(Minghui.org) Lo siguiente son ejemplos de cómo me deshice de muchos de mis apegos basándome en el Fa.

Finalmente los encontré

El año pasado, mi yerno consiguió un trabajo en otra ciudad, y nos pidió a mi hija y a mí que le acompañáramos. Le sugerí que esperáramos hasta que se asentase y acomodara mejor, pero insistió en que el trabajo estaba bien y debíamos ir con él.

En solo unos días de trabajo, comenzó a quejarse. Cada vez que lo hacía, yo lo reprendía.

"Te advertí que debíamos haber esperado a que conocieras mejor el trabajo antes de venir a esta ciudad", le decía.

Finalmente, mi hija, también practicante, me pidió que no siguiera regañándolo. Entonces, intenté calmarme y comencé a buscar en mi interior. Encontré lo que me estaba controlando: el apego a la arrogancia.

Envié pensamientos rectos para eliminarlo; después de eso, me sentí mucho más relajada y cómoda con la situación. En adelante, cuando me encontré con situaciones similares, fui capaz de manejarlo calmadamente, con tolerancia y amabilidad.

Validar el Fa a través del sufrimiento

En noviembre de 2013 fui arrestada por la policía mientras repartía folletos. En mi apartamento, encontraron muchos materiales de Falun Gong y me dijeron que mi caso era grave y que podría estar un mes detenida y de 3 a 7 años en prisión.

En ese momento, no me preocupé. Sabía que solo caminaría el camino que Shifu había dispuesto para mí.

Sabía que había sido arrestada porque algo en mí no estaba bien. Todos los días recitaba el Fa, y trataba de mirar dentro. Vi muchos defectos en mí pero no detecté ninguno en particular que hubiera sido el causante de mi detención.

Luego me dije que, ya que estaba en el centro de detención, bien podría aclarar la verdad a la gente allí y enviar pensamientos rectos para eliminar el mal. Resolví enfocar todos mis pensamientos en el Fa y dejar todo lo demás a Shifu.

Eliminando apegos y validando el Fa

Los primeros días que estuve en el centro de detención, sentí mucho dolor por estar separada de mi familia. Sabía que era una prueba, así que comencé a enviar pensamientos rectos para eliminar el apego. Unos días más tarde, no sentía nostalgia alguna.

Una noche soñé que me encontraba en un elevador. Una persona me dijo que subiriamos siete niveles velozmente y luego pasaríamos a un avión. Sabía que estaba mejorado; Shifu me estaba animando.

Cuando ya llevaba dos semanas en el centro de detención, un policía me dijo que sería liberada en dos semanas. Por un momento me emocioné. Rápidamente me di cuenta de que se trataba de una prueba. Presté atención a este pensamiento y lo eliminé cada vez que lo sentí aparecer.

La comida en el centro de detención era bastante mala. No quería comer nada. En dos semanas, perdí una cantidad significativa de peso. Cuando alguien me señaló el apego, sabía que debía mantenerme en la mejor condición física como practicante y que también debía eliminar el apego a la comida sabrosa. Pude comer normalmente poco después.

A menudo en mi cabeza aparecía el pensamento de que había sido detenida por haber tenido tantos materiales de Falun Gong en mi apartamente y pensaba que estaría en prisión por muchos años. Cada vez que aparecia este pensamiento, lo rechazaba. En realidad, estaba haciendo lo más recto y magnífico, y debía estar orgullosa por ello.

También me recordé que un practicante no debería estar en prisión perdiendo el tiempo. Al mismo tiempo, no quería estar apegada a ser puesta en libertad. Sabía que debía dejar mi futuro en manos de Shifu y centrarme solo en hacer las tres cosas bien.

Clarificando la verdad racional y sabiamente

Una vez, un agente me dijo que había escuchado cosas buenas sobre mí. Aproveché la oportunidad para aclararle la verdad.  Se interesó en la cultivación y respondí sus preguntas.

Estuvo de acuerdo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y pensó que era una persona de fiar. Cada vez que algo iba mal en la celda,  venía a mí primero para informarse de lo que había sucedido.

Yo trataba a las reclusas amablemente y les clarifiqué la verdad a todas. Además, compartía mi ropa de abrigo con aquellas que no tenían nada.

Una vez, una reclusa me dijo que realmente creía que los practicantes se habían autoinmolado  en Tiananmen antes de que yo le hubiera aclarado la verdad. Algunos detenidos también me dijeron que encontraron practicantes en sus vecindarios una vez que fueron liberados y realizaban la práctica.

Mucha gente se enfermaba por frío. Más de la mitad de las detenidas tomaban medicamentos. Yo era la más anciana pero también la más saludable. Les hablé sobre los beneficios para la salud de Falun Dafa, poniéndome como ejemplo.

Las reclusas pudieron experimentar cuán amable, pacífico y honesto es un practicante de Falun Dafa. Me respetaban y a menudo me compraban comida y artículos de primera necesidad. Para compensarlas, yo las ayudaba con su colada y otras tareas.

Después de un mes de detención, fui liberada. Durante ese mes, Shifu me ayudó a eliminar muchos de mis apegos. Al mismo tiempo, fui testigo de lo sagrado y milagroso de Dafa.

En los últimos 17 años de cultivación, me he tambaleado como un niño pequeño. Dependí de la protección de Shifu cuando transité mi camino inestablemente. En cada caída, Shifu estaba allí para alentarme y ayudarme. Shifu me apreciaba más que yo misma.