(Minghui.org) Me llamo Tian Meiyun y vivo en Taipéi. A finales de noviembre de 1997, recibí una llamada telefónica de un amigo que me habló sobre Falun Dafa. Cuando leí Zhuan Falun, el libro principal que contiene las enseñanzas de Falun Dafa, me conmovieron sus palabras: "Una persona debe volver al origen y retornar a la verdad, ese es el verdadero propósito de ser un humano". Falun Dafa es diferente de cualquier cosa que haya estudiado antes. Cuando caí en la cuenta de que el propósito de ser humano es volver al origen y retornar a la verdad, mi mente se aclaró y lloré de alegría por haber encontrado la verdad. Inmediatamente me inscribí en un curso de Falun Dafa de nueve días. 

Había estado enferma desde mi niñez. Mi esposo me dijo: "Tu tomas medicamentos 300 días al año". Padecía migrañas, un síndrome en el que me mantenía viendo objetos voladores, arritmias, desviaciones de las vértebras, infección pélvica crónica, un tumor uterino y enfermedad de los riñones. Ni la medicina china ni la occidental pudieron ayudarme, así que perdí la confianza en ambas. También practiqué muchos tipos de qigong pero mi condición no mejoraba. Me sentí desesperanzada y desamparada, y así la vida no tenía sentido. 

Durante el primer mes, tras empezar a practicar Falun Dafa, leía solo unas pocas páginas de Zhuan Falun todos los días porque todavía me dolían los ojos. Sin embargo, mi cuerpo comenzó a cambiar. Antes había sufrido de migrañas frecuentes. Al principio, las migrañas continuaron, e incluso vomitaba. Pero después de vomitar, ¡mi cabeza dejaba de doler! También experimenté grandes cambios en mi sistema urinario. Leía los libros de Dafa con mucha atención y practicaba los ejercicios. Al quinto día me sentí como una nueva persona. Cuando abrí los ojos en la mañana, sentí que el mundo era hermoso y mi cuerpo era muy ligero. Pude enderezar la espalda y fui muy feliz.

La relación con mi esposo cambió: de ser antagónica a ser armoniosa y de cuidados. Hace tres años, mi esposo emprendió un proyecto e inesperadamente caímos en bancarrota de la noche a la mañana. Sentí como si mi mundo se destrozara de repente. Estaba enojada y amargada porque mi esposo había emprendido este proyecto en un campo en el que no era un experto. Dejamos de hablarnos y vivíamos como extraños. Después de estudiar Dafa, traté de caminar una milla en los zapatos de mi esposo y me di cuenta de que él hacía todo lo posible por mantener a su familia.

Si no hubiera tenido esta experiencia, posiblemente no hubiera entendido verdaderamente el gozo y la transformación después de estudiar Falun Dafa. Esto me permitió enfrentar críticas filosas de una manera tolerante y enfrentar situaciones difíciles con una mente amplia y misericordia. Descubrí que en el pasado, con frecuencia culpaba tercamente a otras personas. Solía ser agresiva y dominante, pero gracias a mi práctica de Falun Dafa, cambié mi actitud y me he vuelto cálida y considerada. Como resultado, ahora soy mejor esposa y madre. También la ira y la amargura desaparecieron.

Mi hijo de 18 años es más estudioso y está dispuesto a ayudar a otros desde que comenzó a practicar Falun Dafa. Sus compañeros lo apodaron "muchacho de oro" y es querido por sus profesores. Mi hijo de 13 años también estudia Falun Dafa y se porta todo el tiempo como practicante. Nunca esperé los cambios que tuvieron lugar en ellos. Sé que Dafa ha enraizado en sus corazones. Ahora confío más en ellos y no me preocupan.

Por el estudio constante, llegué a estar más consciente de la profundidad de Dafa y mi corazón cultivó mayor contención y firmeza. Siempre que surge un conflicto, hago mi mejor esfuerzo de mirar hacia adentro para ver si estoy a la altura del estándar, si soy recta y sincera, o si estoy siendo ambiciosa y apegada a algo. Intento lidiar con las cosas en calma y los problemas se resuelven fácilmente. 

Atesoraré la oportunidad de practicar Falun Dafa, que es un método, extraordinario y maravilloso de cultivación verdadera.

Nota del editor:

Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa
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