(Minghui.org) En estos últimos años he estado tenazmente exponiendo la persecución, y durante el proceso, hay muchas historias que tocaron mi corazón. Me gustaría compartirles algunas de ellas.

Una vez, le entregué un folleto a una señora de mediana edad, que estaba afuera con su hija -la niña parecía tener cinco o seis años de edad. La chica estaba tan feliz por el volante que me dio un gran abrazo y me agradeció una y otra vez. Yo sabía que era su lado que sabe la verdad y expresaba gratitud por la información que salvaría su vida.

En otro momento, dos personas recibieron el volante que les entregué, cuando de repente un grupo de personas me rodeó. ¡Ellos también querían volantes! Me escucharon atentamente cuando les conté acerca de la sustracción forzada de órganos a los practicantes de Falun Dafa. Estaban de acuerdo conmigo, y algunos incluso me preguntaron si podían ayudarme a distribuir los volantes.

Cuando estaba entregando volantes a otras personas en la calle, me di cuenta que un hombre me había estado siguiendo durante varias cuadras. Luego se acercó a mí y me dijo que tuviera cuidado ya que me vio entregar folletos abiertamente en la calle.

Le pregunté si sabía algo sobre Falun Dafa, y me dijo que sí. Le dije que el tiempo apremiaba, y cuanta más gente supiera la verdad, sería mejor. Quería aprovechar el momento y salvar a tantas personas como fuera posible. Él estuvo de acuerdo conmigo, pero todavía me dijo que tuviera cuidado. Le di las gracias por su amabilidad.

Un día, se realizó una gran inauguración de un supermercado y atrajo a muchas personas. Me paré enfrente del negocio y comencé a entregar folletos de Falun Dafa. Cuando me fui, una señora me persiguió con su bicicleta. Ella no era muy amable.

Ella me preguntó: “¿A usted le dan beneficios para la jubilación? ¿El partido comunista le da dinero y se atreve a ir en contra de ellos? ¿Eres su líder? ¿De dónde sacas el dinero para imprimir estos volantes?".

Le dije que gastamos nuestro propio dinero para imprimir los folletos, y lo hacemos para aclararle la verdad a la gente. Nuestros ciudadanos merecen saber la verdad sobre la persecución a Falun Dafa y por qué el PCCh recibirá su justo castigo. Sólo quería que los que se unieron en el pasado al partido, puedan renunciar a él y escogieran un mejor futuro mejor para ellos.

También le conté sobre las maravillas de Falun Dafa. Ella me siguió durante varias cuadras mientras hablábamos, y al final, finalmente entendió. Me sostuvo las manos y me dio las gracias mientras tenía lágrimas en sus ojos. Le di el último folleto que quedaba en mi mochila para que llevara a su casa y compartiera con sus amigos.