(Minghui.org) Cuando la practicante Wang Min (alias) y yo recientemente compramos algunos consumibles de impresión juntos, el dueño del negocio sonrió y dijo: “¡Ustedes dos aparentan ser buenos amigas!”.

Recientemente, habíamos comenzado a llevarnos bien. Antes de eso, no habíamos tenido mucha confianza durante años.

Cuando conocí por primera vez a Min, la vi muy delgada y se deprimía fácilmente. Cada vez que hablaba con ella, tenía que elegir mis palabras cuidadosamente.

Después de unas conversaciones incómodas, empecé a desconfiar de Min e intenté evitarla.

Había intentado superar esta desconfianza en varias ocasiones, pero fue en vano. No pude averiguar la causa raíz de la misma.

El invierno pasado, conocí a una practicante que parecía muy sincera y directa. Miraba hacia dentro siempre que surgía algún conflicto. Todos disfrutaban hablando con ella.

Me di cuenta que a la gente le gustaba porque era muy pura. También entendí la brecha de cultivación que había entre esta practicante y yo.

Después pensé en la desconfianza que mantenía con Wang Min. Me iluminé al hecho de que no había mirado hacia dentro, tenía un fuerte temperamento y hablaba muy alto. Durante los conflictos, me medía con los principios de la gente común en vez de con el Fa.

Un día, me acerqué a Wang Min y le pregunté: “¿Cuál es tu impresión hacia mí?”, ella dijo: “No quiero decir nada por miedo a avergonzarte”.

Cuando sinceramente le pregunté de nuevo, contestó: “No tienes ningún problema al hablar de los asuntos de otra gente; sin embargo, raramente miras hacia dentro para librarte de tus propios apegos. Siempre piensas que estás en lo correcto y no te gusta escuchar las opiniones de otros”.

Sus palabras me hicieron pensar: “Es verdad. No me gusta pedir ayuda, ni ayudar a otros y me encuentro como independiente, indiferente y egoísta”.

Enseguida me iluminé al hecho de que necesitaba eliminar mi apego a la fama y reputación. Estaba agradecida que Min me lo señalara amablemente.

Después, sinceramente me dijo que le señalara sus problemas. Sabía que ella estaba pasando por una dura prueba de xinxing, así que le recordé que tenía sentimentalismo fuerte hacia compañeros practicantes.

Le dije “Cada vez que surgen conflictos entre los practicantes, tú te involucras más que ellos”.

Parecía sorprendida por mi observación y dijo: “no sabía esto de mí misma, ni nunca nadie me lo había señalado. Nunca he prestado atención a ello”.

Tan pronto como abrimos nuestro corazón la una a la otra, la diferencia entre nosotras desapareció.

El Maestro nos dijo:

“Todos los asuntos tienen sus relaciones causales y predestinadas, ¿por qué los seres humanos pueden ser seres humanos? Precisamente porque hay qing dentro de los humanos; el hombre vive justamente por este qing: el qing de parientes, el qing entre hombre y mujer, el qing de padre y madre, el qing de sentimientos, el qing de amistad, el qing de hacer cosas en razón del vínculo; donde sea que fuera, no se puede apartar de este qing; querer hacer o no, estar contento o descontento, amar u odiar, todo lo de la sociedad humana entera proviene de este qing. Si este qing no se corta, no puedes cultivarte y refinarte”.

(Lección Cuarta, Zhuan Falun)