(Minghui.org) Recientemente recibí una llamada telefónica de alguien que trabajó en la oficina 610, organización ilegal creada por Jiang Zemin con el expreso propósito de perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Este hombre dijo que había recibido la orden de vigilarme porque había enviado una denuncia contra Jiang, pero que no quería hacerlo porque iba contra su conciencia.

Ya que el 19.° congreso nacional del partido comunista chino pronto iba a convocarse, me contó que estaban vigilándome de cerca, incluyendo mi paradero. Su jefe le había indicado que me ubicara para reunir alguna información.

Manifestó que no quería involucrarme en problemas, pero que había cosas que no las podía hablar por teléfono. Prometió que yo descubriría qué clase de persona era él cuando nos encontráramos.

No conociendo sus intenciones, le dije: “Sí, presenté una denuncia contra Jiang. ¿Qué piensas hacer? ¿Estás filmando o grabando nuestra conversación? ¿Qué planeas ahora?”.

Me respondió: “Juro que si te hiciera algo malo, sería castigado por el cielo y …”.

Ahí mismo lo detuve y le dije que iría.

Después que el partido comunista chino comenzó la persecución a Falun Gong en 1999, la comisaría local, las asociaciones vecinales y la oficina 610, fueron a buscarme al trabajo. Cada vez que iban, mis compañeros, amigos y familiares lograban que no me encuentren. Todos me protegían.

Sin embargo, en esta oportunidad, después que este oficial juró que no me haría daño, quise conocerlo. Me esperó en la oficina de la asociación vecinal y estaba muy feliz de verme. No esperaba que fuera allí tan pronto.

“Ya que me juraste que no me harías daño, vine de inmediato. Ahora dime, ¿por qué querías verme?”, le pregunté.

Dijo que sabía que él no debía hacer esa promesa, pero que la razón por la que se atrevió a hacerlo era que no quería participar más en la persecución a los practicantes de Falun Gong. Sin embargo, tenía que seguir las órdenes de sus superiores.

Me contó que fue testigo de cómo las enfermedades de la gente se curaron luego de practicar la disciplina, y que sabía que más y más personas la practicaban.

Manifestó: “Jiang Zemin abusó de su poder, gastando más de un año del presupuesto militar en la persecución a Falun Gong. Aunque esta ya lleva 18 años, los practicantes aún están firmes en su fe”.

“El reciente movimiento de tocar las puertas de los practicantes de Falun Gong para perseguirlos, se inició en la provincia de Hebei, y nos ordenaron seguirlo. Cuando vamos a los vecindarios, las personas nos esquivan y nos miran de reojo. Tenemos que decirles que fuimos allí para crear cuentas de seguridad social y evitar que nos juzguen”.

“Los líderes del partido comunista cambiaron a lo largo de los años, pero la persecución no se detuvo. Perseguir a las buenas personas va contra mi conciencia, y siento que tengo una bomba que puede explotar en cualquier momento, que seré destruido si continúo”.

“Recientemente la oficina 610 del distrito nos envió otra orden para rastrear el paradero de los practicantes de Falun Gong que están bajo vigilancia. También decía que designarían a ciertas personas para observarlos y seguirlos. Estoy cansado de cumplir sus órdenes y no quiero informarles. Hoy la oficina 610 me llamó para criticarme por esto”.

"Si tuviera otra opción, dejaría mi trabajo. Escuché y fui testigo que muchas personas (él mencionó una lista de nombres) habían recibido retribución de yeli porque participaron en la persecución. No quiero perseguir a los practicantes porque creo que todo tiene una razón, que las buenas acciones son recompensadas y que el mal es castigado”.

Y continuó: "Estando en mi posición, si participo, me sentiré culpable y seré castigado algún día por el cielo, pero si me niego a participar, perderé mi trabajo. Permanecer en mi trabajo significa sufrimiento. No podía decirte esto por teléfono porque todos los teléfonos están intervenidos. Sólo puedo contarlo en persona”.

Me conmovió su historia y, extrañamente, sentí como si hubiésemos sido amigos de mucho tiempo aunque acabábamos de conocernos. Jiang comete crímenes atroces pero arrastra con él a personas inocentes. Demandar a Jiang les da a estos inocentes la oportunidad de pensar dos veces sobre a quién están siguiendo.

Le dije: "Ahora que entiendes lo que realmente es Falun Gong y no estás dispuesto a participar en la persecución, puedes usar lo que te permite tu trabajo para proteger a los practicantes. Proteger a la gente buena es lo mismo que proteger el futuro de la humanidad".

Prometió que lo haría.

"Lo que me hagan, no me importa. Necesito ser sincero con mi conciencia porque soy miembro del partido comunista ", expresó.

Le pregunté: "¿Conoces realmente al PCCh? Promueve una doctrina atea, pero exige a otros sacrificar sus vidas por ellos como un culto".

Luego le enumeré los trágicos finales de los líderes del partido en la historia. Le dije que el PCCh quería controlar los cielos, la tierra y la humanidad. Como resultado, el cielo está brumoso, la tierra contaminada y las mentes del pueblo chino envenenadas.

"El partido pelea con la gente y mató a más de 80 millones de chinos. Pelea con el cielo, por lo que el cielo lo eliminará. Tiene que pagar por las vidas que asesinó. Pero, ¿quién pagará por esas vidas? Naturalmente, las personas que forman parte del partido. Para proteger tu vida y tu porvenir, no te sacrifiques por el PCCh. No quiero verte sufrir en el futuro. Renunciar al PCCh será bueno para ti".

Dijo que tenía razón.

Se ofreció para llevarme a casa, pero le deseé lo mejor y partí. Me sentí más aliviado sabiendo que el oficial había tomado la decisión correcta para su vida, pero a la vez lloré por toda la gente que no puede hacer lo mismo.