(Minghui.org) ¡Saludos, Venerable Maestro!

¡Saludos, compañeros practicantes!

Este año, Shen Yun tuvo dos presentaciones en nuestra ciudad. Como hay pocos practicantes en nuestra pequeña ciudad, me encomendaron muchas de las tareas de preparación para que las coordinara. En mi opinión, tuve una de las tareas más difíciles: coordinar a los practicantes. No era una tarea fácil trabajar constantemente con practicantes con caracteres y mentalidades muy diferentes. Pero debido a estas grandes y difíciles responsabilidades pude sentir realmente qué significa mejorar y forjar constantemente el xinxing.

Estoy infinitamente agradecida al Maestro por tan valiosa oportunidad de cultivación. Las tensiones de xinxing y las pruebas cayeron sobre mis hombros como manzanas arrojadas por un viento fuerte, a veces incluso sentía que no podía soportar todas estas pruebas. Y otras veces, las tensiones eran todas a la vez, al mismo tiempo en todas las áreas: en la familia, entre practicantes y con otros coordinadores.

Al principio, prometí que usaría todas las pruebas y conflictos solo para mirar hacia dentro y elevar el xinxing. Por supuesto, no siempre ha sido posible hacerlo fácil y rápido, pero traté de no desviarme de la obligación que se me había otorgado y no perder ni una sola situación planeada por el Maestro. Cada vez, me preguntaba: ¿qué más necesito entender? ¿Qué necesito encontrar dentro? ¿Dónde se esconde? ¿Cómo puedo quitarlo rápidamente y seguir adelante con calma?

Una de las primeras pruebas para mí fue cuando me enteré de la decisión de que todos los practicantes de países cercanos deberían apoyar sus propias presentaciones, y que nosotros debíamos apoyarnos solos. Parecía una afirmación lógica, pero hay que señalar que conseguimos celebrar con éxito los espectáculos de Shen Yun los dos primeros años, exclusivamente con la ayuda de los practicantes de las regiones circundantes. Pensé, que no era real llevar a cabo todos los preparativos necesarios con nuestros propios recursos. Muchos están ocupados con trabajo, no tienen suficientes recursos financieros, o viven muy lejos. Esta decisión, en mi opinión, significó un completo fiasco para los preparativos de Shen Yun. Sentí una total impotencia, resentimiento e injusticia. Estaba afectada por una avalancha de pensamientos negativos.

Por supuesto, otros practicantes a mi alrededor no perdieron la oportunidad de agregar leña al fuego, también consideraron esta decisión absolutamente ilógica y cuestionaron el éxito de Shen Yun en nuestra ciudad. Empecé a notar que este flujo negativo de pensamientos arrastraba toda mi energía positiva, malgastando mi energía en pensamientos absolutamente inútiles, en lugar de concentrarme en resolver el problema con pensamientos positivos. Me di cuenta de que las viejas fuerzas querían que malgastemos nuestras energías en controversias y luchas entre nosotros. Dije a todos esos pensamientos desviados: “¡Paren! ¡Renuncio a ustedes! Ya no quiero pensar más en ello”.

En Zhuan Falun, el Maestro dijo:

“Sin embargo, la mayoría de las personas pueden, a través de pensamientos subjetivos muy fuertes (una fuerte conciencia principal), expulsarlo y oponerse. De esta manera queda claro que esta persona puede ser salvada y que puede distinguir lo bueno de lo malo, es decir que tiene buena cualidad de iluminación; entonces mis Fashen ayudan a eliminar la mayor parte de este tipo de ye de pensamiento. Comparativamente, son más las situaciones de este tipo. Una vez que aparece, es justamente para ver si uno mismo puede vencer estos malos pensamientos o no. Para aquellos que pueden mantenerse firmes, el ye puede ser eliminado” (Zhuan Falun, Sexta Lección).

No importaba cuál fuera la decisión, yo la seguiré. Criticar y evaluar las acciones de los demás coordinadores no era mi incumbencia. Solo confío en los arreglos del Maestro, y Él los nombró coordinadores. No quiero tener ningún pensamiento negativo hacia ellos. Solo me concentré en hacer mi trabajo de la mejor manera posible, y esta era mi tarea principal. De repente, este flujo negativo se detuvo. Por supuesto, algunos pensamientos negativos vuelven repetidamente, tratando de ocupar mi mente, pero todos estos intentos se encontraron con mi fuerte rechazo.

Entonces la situación cambió, después de que la venta de entradas de Shen Yun se agotó en un país cercano, más y más practicantes de allí vinieron a nuestra ciudad para apoyar. Y aunque constantemente sentíamos la falta de recursos humanos, pude mejorar en este proceso.

Tolerando los errores de los demás

Cuando dejé Ucrania y me mudé a Austria descubrí muchos factores comunistas en mí que ni siquiera había detectado cuando vivía en Ucrania. Me di cuenta de la importancia de estudiar "Los 9 Comentarios sobre el Partido Comunista", pero más importante aún es mejorarme y encontrar y limpiar las cosas incorrectas inculcadas por el ambiente comunista en la familia, en la escuela y en la sociedad. Uno de estos factores era la psicología de encontrar al culpable o un chivo expiatorio.

Mi esposo a menudo me señalaba esto como un defecto, diciendo que quería encontrar a los culpables en casi todos los conflictos y situaciones desagradables. Al principio, no entendía de qué hablaba, porque yo pensaba que, para resolver un problema, hay que entender sus raíces. Por lo tanto, un punto importante en esto es encontrar al culpable. Pero mi marido siempre me decía que una persona exitosa siempre asume la responsabilidad y también he leído sobre ello en diferentes libros. Pero aun así, incluso después de practicar y estudiar el Fa, no podía entender este principio. Después de todo, un practicante no solo tiene que asumir la responsabilidad de todo y no culpar a los demás, sino que también tiene que mirar hacia adentro y elevar su xinxing.

Pero la ideología soviética enseñaba justo lo contrario: siempre hay un culpable. Vi esto muy claramente hablando con una amiga de Ucrania, que no es practicante. Por ejemplo, ella cree que si una madre esta caminando con su niño por la calle y el niño esta enfermo, entonces la culpa es de ella, porque no lo cuida. Miré su manera de pensar desde un ángulo diferente y me horrorizó ver lo mismo dentro de mí; me di cuenta de que siempre encuentro a los perpetradores en todas partes y en todo.

Un día oí a una madre austríaca decir a su hijo, que fue obviamente descuidado y por lo tanto, me pareció que era culpable: "No te preocupes, nadie tiene la culpa. Es solo un accidente". Me sorprendió esta diferencia de pensamiento.

En Escrituras esenciales para mayor avance, el Maestro nos enseña:

"Presten atención: no traten de averiguar dónde se encuentra la culpa cuando aparece un problema. En lugar de eso, uno debe examinar su propia conducta. Tampoco es necesario averiguar quién las escribió, tomen una lección de esto y tengan cuidado en el futuro" (Corrección, Escrituras esenciales para mayor avance).

Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Cambiar la forma de pensar, impuesta y formada durante varias décadas, no era tan sencillo de hacer en la práctica. Entendí todo en teoría, pero no en la práctica y seguí pensando de la misma forma que antes.

Una vez escuché una historia de la antigua China, publicada en el sitio web "Pure Insight" sobre lo importante que es no culpar a otros por lo que haya sucedido. Una vez, un abuelo cuidaba a su nieto que jugaba en la calle. De repente e inesperadamente, un sulqui llegó y golpeó al niño. Pero el viejo abuelo dijo a la gente que estaba en el sulqui: "Está bien, sigan, tienen prisa y no lo han hecho intencionalmente". Cuando los padres del niño llegaron a casa, el abuelo les dijo que el niño estaba muy cansado y dormido. Y a la mañana siguiente el niño se despertó como si nada hubiera pasado. Esta historia me conmovió hasta las lágrimas.

Cuando empecé a coordinar los preparativos para Shen Yun, tuve que enfrentarme al hecho de que los practicantes cometían errores, y a veces errores muy serios. Esto siempre me causaba muchos pensamientos negativos y me hacía enojar. Especialmente los errores de los practicantes con los que no tenía una muy buena relación, o aquellos que por alguna razón, no tenían credibilidad ante mis ojos.

Una practicante china me envió un horario de otros conciertos en el cual encontré errores. Y esto me hacía, cada vez pensar de manera negativa sobre esta practicante. Una vez, con otra practicante fuimos a uno de estos eventos. Hacía mucho frío, nos quedamos cerca de la salida de la sala de conciertos y esperamos a que la gente saliera para repartirles los materiales promocionales de Shen Yun. A la hora señalada, muy pocas personas salieron. Resultó que era solo un descanso y el concierto acabaría en una hora. No esperamos hasta al final, porque era muy tarde, hacía frío y la otra practicante había estado todo el día de pie.

Resultó que esta practicante escribió solo el tiempo estimado, sin especificar la hora exacta del final del concierto. Me decepcionó que hubiéramos ido en vano. Los pensamientos negativos y la condena ocuparon mi corazón. Pensé que ella tenía problemas en su cultivación, y obviamente el mal había encontrado brechas y nos ponía impedimientos. Pero la otra practicante, que estaba conmigo en la sala de conciertos, me dijo: "Debemos ser tolerantes con los errores de los demás. Todos somos practicantes, y nadie está libre de errores". Por supuesto, al principio descarté estas palabras. Pero cuando llegué a casa y lo pensé, me di cuenta que el Maestro estaba usando la boca de esa practicante para señalar mis omisiones.

Empecé a mirar adentro y a analizar ¿por qué era tan rígida e intolerante con los errores de los demás? Resultó que todo vino de mi infancia, cuando mis padres me regañaban severamente por cualquier error u omisión que cometía. Mi padre simplemente me torturó psicológicamente por algunos de estos errores una y otra vez. Por supuesto, me estaba despojando del ye, pero tenía la misma actitud hacia las demás personas. Cuando me di cuenta de esto, me sentí mejor, y todos los pensamientos negativos se disolvieron. Podía identificarme con tales situaciones más fácilmente.

Unos meses más tarde fuimos al teatro a distribuir de nuevo los materiales. Era el último gran concierto justo antes de Shen Yun. Fuimos siete compañeros en tres coches. Pero cuando llegamos, resultó que todos los espectadores ya se habían ido. Llegamos media hora más tarde. En mi defensa les dije a los demás, que esta vez ellos habían salido antes, aunque en mi corazón sospechaba que me había confundido con los días. Al llegar a casa y ver el programa, me horroricé al descubrir que había confundido los días y escogido la hora equivocada. Me acosté en el sofá; mi corazón se volvio muy pesado y no quise hacer nada.

Por supuesto, esta era mi omisión y no podía perdonarme por este error, ya que tampoco perdonaba los errores de los demás. Debido que no mejoré fundamentalmente en este aspecto, el Maestro creó esta situación especialmente para mostrarme claramente que nadie es perfecto, y que todos podemos cometer errores y tener omisiones, y que debemos tratar los errores de los demás con bondad.

En Hong Yin III, el Maestro dijo:

“Cultivador practicante

Busca tú mismo los errores

Elimina todo tipo de corazones humanos

No te quedes atrás en grandes pruebas, pequeñas pruebas, no pienses en caer

El que tiene la razón es él

El que está equivocado soy yo

¿Por qué contienden?”

(Quién tiene razón, quién no, Hong Yin III)

Gracias Maestro.

Gracias compañeros practicantes.

(Presentado en el Fahui Europeo 2018)