me dijo que le muestre evidencia. Se sintió perpleja cuando le mostré los nombres, tiempos, y direcciones de los hospitales que llevan a cabo la sustracción forzada de órganos.

Además le mostré los videos en YouTube sobre Falun Dafa. Se sintió abrumada y expresó su gratitud hacia mí.

Ella me dirigió a su punto de reunión y me dijo quién era la persona a cargo. Me animó a aclarar los hechos a otras personas, pero me faltaron pensamientos rectos y me asusté un poco porque nunca había aclarado la verdad a un grupo.

Pero me alentó y empecé a hablar con una pareja mientras ella me ayudaba y me elogiaba por mi amabilidad. Aunque no todos en ese grupo se retiraron del PCCh y sus organizaciones afiliadas, ella me abrazó y me estrechó la mano antes de irse. Todos me observaron.

Una vez me encontré con una pareja con su hijo. Primero hablé con el hijo, pero él no me escuchó y me interrumpió cuando le aclaré la verdad a sus padres.

Luego hablé con otros miembros del grupo cercano mientras esperaba que se fuera para poder ayudar a sus padres a retirarse del PCCh y sus organizaciones afiliadas. Pero se quedó.

Le pedí ayuda al Maestro, y se fue. Aproveché la oportunidad y ayudé a la mujer a renunciar al PCCh.

El marido continuó escuchándome y pareció comprender luego de que terminara de hablar. Accedió a renunciar al PCCh, y me sentí feliz por ellos.

Un día traté de clarificarle los hechos a un hombre que estaba sentado en una banca que parecía ser de China continental. No quiso escucharme.

Luego toqué un punto que a él le interesaba, y otros practicantes enviaron fuertes pensamientos rectos cerca. Cambió y se retiró del PCCh.

Nos agradeció por contarle los hechos sobre Falun Dafa y dijo que los practicantes eran muy amables.

Algunas veces expliqué la historia y las características de los edificios en los puntos turísticos a los turistas chinos y los ayudé a tomar fotos. Con esto logré una buena base para clarificarles los hechos más tarde.

En una ocasión nos cruzamos con tres turistas. Dos practicantes conversaron con dos de ellos y yo tranquilamente hablé con el tercero.

Usamos diferentes formas de clarificar la verdad a diferentes personas. A algunas personas les gusta charlar, mientras que a otras les gusta hablar en voz baja.

Hablamos con ellos simultáneamente, así que los tres entendieron y accedieron a renunciar al PCCh.

Una vez conocí a una pareja de ancianos. El marido estaba en contra nuestra y discutía en voz alta con los practicantes mientras su esposa permanecía allí en silencio, así que hablé con ella en voz baja.

Un día en el metro, mientras viajaba al trabajo, me encontré con una pareja de jubilados que me dio su número de teléfono. No les hablé sobre Falun Dafa en ese momento debido a mi miedo.

Me arrepentí un poco, y envié un mensaje a su teléfono móvil, pero no fue leído. Los encontré en el metro otra vez una semana después.

Tomé esta oportunidad y los ayudé a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.

Hablé con una amiga en otro estado por teléfono durante más de 50 minutos. Le conté sobre nuestros medios y hablé sobre Falun Dafa.

Ella se retiró del PCCh y verificó conmigo de nuevo para asegurarme de hacerlo. A partir de entonces, muchos viejos amigos vinieron a mí a través de varios canales. Sabía que habían venido a conocer la verdad.

El Maestro es compasivo y me envió personas predestinadas. Me di cuenta de que cuando aclaro la verdad incluso a mis buenos amigos, debo considerarlos como seres sensibles comunes y no debería aprovechar que nuestras relaciones sean buenas.

Sé que debo aclarar la verdad con pensamientos rectos, y en el proceso de hacerlo encontré que tengo muchos apegos.

Por ejemplo, me resistía a hablar con aquellos turistas que parecían serios e incluso pensaba que no se retirarían del PCCh. Este pensamiento era extremadamente malo.

A veces los turistas actuaban con fiereza y no tenía paciencia para seguir hablando con ellos. Solo quería dejarlos ir o tuve un pensamiento tan malo como "es él quien no sabe la verdad, no yo".

Sabía que este tipo de pensamiento no provenía de mi verdadero ser. Estaba corta de “compasión que derrite el acero”.

Me di cuenta que cuando estudio bien el Fa, luego tengo amplios pensamientos rectos y con la ayuda del Maestro, los seres conscientes renuncian al PCCh uno tras otro. Si no estudio el Fa o hago los ejercicios, los seres conscientes no me escucharán cuando hablo con ellos.

El Maestro dijo:

“Validen Dafa con razón, esclarezcan la verdad con sabiduría, difundan el Fa y salven a la gente con benevolencia; esto está estableciendo la oderosa virtud de un ser iluminado” (Racionalidad, Escrituras esenciales para mayor avance (II))

Es nuestra responsabilidad y misión el hacer las tres cosas bien, y no perder el tiempo cuando aclaremos los hechos a las personas.