(Minghui.org) Tres residentes en Xilingol League, Mongolia Interior, fueron liberados el 9 de agosto de 2017 después de que las autoridades decidieran no juzgarlos más por negarse a renunciar a Falun Gong, una disciplina espiritual de la Escuela Buda que el régimen comunista chino persigue.

La Sra. Miao Zhilian visitaba a su hijo a comienzos de junio de 2017 cuando recibió una llamada diciendo que la policía estaba saqueando su casa. Fue detenida en el instante en que regresó. Varias semanas después, el 13 de julio, la policía saqueó las casas de las señoras Mi Chao y Song Xiaohua. Sus libros de Falun Gong fueron confiscados durante el ataque y utilizados por la policía para evidenciar que habrían infringido la ley.

La policía citó como base legal dos informes publicados por la administración de prensa y publicaciones de China en julio de 1999 para prohibir la publicación de libros de Falun Gong. Los abogados de las practicantes argumentaron que dicha administración publicó una derogación de la prohibición en 2011 y que era totalmente legal que sus clientes posean libros de Falun Gong. Como resultado, el intento de las autoridades de enjuiciar a las practicantes basados en esa publicación no tuvo lugar.

Mientras los abogados lucharon por los derechos de los practicantes, muchos practicantes locales siguieron utilizando otros medios, como hacer llamadas telefónicas y enviar cartas o mensajes de texto para informar a la policía, la fiscalía y la corte de la ilegalidad de la persecución a Falun Gong.

La fiscalía regresó la causa contra las señoras Mi y Song a la policía el 9 de agosto. Mi, de 30 años, docente en un centro de formación profesional; y Song, de 50 años, fueron liberadas a las 18:00 de ese día. El hijo de la Sra. Song fue arrestado en el mismo día en que ella, pero aún no está claro si ha sido liberado o no.

La Sra. Miao (cuyo nombre legal es Miao Chunlian) fue liberada unas horas después que su presión arterial se disparara a un nivel peligroso ese día. Su marido fue obligado a pagar 5.000 yuanes para poder retirarla.

Miao le informó a su marido que ella había comenzado una huelga de hambre mientras estaba detenida y que había sido alimentada a la fuerza y golpeada.