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La carta abierta del marido de la Sra. Meirong Wang a la fiscalía china: “Dejen de violar la ley persiguiendo a buenas personas”

Jul. 20, 2017 |   Por un corresponsal de Minghui de la provincia de Shandong, China

(Minghui.org) La Sra. Meirong Wang, residente en el municipio de Malan, ciudad de Pingdu, provincia de Shandong, fue arrestada el 8 de junio de 2017 por hablarle a la gente sobre Falun Gong, una disciplina espiritual de la Escuela Buda perseguida por el régimen comunista chino.

La Sra. Wang fue golpeada durante el interrogatorio. Ya que no existe ninguna ley que condene la práctica de Falun Gong, las autoridades locales la acusaron de: “Valerse de una organización herética para menoscabar el cumplimiento de la ley”. Esta es una acusación que el gobierno chino usa frecuentemente para arrestar y encarcelar a los practicantes de Falun Gong.

Su familia contrató a un abogado para que la defendiera. Al letrado no se le permitió reunirse con los oficiales encargados del caso: Jie Liu, de la policía de la ciudad de Pingdu, y Yanqing Jiang, de la comisaría de Datian.

La hija de la Sra. Wang, que vive en el área de la bahía de San Francisco, llamó para pedir la liberación de su madre, desde el extranjero. El marido de la Sra. Wang, el Sr. Guiyun Jiang, escribió una carta abierta a las autoridades locales para solicitarles que su esposa sea puesta en libertad.

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Mi esposa, Meirong Wang, es una practicante de Falun Gong. En cuanto empezó a practicar desapareció su psoriasis aguda sin tomar ninguna medicación, y se volvió más bondadosa, sociable y considerada con los demás.

Siempre enseñó a nuestra hija a ser honrada y a resistirse a la tentación de obtener ganancias personales. Una vez, nuestra hija encontró un pendiente de oro cuando se dirigía a la escuela primaria, y mi esposa le dijo que se lo devolviera a su dueña, Hongfang Chi, que se quedó impresionada por su honradez.

En otra ocasión, nuestra hija se tropezó con una cartera en la escuela secundaria. La cartera contenía varios cientos de yuanes, algunas tarjetas bancarias y un documento de identidad. Mi esposa le pidió que se la devolviera a su dueño, Shouwei Zhang, quien le quedó realmente agradecido, ya que hubiera tenido que invertir mucho tiempo y esfuerzo para cancelar y luego volver a obtener tarjetas nuevas si las hubiera perdido.

Este abril, nuestra casa sufrió desperfectos a causa de una fuga que provenía de la unidad por encima de nosotros, de la cuarta planta. Nuestro colchón y nuestras sábanas quedaron empapadas. Caía tanta agua desde el techo de nuestro baño y de nuestra cocina que no podíamos usar ningún aparato eléctrico. El Sr. Xiao, propietario de la unidad arriba de nosotros, nos compró un juego de sábanas y edredones nuevos para compensar nuestras pérdidas. Mi esposa se los devolvió. Los familiares del Sr. Xiao se conmovieron y nos elogiaron, diciendo: “Ustedes son gente bondadosa. Es verdaderamente difícil encontrar personas como ustedes hoy en día”.

¿No traería armonía a la sociedad que hubiera más gente como mi esposa? ¿No existirían muchas menos desavenencias y disputas entre vecinos si hubiera más gente que actuara como mi esposa?

Invertí 400.000 yuanes en la empresa inversora Mingxiang de la ciudad de Pingdu en 2012. De ese dinero, 90.000 eran de los fondos de pensiones de mis padres, 60.000 de lo ganado en el extranjero por mi hermano menor y 250.000 de nuestros ahorros particulares. En aquel entonces, mi esposa intentó disuadirme para que no realizara la inversión, pero no la escuché. Al final, el propietario de la empresa fue arrestado, y perdí todo mi dinero. Cada vez que volvía a mi ciudad natal para visitar a mis parientes, a mis padres y a mi hermano siempre me preguntaban por su dinero. Me sentía angustiado por el hecho de que no disponía ni de un céntimo para devolverles. Mi esposa nunca albergó ningún resentimiento por esta gran pérdida. En lugar de eso, me reconfortó desde la tranquilidad: “¿Podemos pedir algún dinero prestado al banco para pagarles?”. Seguí su sugerencia y pude finalmente devolver el dinero. Mis padres y mi hermano no saben nada acerca de mi inversión fallida hasta el día de hoy.

Fue mi esposa quien me rescató de esta situación tan angustiosa. Siento mucho agradecimiento hacia mi esposa, porque posee un corazón generoso y amable.

Mi esposa solía trabajar como contable en la unión de crédito local de la aldea. Un día, el cajero tuvo que salir a hacer un trámite en la ciudad de Pingdu. Mi esposa voluntariamente cubrió su puesto en ese momento. Después de regresar, el cajero declaró que habían desaparecido un total de 22.500 yuanes. Al final, cada una de las tres personas involucradas, entre las cuales se hallaba mi esposa, tuvieron que reembolsar a la unión de crédito 7.500 yuanes, una cantidad equivalente al salario completo de un año en aquella época. Aunque realizó el trabajo de otro voluntariamente, mi esposa, no emitió ni una sola palabra de queja acerca de la situación.

Cuando mi esposa era la directora general del banco de agricultura y comercio, uno de sus clientes necesitaba un préstamo urgente. Reconoció al cliente porque había sido profesor de nuestras hijas. Una vez enterada de la naturaleza urgente del préstamo y de que, debido a los procedimientos bancarios, este se demoraría varios días, realizó la transferencia bancaria desde su propia cuenta a la del cliente.

¿No es una compasión extraordinaria la que ilustran las acciones de mi esposa? ¿Quién puede no estar de acuerdo en que ella es una buena persona?

Un día, mi esposa, se encontró con un señor mayor ciego mendigando en la calle. Solo era capaz de comprar dos manzanas después de un día entero pidiendo limosna. Viendo su necesidad, mi esposa, le compró diez yuanes de panes al vapor, esa tarde, y se los llevó. Más tarde, tomó un abrigo grueso de mi armario y se lo regaló al señor. Le dije: “Tienes un gran corazón. Serás recompensada por tus buenas acciones”.

El padre de mi esposa sufre parálisis desde hace treinta años. Siempre que tiene ocasión cuida de su padre y de sus necesidades diarias. A nadie le resulta una tarea liviana, especialmente después de años asumiendo dicha responsabilidad. Sin embargo, mi esposa no se queja en absoluto, lo cual la ha hecho merecedora de mi profunda admiración.

Cada punto de la historia que les he mencionado demuestra que Falun Gong enseña a sus practicantes a ser bondadosos y generosos. Sin Falun Gong, mi esposa no tendría tan buena salud o tan buen corazón. Ella aporta energía positiva a la sociedad. Este será un mundo mejor si hay más personas como mi esposa.

Las autoridades no deben violar la ley en su intento por perseguir a buenas personas. Lo bueno debería ser recompensado con lo bueno, no perseguirse. Por la presente pido que liberen a mi esposa incondicionalmente.

Informes relacionados (en inglés):

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