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Cómo eliminé mi apego al miedo

Jun. 29, 2017 |   Por una practicante de Falun Gong en China

(Minghui.org) Evitaba leer reportes sobre cómo el partido comunista chino (PCCh) perseguía a compañeros practicantes de Falun Gong. Tenía miedo de que, al leerlos, estaría más temeroso aún. Cuando un familiar practicante fue arrestado tuve que tratar con oficiales de policía, fiscales y jueces. A menudo me sentía intimidado. Además, me di cuenta de que no era muy bueno explicando los hechos sobre la persecución a Falun Gong.

Un tiempo después, descargué y organicé artículos relevantes de Minghui. También leí artículos relacionados con derecho, política y la aplicación de la ley china.

Usé esta información cuando escribía cartas a las autoridades y para aumentar más efectivamente la sensibilidad en el público.

Como la mayoría de los oficiales gubernamentales siguen ciegamente las órdenes del PCCh, no les importa los beneficios que aporta Falun Gong a sus practicantes.

Sin embargo, al explicarle que tendrán que rendir cuentas de sus malas acciones en el futuro, de repente se interesan más en lo que tienes que decir.

Escribiendo cartas y haciendo llamadas por teléfono

Inicialmente escribí cartas e hice llamadas telefónicos a varios miembros del personal judicial. Después, por fin eliminé mi apego al miedo, hablé cara a cara, lo que tenía mucho mejor efecto.

Escribí alrededor de cuarenta cartas dirigidas a determinados familiares de practicantes detenidos, muchas no fueron entregadas. Sabiendo que las cartas podían ser abiertas y leídas por el personal de los centros de detención, usé esta oportunidad para aclarar los hechos.

El juez en el caso de un familiar indicó a nuestro abogado que me informase que si no dejaba de escribir cartas al centro de detención, podría enfrentar cargos. Asumí que las cartas fueron entregadas a la oficina de policía o a la oficina 610.

Cuando hice llamadas telefónicas a diferentes departamentos judiciales, primero les pregunté a ellos sobre el caso de mi familiar y después incurrí en el tema de la responsabilidad legal. Cuando notaban que estaba bien versado en leyes, no trataron de intimidarme.

También hablaba sobre la persecución a Falun Gong y las consecuencias de participar en ella. Puntualicé que el PCCh está ejerciendo una campaña anticorrupción en China que actualmente está orientada a esos individuos que están envueltos en la persecución.

Antes de terminar mis llamadas, expliqué los beneficios de practicar Falun Gong y señalé numerosos ejemplos desde mi propia experiencia personal, y a su vez, cómo otros se recuperaron de cáncer y otras enfermedades.

Descubrí que el personal encargado en hacer cumplir la ley no tenía ni idea sobre la ley china y que simplemente seguían directivas impuestas por autoridades de niveles superiores. Creían ciegamente la propaganda anti Falun Gong diseminada por el régimen. Muchos fiscales vomitaban las mismas mentiras que fueron puestas por los medios de comunicación controlados por el estado.

Un juez interino de la corte intermedia en mi ciudad afirmó que simplemente estaba siguiendo la política del gobierno cuando sentenciaba a los practicantes de Falun Gong. Cuando le pregunté a cuál política específica se estaba refiriendo, él comenzó a frustrarse y colgó el teléfono enojado.

“Me gustaría charlar más contigo en el futuro”

Un día, visité al subjefe de una comisaría que de vez en cuando arrestaba practicantes. Después de mostrarle pruebas de la naturaleza ilegal de la persecución, dijo: “Sé que esta persecución es ilegal”.

Le dije: “dado que tampoco existe una política oficial gubernamental estableciendo que Falun Gong es ilegal, ¿cuál es su base para perseguir practicantes de Falun Gong?”.

“Pienso”, él dijo: “Que el régimen simplemente no puede permitirte practicar Falun Gong”. Comprendí que el verdaderamente entendió la naturaleza malvada del régimen, que pretende gobernar siguiendo la ley mientras lleva a cabo una persecución totalmente ilegal.

Entonces, saqué un periódico que había llevado conmigo y señalé tres áreas resaltadas. Él exclamó: “¡Cada uno de esos puntos está relacionado con religiones, no con Falun Gong!”.

Yo le pregunté: “¿Entonces por qué Falun Gong está siendo difamado como una religión cuando claramente no lo es?”. Él se quedó sin palabras y su actitud hacia mí se ablandó.

Le expliqué que hay personas en la ciudad que están enfurecidas con la policía por arrestar practicantes de buen corazón. Cuando me respondió que él “solo estaba siguiendo órdenes” le dije que en el futuro él podría ser responsabilizado por sus acciones.

Se veía frustrado y midió su presión arterial tres veces durante nuestra conversación que duró una hora. Entonces abrió su cajón y me enseñó numerosas medicinas prescritas que tomaba a diario.

Le dije: “está enfermo porque usted está participando activamente de la persecución”. Él replicó: “es mi trabajo. ¡Necesito ganar dinero!”. Le dije que podría hacer sus deberes sin tomar parte directamente en la persecución.

Cuando me levanté para irme, dijo: “me gustaría charlar más contigo en el futuro”.

Todas estas experiencias me ayudaron a eliminar mi apego al miedo. También llegué a comprender que mucha gente en el pasado me llegó a intimidar por mi mentalidad basada en el miedo.

Así como mis pensamientos rectos se fortalecieron, se volvió más fácil clarificar la verdad en el sistema judicial. Ya no albergaba ira, odio o mentalidad de lucha hacia nadie.