(Minghui.org) Tengo 70 años y estaba acostumbrado a sufrir de muchas enfermedades, incluyendo insuficiencia respiratoria, artritis reumatoide y asma. Aunque probaba muchos medicamentos, no encontraba alivio.

Afortunadamente encontré Falun Dafa, y 100 días después de comenzar a practicarlo, me recuperé de todas mis enfermedades. Aunque han pasado veinte años desde que entré en esta práctica de cultivación, mi estado de salud siempre ha sido excelente.

Recobrando la esperanza

Mi vecino me ofreció dos boletos para que asistiera a una clase de qigong, en noviembre de 1995. Como los rechacé, mi vecino dijo: “He escuchado hablar de las enseñanzas de esta práctica, si eres buena persona y haces buenas obras, puedes recobrar la salud".

Al oír esto, decidí asistir al ciclo de conferencias de nueve días. Para mi sorpresa, mi salud mejoró, mi cuerpo se sintió más ligero y dejó de faltarme el aliento después de las clases.

Entonces tomé prestado el libro principal de esta práctica, Zhuan Falun. Me conmovieron profundamente sus amplias y profundas enseñanzas. En comparación, sentía que todo el conocimiento que había obtenido a través de mis estudios académicos era superficial e inadecuado.

También hacía los ejercicios de Falun Dafa por la mañana y asistía al estudio en grupo por la noche. En aquella época, copié a mano Zhuan Falun dos veces y lo repartí entre algunos practicantes que vivían en el campo, ya que había escasez de libros de Dafa. Mientras copiaba el libro a mano, mi vista mejoró gradualmente. El dolor agudo que sentía en mi espalda y mis piernas también desapareció.

El poder de Dafa

A lo largo de los años que he estado practicando Falun Dafa, he descubierto y presenciado el poder de esta práctica de cultivación.

Una verruga dolorosa creció en uno de los dedos de mi pie izquierdo, lo que me hacía difícil caminar. Comprendí, por las enseñanzas, que estaba pagando el yeli (karma) que había acumulado en mis vidas pasadas. Entonces decidí soportar la incomodidad y pagar este yeli.

Una noche, en un estado de ensueño, vi al Maestro tomar mi pie en su mano. Empezó a extraer una hebra de hilo del dedo del pie. Tiró de ella durante mucho tiempo. Cuando miré mi dedo del pie a la mañana siguiente, vi que la verruga había desaparecido.

En otra ocasión, mientras estaba haciendo la meditación sentada, noté cómo una sustancia negra y polvorienta salía volando de mi rodilla derecha, pero cuando abrí los ojos no conseguí ver nada.

Me lesioné la rodilla derecha en un accidente en 1975. Durante más de 20 años me resultó imposible arrodillarme. Después de aquello podía arrodillarme sin siquiera esforzarme.

También pude presenciar cómo el libro Zhuan Falun emitía un resplandor dorado. Además, he sido protegido y así he podido evitar accidentes graves cuando conducía mi bicicleta.

Practicar Falun Dafa me ha hecho volverme alguien más comprensivo y considerado; y ha traído bendiciones a los que me rodean.