(Minghui.org) Tengo 80 años y comencé a practicar Falun Gong en 1997. En los últimos 20 años, he tenido muchas experiencias enriquecedoras, y he logrado un entendimiento más profundo de las enseñanzas del Fa. Mirando hacia atrás, no puedo evitar atesorar la protección, advertencias, guía y apoyo en cada paso de mi camino.

No me alcanzan las palabras al intentar expresar mi gratitud. A continuación, son solo algunas de muchas experiencias que he vivido.

Shifu dijo:

“Así que sea que te encuentres con cosas buenas o malas, mientras te cultives en Dafa, son todas positivas, de seguro”. (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005)

Aprendiendo después de caerme dos veces

Recientemente, me caí dos veces. A mi edad, las caídas habrían sido graves si fuera una persona común, pero estuve bien.

La primera vez, me caí en la acera de la embajada de china. Me desmayé por la caída. Una compañera practicante me ayudó a pararme y me dijo que le pidiera ayuda a Shifu, pero no pude oír lo que ella dijo. Cuando desperté, vi que tenía lesiones en todo el cuerpo. Llegando a casa, me vi en el espejo y no me reconocí. Mi frente estaba completamente hinchada. Sin embargo, no fui al hospital.

Aunque no podía levantar uno de mis brazos y una de mis piernas, persistí en estudiar el Fa y hacer los ejercicios. Después de una semana, me había recuperado. Me creció piel nueva en la frente, y no quedó ninguna cicatriz. Alguien dijo que incluso parecía más joven y bonita que antes. Mi piel de hecho se sentía más suave y tenía menos arrugas.

Un día, le entregué un folleto sobre Falun Gong a una mujer de mediana edad en un estacionamiento. Ella parecía tener prisa y me ignoró. Le dije: “Por favor, tome este folleto". Ella preguntó: "¿Es sobre Falun Gong? Dime, ¿qué tiene de bueno Falun Gong?".

Al principio, no estaba segura cómo contestarle. Le dije: "Tiene razón. Practico Falun Gong. ¿Pero puede adivinar cuantos años tengo?”.

Ella me miró y dijo: "¿Setenta años?". Le contesté: "Tengo ochenta". Ella se sorprendió y dijo: "Falun Dafa debe ser extraordinario". Entonces tomó el folleto y también estuvo de acuerdo en renunciar al partido comunista chino (PCCh).

Incluso a mi edad, oigo y veo bien y no tengo manchas en mis manos o cara. Tal vez, Shifu hizo algo para que parezca más joven. A pesar de todo, la señora se quedó muy impresionada con Falun Gong.

En otra ocasión, a finales del año pasado, Shen Yun estaba llegando a mi ciudad. Así que salí con otros practicantes para dejar folletos de Shen Yun en las puertas de la gente. Fue entonces que me caí otra vez.

Cuando ocurrió, inmediatamente pensé en Shifu: "Shifu, estoy bien". No le dije a nadie de la caída y seguí distribuyendo la información de Shen Yun. Al llegar a casa, me dolía todo el cuerpo y solo podía acostarme sobre mi espalda, pero no podía ponerme de costado para nada. Sin embargo, seguí haciendo los ejercicios y estudiando el Fa cada día.

Después de dos o tres días, ya no sentía ningún dolor. Además, mi respiración era mejor que antes. De hecho, había experimentado problemas de respiración debido a una condición del corazón durante años. De repente, ya no tuve problemas de respiración en absoluto. Se sentía como si Shifu me hubiera realizado una cirugía de bypass en mi corazón.

A través de dos caídas, Shifu me ayudó a pagar algunas de las deudas kármicas (de ye) acumuladas en vidas anteriores.

Palabras desagradables para los oídos

Hay un refrán chino: "Un consejo sincero puede ofender a los oídos". De hecho, a veces todavía encuentro difícil escuchar los consejos de los demás. Después de pensar sobre esto por un tiempo, me di cuenta de que había una gran distancia entre mi nivel de cultivación y los requisitos del Fa.

Un día, salí con otro practicante para hablar con la gente y animarla a renunciar al PCCh. De la nada, mi compañera dijo: "No eres como una practicante. Actúas como si no tomaras en serio la cultivación".

No reflexioné sobre sus comentarios y le respondí a la ligera: "Bueno, pensé que me había esforzado mucho". Luego nos fuimos a casa.

Mientras pensaba en lo que me había dicho, empecé a sentirme molesta. ¿Cómo me pudo decir esto? He estado practicando Falun Dafa durante 20 años, y era una de las practicantes más veteranas de mi ciudad. No dudé ni un momento después de que comenzó la persecución. Fui una de las primeras practicantes que establecieron un sitio de producción de materiales informativos, y había hecho folletos por muchos años. Durante ese tiempo, la policía me había acosado e incluso había tratado de detenerme.

Después de que me fui de China, he salido todos los días para aclarar la verdad y para animar a la gente a renunciar al PCCh. Nunca he aflojado, y he estado en sitios turísticos, así como en la embajada de china para hablar con la gente. Estaba realmente molesta por lo que el practicante me había dicho y quería quejarme con alguien.

Sin embargo, después de todo, soy una cultivadora. Sabía que no era accidental que había escuchado esas palabras. Necesitaba mirar hacia adentro.

Shifu nos enseñó:

“Para los dioses, si un cultivador en el mundo humano tiene razón o está equivocado no tiene en absoluto importancia, sino que eliminar el apego de los corazones humanos es importante. En el xiulian, cómo quitar los corazones de apego es lo importante. (Aplausos) Enfrenta la injusticia más grande y trátalo sin importancia, sin que se mueva el corazón, y no busques justificaciones para ti mismo. Hay muchos asuntos que ni necesitas debatirlos, porque en tu camino de xiulian no hay nada accidental, tal vez en una conversación algo te toca, tal vez este factor que tiene el propósito de causar conflictos fue hecho por Shifu. Tal vez lo que él dijo realmente te afecta, te ha tocado donde te duele, por eso te sientes afectado. Tal vez te culpa erróneamente, pero esa frase no necesariamente fue dicha por él, sino que tal vez la dije yo. (Risas)En aquel momento voy a ver cómo tratas estos asuntos, en aquel momento, si tú chocas con él sería como chocar conmigo”. (Enseñando el Fa en Manhattan)

Me di cuenta que no podía tener pensamientos negativos acerca de las observaciones del practicante, sólo necesitaba mirar hacia adentro. Y cuando lo hice, me encontré con muchos apegos: no me gustaban las dificultades, buscaba la comodidad, me gustaba presumir, despreciaba a otras personas y tenía muchos intereses personales.

Por ejemplo, cuando estábamos fuera para distribuir folletos o hablar con la gente, checaba el tiempo y me fijaba en cuántos folletos habíamos repartido o en cuántas personas habíamos ayudado a renunciar al PCCh. Siempre era yo quien decidía retirarse. Generalmente, me iba antes que mis compañeros.

En casa, era mandona y a menudo me involucraba en peleas con mi familia. Como mujer, no era amable o virtuosa. Aunque había dicho que "correría" para alcanzar a los compañeros practicantes, no me levantaba temprano por la mañana, me quedaba dormida y pasaba un par de horas antes de levantarme. A veces, pasaba un par de horas jugando ajedrez con mi familia. Estaba muy apegada a los juegos y me divertía mucho. Siempre me arrepentía de hacerlo, pero unos días más tarde, jugaba otra vez. Ni siquiera pensaba si actuaba como una practicante. Necesitaba que alguien usara el martillo pesado conmigo, porque no era diligente.

La compasión de Shifu

Mirar hacia adentro no es fácil. Encontré toneladas de problemas acerca de mí, pero no estaba segura si había identificado los asuntos fundamentales. ¿Qué significaban en términos de mi conducta en la vida cotidiana? Shifu parecía haber leído mi mente, por lo que encontré más y más pruebas.

En algún momento del mes de febrero de este año, salí con otros tres practicantes a contarle a la gente los hechos acerca de Falun Gong y de la persecución en China. Uno de ellos me preguntó en el camino: "¿A qué hora terminamos hoy?". Le respondí: "Me da lo mismo. Ustedes decidan”.

Al final del día, cuando estábamos a punto de irnos a casa, se acercó una señora mayor. Parecía que venía de China. Ella rechazó los folletos que le ofrecimos y se negó a renunciar al PCCh. Le ofrecí un CD sobre la sustracción forzada de órganos de los practicantes encarcelados en China, pero ella me ignoró y siguió caminando. Entonces ella se volvió hacía mí y me preguntó: "Me puede decir usted ¿de qué se trata? No quiero verlo yo misma".

Así que hablé con ella acerca de por qué la gente debe renunciar al PCCh. Comparé el PCCh con un barco que se hunde y le dije que estaba tratando de que las personas que aún estaban a bordo abandonen el barco por su propia seguridad. Le dije que los comunistas han hecho muchas cosas malas, y un día serán hechos responsables. Nadie se quiere hundir con ellos. Entonces, la señora estuvo de acurdo en renunciar al PCCh.

En el camino de regreso a casa, otro practicante me dijo que, si hubiéramos regresado antes, la señora hubiera perdido la oportunidad de encontrarse con nosotros. Me di cuenta de que la mujer había sido una prueba de Shifu –Shifu me había dado un "palo de advertencia".

Una mañana, después del desayuno, me paré en frente del retrato de Shifu y, con las manos en posición de heshi, le dije a Shifu: "No lo he hecho bien. Tengo que hacerlo mejor. Quiero mejorar, ser una practicante genuina".

Cuando miré hacia arriba, vi que Shifu me sonreía. Era una sonrisa que nunca antes había visto, muy misericordiosa y llena de compasión. Sentí una corriente cálida atravesando todo mi cuerpo y lloré. ¿Eran lágrimas de gratitud o de vergüenza? Todavía no estoy segura. Sólo sé que no podía detener mis lágrimas.