(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1998. Previamente, practiqué en la escuela de Buda Amitabha durante veinticinco años. Durante esos años, tuve muchas enfermedades y era conocida por tener un comportamiento desagradable. Nadie se atrevía a pelear conmigo. Por lo tanto, no me beneficié con la práctica en esa escuela.

Falun Dafa generó cambios en mi vida

Luego de empezar a practicar Dafa, me convertí en una mejor persona. Era analfabeta, pero aprendí a leer el libro de Dafa, Zhuan Falun. Memorizaba las enseñanzas de Falun Dafa y era capaz de recitarlas. La cultivación me ayudó a encontrar mis apegos y abandonarlos.

Shifu Li Hongzhi, el Maestro de Dafa, dijo:

“Todo el proceso del xiulian del hombre es precisamente un proceso para eliminar continuamente los corazones de apego del hombre. En la sociedad humana común, el hombre compite y pelea uno contra otro, engaña o trata de ganarles a otros en astucia y lastima a otros por estos pocos beneficios personales; todos estos corazones hay que dejarlos. En especial aquellos que hoy están aprendiendo gong, aún más tienen que dejar estos corazones”. (Zhuan Falun)

Cada vez que perdía la paciencia, las palabras de Shifu venían a mi mente:

“Siendo alguien que refina gong debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren”. (Zhuan Falun)

Una vez que logré abandonar mis malos pensamientos, mi cuerpo cambió. No sólo cambió mi temperamento, sino que también mi estado de ánimo. Me volví amistosa y no discutí más con otros. Seguí los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y me transformé en una mejor persona.

Manteniendo mi compostura a pesar de los desagrados

En una oportunidad, mientras estaba tratando de darle un DVD de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista a un hombre de sesenta años, se enfureció y quiso llamar a la policía. Mantuve mi compostura y continué conversando con él pacíficamente. Le dije que parecía ser una persona amable y no sería capaz de hacer tal cosa. Se calmó un poco, pero aún quería revisar lo que había en mi bolso. Le dije que quería darle el último DVD sobre Dafa que tenía conmigo, para que él tuviera la oportunidad de conocer la verdad sobre Dafa. Finalmente cambió su actitud y me dejó ir.

Luego de que él se fuera, miré hacia adentro para ver qué pudo haber provocado ese incidente. Descubrí que tenía el apego de terminar una tarea, el cual está vinculado con el egoísmo. Quería regalar rápidamente el último DVD para poder irme a mi casa. Envié pensamientos rectos para limpiar mi ambiente. Este incidente me enseñó que debía tener un corazón puro al momento de aclarar la verdad sobre Dafa a la gente y no dejar que nada incorrecto me afectara.

Un secretario del partido se beneficia por apoyar a Falun Dafa

Hablé con el secretario del partido de mi aldea sobre Dafa en 2008. Le dije cómo me había beneficiado de lograr un cuerpo sano y convertirme en una mejor persona a través de la práctica de Dafa. Él mismo había atestiguado estos cambios en mí. También le dije que el partido comunista chino (PCCh) había estado persiguiendo al pueblo chino durante muchos años y le pedí que renunciara al partido antes de su colapso, de lo contrario quedaría implicado en sus crímenes.

Dijo que no se oponía a mi práctica de Falun Dafa, ni que estaba en contra de esta práctica de cultivación. Sin embargo, tampoco quería renunciar al PCCh. Se quedó el DVD y los Nueve comentarios para llevarlos a su casa y compartirlos con su esposa.

Poco tiempo después, fue promovido a una posición de funcionario en un pueblo. Cuando me encontré con él, le pedí que renunciara al PCCh. Aún no estaba preparado, pero aceptó los materiales de Dafa que le di. Luego, fue promovido a un cargo en el gobierno de la ciudad.

Él vino a mi pueblo en abril de 2016 y me realizó una visita. Dijo que había sufrido algunas enfermedades. Le recordé una vez más que renunciar al partido traería beneficios a su salud y que debería haberlo hecho hace siete años. Finalmente estuvo de acuerdo conmigo, pero aún estaba preocupado por su trabajo. Le aseguré que sería bendecido. Se tranquilizó y me agradeció.