(Minghui.org) Hace un año, experimenté una prueba de vida o muerte. No tenía pensado escribir sobre ello. Sin embargo, decidí compartir mi experiencia, la cual valida el asombroso poder de Falun Dafa.

Un día en agosto de 2016, repentinamente experimenté síntomas de una enfermedad severa. Comenzó a dolerme mucho el estómago. No podía sentarme y tenía tantas nauseas que vomitaba todo el tiempo. Estaba empapada en sudor. Sabía que las viejas fuerzas querían llevarse mi vida. Esto pasó todo el día. Los síntomas pararon por dos días, pero luego regresaron peor. Mi abdomen se hinchó tanto que parecía embarazada. Todo mi abdomen estaba rígido y adormecido. Un dolor insoportable me torturaba cada segundo. Mi barriga se sentía como prendida fuego y perforada con agujas. Cualquier movimiento mínimo me causaba un dolor intenso. Apenas podía respirar. No me podía sentar o acostarme. Sentía como si estuviera por morir.

Los practicantes se turnaron y quedaron conmigo todos los días. Estudiamos el Fa, compartimos nuestros entendimientos, hicimos los ejercicios y enviamos pensamientos rectos. Soporté el dolor. Cuando estudiamos las lecciones en Zhuan Falun me negué a estar acostada, sin importar cuán doloroso fuera. El dolor era tan insoportable que no podía ni acostarme o dormir por la noche, sino que tenía que apoyarme contra la cama. Esto duró tres meses.

Comencé a parecerme un esqueleto. Sin embargo, sabía que Shifu me estaba reforzando y que estaba llena de pensamientos rectos. Tuve una fe firme en Shifu y Dafa. Durante los peores días, no tenía miedo a morir, sino que me sentía tranquila. No me preocupaba por tener una enfermedad seria o por ir al hospital.

Shifu nos dijo:

“Los cultivadores verdaderos no tienen enfermedades”. (Exponiendo el Fa para los asistentes de Falun Dafa en Changchun de Explicando el contenido de Falun Dafa)

Creo firmemente lo que Shifu dijo. Le dije a las viejas fuerzas: “Seguiré a Shifu sin importar lo que intenten hacerme. No los reconozco”. Permanecí firme con mi pensamiento: Mi fe nunca se moverá inclusos si pierdo mi vida, porque estoy aquí por Dafa.

Entendí lo que Shifu nos enseñó:

“Al enfrentarse con tribulaciones, la naturaleza verdadera de uno se revela

Completen la cultivación, volviéndose un fo, dao o dios” (Verdadera naturaleza revelada, Escrituras esenciales para mayor avance (II))

Sentí que no sería capaz de pasar esta prueba si no tenía una fuerte fe al 100% en Shifu y Dafa. Incluso 99% no sería suficiente.

Las viejas fuerzas comenzaron a jugar juegos conmigo, interfiriendo seriamente con mi mente. A veces tenía pensamientos de morir, pero me negué a reconocerlos. Rechazaba estos pensamientos apenas surgían. Cuando me cuestionaba mi fuerza de voluntad y habilidad para soportar la tribulación, recordaba el siguiente Fa:

“Un gran ser iluminado no teme a las penalidades
Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa”
(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hong Yin (II))

Me di cuenta que soy una cultivadora. ¿Cómo podría no tener fuerza de voluntad? Muchas veces recitaba este poema durante los tres meses de sufrimiento físico.

Los otros practicantes estaban preocupados por mí, así que algunos pasaban la noche conmigo y enviaban pensamientos rectos para mí. Todos los practicantes en nuestra área formaron un cuerpo. Todos trataron el asunto como si fuera de ellos. Con su paciente ayuda, miré hacia dentro incondicionalmente y examiné mis apegos. Me pregunté: “¿Es mi reputación más importante que mi vida y mi cultivación?”. Estaba determinado a exponer todos mis errores y apegos, porque los que tenían miedo de ser expuestos eran estos, no yo. Estos morirían cuando los expusiera. Fue un proceso de negar a las viejas fuerzas.

Les conté a los practicantes todos los errores que cometí con respecto a la lujuria, y les dije que tenía miedo de dejar que otros supieran que cometí esos errores. Mi apego a la reputación estaba escondido. Me di cuenta que la única forma de atravesar esto era dejar ir todos mis apegos y seguir lo que Shifu nos enseñó. Sabía que estaba haciendo lo correcto al exponerlo.

También encontré muchos otros apegos, como la ostentación, validarme a mí y a mis logros. Traté los logros que conseguí a través de los proyectos de Dafa como cultivación, pero la verdad es que apenas estudiaba el Fa, apenas hacía los ejercicios o enviaba pensamientos rectos. Era equivalente a un no-practicante haciendo cosas de Dafa. A medida que exponía mis apegos, desaparecían, porque no eran parte de mí. Mi verdadero ser está compuesto de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Estas nociones adquiridas no tienen nada que ver conmigo.

A pesar que identifiqué mis apegos, mis síntomas no desaparecieron. Un día, un practicante levantó Zhuan Falun y le pidió a Shifu que nos ayude. Abrió el libro y vio la sección de “el xiulian tiene que concentrarse en una sola vía”. Cuando me lo dijo, inmediatamente vi mi brecha. Había una practicante local cuyo tianmu estaba abierto. Ella y otra practicante salieron con algo que llamaban “volar al cielo y aclarar la verdad a los fo”. Primero adoraban a diversos fo y luego les aclaraban la verdad. Yo también hice eso. Como había adorado a muchos otros fo, ellos querían hacerse cargo de mí. Las viejas fuerzas estaban intentando tomar mi vida por lo que hice.

Un día estaba leyendo “El xiulian debe concentrarse en una sola vía” de Zhuan Falun con los practicantes, cuando un dolor insoportable me atacó de nuevo. Era tan insoportable que no podía evitar dar vueltas en la cama. Los practicantes inmediatamente enviaron pensamientos rectos para mí. Esa noche varios practicantes vinieron para leer esa sección del libro conmigo y para enviar pensamientos rectos. Sin embargo, el dolor fue muy fuerte hasta la medianoche. Al día siguiente, un practicante sugirió que escriba una declaración solemne para invalidar lo que había hecho. Inmediatamente la escribí. Envié mi declaración y la publicaron en Internet. El dolor de estómago mejoró.

Un practicante niño vio a Shifu escribir esto para nosotros: “Estudien el Fa, hagan los ejercicios, envíen pensamientos rectos y salven seres conscientes”. Cuando escuché esto, mi fe se reforzó. Me di cuenta que tenía que negar los arreglos de las viejas fuerzas como también mi comportamiento, y hacer las tres cosas bien.

A pesar de tener el abdomen inflado, me las arreglé para repartir materiales de aclaración de la verdad esa noche. Los practicantes me acompañaron. La primera noche, apenas podía mover mis piernas por el peso extra que llevaba en mi abdomen. Como persistí, pude caminar un poquito más cada noche, y me sentí cada vez más liviana. Eventualmente, logré montar la bicicleta. Sabía que Shifu me estaba alentando a continuar. Fui al mercado para aclarar la verdad con otros practicantes.

Durante esos tres meses, lloré frente a la foto de Shifu muchas veces. Me disculpé sinceramente por mis errores y lamenté lo que hice. Permanecí firme en mi fe. Finalmente, noté que mi ombligo se movía de arriaba hacia abajo. Me di cuenta que Shifu me estaba ayudando a limpiar mi cuerpo. Mi estómago lentamente volvió a la normalidad.

Como escribió Shifu en su poema:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”
(Bondades entre el Shifu y los dizi)

¡Finalmente todo volvió a la normalidad! Mi experiencia prueba que Shifu puede hacer cualquier cosa. Continué mirando hacia dentro incondicionalmente.

Shifu dijo:

“Por ejemplo, una botella llena de cosas sucias, cerrada con una tapa ajustada, al ser arrojada al agua se hunde inmediatamente hasta el fondo. Tú vuelcas las cosas sucias que tiene adentro y cuanto más vuelcas, tanto más alto flota la botella; al vaciarla por completo, la botella sube flotando completamente hasta la superficie del agua”. (Zhuan Falun)

No hay palabras para describir mi gratitud hacia Shifu. Me arrodillo y agradezco a Shifu por darme una segunda vida. También agradezco a los practicantes desde lo profundo de mi corazón por ayudarme a atravesar este momento difícil. ¡No podía haberlo hecho sin ustedes! ¡Gracias!