(Minghui.org) Una farmacéutica del condado de Yongxiu fue sentenciada nuevamente a prisión por negarse a renunciar a Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino.

La Sra. Ge Ling, de 65 años de edad, fue detenida el 21 de abril de 2016 y trasladada al centro de detención de la ciudad de Jiujiang, donde fue torturada tan brutalmente que necesitó tratamiento médico de emergencia.

Compareció en el tribunal del condado de Yongxiu el 19 de octubre de 2016. Solo a su marido se le permitió asistir al juicio. Su abogado, pidió en su nombre que fuese declarada no culpable, ya que ninguna ley en China criminaliza a Falun Gong. El juez que presidió la sentenció a cuatro años de prisión. El tribunal intermedio de la ciudad de Jiujiang dictaminó en febrero de 2017 que se mantuviera el veredicto original, y poco después fue encarcelada en la prisión de mujeres de la provincia de Jiangxi.

A su marido, no le han permitido visitarla en prisión durante los últimos diez meses.

Esta no es la primera vez que ha sido perseguida por su fe. Fue arrestada por primera vez en noviembre de 2000 y condenada a tres años de trabajos forzados. La policía la detuvo nuevamente el 6 de diciembre de 2004 y la internaron en un campo de trabajos forzados por otros dos años. Su condena fue ampliada hasta el 26 de febrero de 2007 que fue puesta en libertad. Fue arrestada por tercera vez el 1 de noviembre de 2008 y sentenciada a tres años de prisión.

Según se ha podido saber, después de su último arresto está muy débil y tiene problemas para permanecer de pie. A su marido le preocupa que haya sido sometida a las mismas torturas que sufrió en sus anteriores encarcelamientos.

Brutalmente torturada en el campo de trabajo forzado

La Sra. Ge fue enviada dos veces al campo de trabajo forzado de Majialong en la ciudad de Jiujiang y fue torturada en ambas ocasiones.

Colgada de las esposas

Fue esposada y colgada de las esposas con los pies apenas tocando el suelo. Tal tortura a menudo duraba varios días seguidos, causando un dolor insoportable.

Obligada a arrodillarse en un banco pequeño

También se vio obligada a permanecer arrodillada en un pequeño banco durante horas. Los guardias además le metieron arroz en la boca mientras estaba arrodillada. Cuando lo escupió, los guardias acumularon el arroz en un montón y la obligaron a comer cada grano del suelo.

Colgar ladrillos en el cuello

La Sra. Ge tenía las manos retorcidas detrás de la espalda y aseguradas al marco de una puerta. Los guardias colgaron entonces hasta seis ladrillos mojados sujetos por cadenas metálicas alrededor de su cuello durante 40 horas.

Ilustración de tortura: Colgar ladrillos en el cuello de la víctima.

Confinamiento solitario y golpizas brutales

Estuvo recluida en régimen de aislamiento durante casi un año. Los guardias ordenaron a los drogadictos que la golpearan regularmente. A menudo la agarraban del pelo y golpeaban su cabeza contra la pared. También le dieron puñetazos y patadas. Sus dientes frontales fueron arrancados debido a la brutalidad de los golpes que recibió. Se vio obligada a tragar la sangre que brotaba de su boca.

Para acallar sus gritos, subían el volumen del televisor al máximo. Una vez casi la estrangulan usando una sábana retorcida en forma de cuerda.

Alimentación forzada

Como inició una huelga de hambre durante más de un mes fue salvajemente alimentada a la fuerza. Las fosas nasales se le infectaron.

Privación del sueño

Fue privada del sueño durante dos noches seguidas.

Trabajos forzados

También se vio obligada a realizar trabajos forzados durante largas horas sin cobrar. Su vista se deterioró rápidamente, y fue maltratada verbalmente por no poder terminar la cantidad de trabajo que le fue asignado.

También se le ordenó que fregara el piso, doblara las mantas de todos y subiera a lugares altos para limpiar las ventanas.

Denegado el uso del baño

Fue objeto de represalias por contarle a su familia el terrible sufrimiento que estaba padeciendo en el campo de trabajos forzados. Los guardias no le permitieron usar el baño por más de seis horas. Lo que le provocó durante los días siguientes un intenso dolor en la vejiga.