(Minghui.org) Una mujer encarcelada por su fe está sufriendo severos problemas de salud. No solo la prisión local se rehusó a darle atención médica, sino también la forzó a sentarse en un pequeño banco durante catorce horas seguidas todos los días.

El 14 de julio de 2015 la señora Li Yanxia fue arrestada por presentar una denuncia criminal contra el exdictador chino Jiang Zemin por lanzar la persecución a Falun Gong, disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. El 4 de julio de 2016 la sentenciaron a siete años de prisión.

Estando en el centro de detención de la ciudad de Songyuan le diagnosticaron tuberculosis, fibroma, quistes ováricos e hinchazón en los ganglios linfáticos. Le tomó más de tres horas a la policía persuadir a la prisión de mujeres de Changchun  que la admita.

La prisión, sin embargo, cambió su actitud una vez que tuvo a la señora Li en custodia. Aseguraron que no había nada malo con la mujer y la forzaron a sentarse en un pequeño banco desde las 6 a.m. hasta las 8 p.m. todos los días. Cualquier leve movimiento que hiciera invitaría a golpes.

El centro de detención había transferido a la prisión sus registros médicos, pero esta última se negó a darle una copia a la familia.

Los familiares están pidiendo al público que preste atención a la situación de la señora Li.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a los miembros del comité permanente del politburó y comenzó una violenta persecución a Falun Gong.

La persecución ha provocado la muerte de muchos practicantes de Falun Gong desde hace 18 años. Muchos han sido torturados por sus creencias e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y la continuación de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano de seguridad ilegal, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización pasa por alto a las fuerzas policiales y al sistema judicial llevando a cabo las instrucciones de Jiang respecto a los practicantes de Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus ingresos financieros y destruirles físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en casos criminales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo su derecho presentando sus demandas criminales contra el exdictador.

En su “reforma del sistema de registro de opiniones”, la procuraduría suprema en China afirmó que garantizaría el registro y el procedimiento de todas las denuncias presentadas. Esta nueva política debía entrar en vigencia el 1 de mayo de 2015.