Minghui.org) Hace algunos meses, algunos practicantes locales fueron arrestados. Algunos le revelaron a la policía que mi apartamento era el sitio local de estudio del Fa, así que también me arrestaron.

Después de que me liberaran, ya no podía organizar el estudio del Fa en mi apartamento. Los practicantes con los que antes aclaraba la verdad ahora se negaban a salir conmigo. A sus familias les preocupaba que estuviera siendo vigilada por la policía. Algunos no se atrevían ni siquiera a contactar conmigo. Otros incluso me evitaban, como si me hubiera convertido en alguien peligrosa. Me sentía molesta. ¿Por qué me temían? ¿Como podían los discípulos de Dafa comportarse así?

Un mes después, después de que una practicante descubriera una cámara de vigilancia en su edificio de apartamentos, la situación empeoró. Ningún practicante volvió a ir a mi apartamento, ni siquiera aquellos que venían con frecuencia.

Ahora no podía leer ni escribir, dependía de otros practicantes para leer los artículos nuevos publicados en Minghui.org y para que escribieran los nombres de la gente que había convencido para renunciar al partido comunista. Pero, o bien no venían nunca o bien llegaban tarde.

Cuando una practicante de fuera de la ciudad me visitó, lloré. Estaba llena de quejas sobre los practicantes locales.

Una noche, me puse de pie frente al retrato del Maestro y me quejé: "Esta situación es demasiado dolorosa Maestro". Tan pronto como lo dije, me di cuenta de que me equivocaba. ¿Cómo podía quejarme al Maestro? Ha sacrificada tanto para salvar a la gente. ¡Más dolor del que ninguno de nosotros puede imaginar! En comparación lo que yo experimentaba no era nada en realidad.

Empecé a mirar dentro. Llevaba mucho tiempo quejándome de mis compañeros practicantes, pensando que me cultivaba mejor que ellos. Comprendí que tenía una fuerte mentalidad de mostrarme. Cada practicante está cultivando, pero siempre sentía que era mejor que los demás. Sin embargo, de hecho, ni siquiera era capaz de hacer muchas cosas, como por ejemplo, trabajos de alta tecnología.

Mi mentalidad de ostentación dio paso a las quejas. Le hablaba a los practicantes en un tono áspero, sin benevolencia ni tolerancia. ¿No era esta la cultura del partido? ¿No era esto lo que se suponía que tenía que cultivar y eliminar?

Cuando entendí esto, el dolor y el resentimiento me abandonaron. Esa noche, tuve un sueño. Todas las estrellas se agruparon juntas y formaron una escena magnífica. Supe que el Maestro estaba animándome, porque vio que encontré mis apegos. El Maestro me dio una pista: Debía dejar mi ego y unirme a los compañeros practicantes para salvar a la gente.

Después de encontrar mis apegos, mis compañeros practicantes cambiaron también. Dejaron de evitarme y empezamos a salir juntos a aclarar la verdad otra vez.

Un día, cuando un practicante me contaba donde habían instalado algunas cámaras de vigilancia, le dije: "Hay cámaras de vigilancia en todos los sitios. No solo vigilan a los practicantes, sino a todas las personas. El Maestro nos protege así que la maldad no podrá interferirnos".

El practicante se entristeció. Entonces, me di cuenta de que no había eliminado completamente mi mentalidad de mostrarme, y que había hablado en tono condescendiente. Después de advertir esto, el otro practicante se disculpó, y me confió que había visto su error. En aquel momento, adquirí un mejor conocimiento de:

"...cambiando las nociones,

eliminando la decadencia,

la luz brillante aparece". (Nueva Vida , Hong Yin)

Entré en una tienda y le aclaré la verdad al propietario y a uno de los trabajadores. Los dos renunciaron al partido, con mucha alegría. Cuando los practicantes cooperamos sinceramente somos formidables.

Comprendí que cada practicante estudia el Fa y se cultiva. Todos sabemos como cultivarnos. He estado cargada de sentimientos negativos y pensamientos acerca de que los practicantes me habían abandonado. No quería mirar nunca adentro por qué no querían trabajar conmigo. Como disfrutaba mostrándome los practicantes me evitaban. Necesité examinarme para descubrir mis propios problemas.

Como yo lo veo, todas las barreras entre practicantes son causadas por nuestras nociones humanas.

Después de mejorar mi xinxing, dejé de juzgar a la gente y también de seleccionar a quien debía hablar sobre la persecución. Hasta que salía a clarificar la verdad, pasaba todo mi tiempo pidiéndole al Maestro que me ayudara. Ahora, hablo con las personas que antes esquivaba, y soy capaz de convencerles de que renuncien al partido. También me iluminé a que leer el Fa con calma es la base de nuestra cultivación y que mirar adentro es algo realmente muy poderoso.

¡Agradezco a los compañeros practicantes toda su ayuda!