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Recibiendo un llamado de atención por mi adicción al teléfono y a WeChat

Jun. 28, 2017 |   Por un practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) Vivo solo y tengo casi setenta años. Armé en mi casa un sitio de producción de materiales de aclaración de la verdad para mí y otros practicantes en nuestro grupo de estudio de Fa. Me levanto para hacer los ejercicios todos los días a las 3:50 a.m., después estudio dos lecciones de Zhuan Falun. A veces salgo de mi casa para hablar con la gente acerca de Falun Dafa. Normalmente estoy ocupado todos los días, soy feliz y estoy saludable.

Mi hijo compró un nuevo teléfono, y me dio su viejo. Era un teléfono impresionante con muchas funciones. Aprendí a usar WeChat y lo usé para chatear en línea con mis hijos y nietos.

Incluso me uní a algunos grupos públicos en WeChat y envié algunos buenos artículos a mis familiares. Con el tiempo, pasaba más y más tiempo con el teléfono y menos tiempo aclarando la verdad.

Poco después, mi estómago comenzó a molestarme y empecé a vomitar. Me sentí débil y tuve que acostarme un rato. Esa noche no pude dormir y a la mañana siguiente me sentía débil y no tenía apetito. Limpié un poco la casa y luego salí. Compré un tazón de avena, pero sólo pude comer la mitad. En mi camino a casa, me desmayé.

Me llevaron a una pequeña clínica que estaba cerca, porque alguien me había encontrado. Como sabía que mi hijo me llevaría a un hospital más grande, no le dije al personal del hospital cómo contactarlo. Me quería ir. El doctor dijo que no estaba lo suficientemente bien y que quería que me quedara para recibir tratamiento.

Le dije a Shifu en mi corazón: "Shifu, soy un discípulo de Dafa. No necesito un hospital. Necesito ir a casa".

Cuando el médico salió de la habitación, me levanté y salí del hospital.

Caminé hasta mi casa y me acosté en la cama a descansar. Mientras me dormía, oí una débil voz que me decía que me cubriría con una colcha. Cuando me desperté, me sorprendió encontrar que estaba cubierto con la colcha de mi sofá.

Me había recuperado completamente. Sabía que tenía que buscar la razón del incidente. Me di cuenta que el problema había surgido por mi adicción al teléfono.

Compartí mi experiencia con mis compañeros practicantes y estudié algunos de los artículos recientes de Shifu. Me di cuenta de lo peligroso que es para un practicante pasar tanto tiempo jugando con el teléfono.

A veces, cuando veo mi teléfono todavía siento la necesidad de pasar tiempo en él. Pero me mantengo alerta a esta adicción y resisto la tentación. Ocasionalmente envío pensamientos rectos para eliminar este apego.

Espero que otros practicantes puedan aprender de mi experiencia.