(Minghui.org) Cuando la primavera llegó a Nueva York, aproximadamente diez mil practicantes participaron en diversas actividades para celebrar el vigésimo quinto Aniversario de la presentación de Falun Dafa al público. Del 11 al 14 de mayo, se podían ver los practicantes en el bullicioso Manhattan, en la plaza Dag Hammarskjold en frente de la ONU, Times Square, o en Central Park.

Los practicantes occidentales y chinos de todas las edades se movieron al unísono con la música pacífica, haciendo los ejercicios en la plaza Dag Hammarskjold el 12 de mayo. La Sra. Yao Peixia, de ochenta y tres años, de Nueva Zelanda, estaba encantada de estar allí. Dijo: “¡Falun Dafa es extraordinario! El Maestro es misericordioso. Más de treinta de mis familiares son practicantes y son beneficiado por practicar Falun Dafa”.

La Sra. Yao Peixia haciendo la meditación en la plaza Dag Hammarskjold.

La mayoría de las personas de su edad sufren de una diversa variedad de enfermedades, pero la Sra. Yao es sana y fuerte. Va todos los días a las atracciones turísticas para hacer los ejercicios y contarle a las personas lo asombroso que es Falun Dafa.

Una gran familia practica Falun Dafa

La cuñada de la Sra. Yao sufría una enfermedad cardíaca y fue hospitalizada en agosto de 1997. Ella oyó acerca de Falun Dafa cuando se le permitió regresar a casa para celebrar el Festival de la Luna. Al principio, apenas podía caminar y dos personas tuvieron que ayudarla para ir al sitio de práctica. Después de hacer los ejercicios por solo cuatro días, ¡los síntomas de su enfermedad cardiaca desaparecieron!

Pensó: “¿Estoy curada?”. No podía creerlo. Cuando pudo caminar sin ayuda, se dio cuenta de que no era un sueño.

La Sra. Yao también sufría diversas enfermedades. Luego de escuchar la asombrosa experiencia de su cuñada, volvió a su ciudad natal, a la ciudad de Louyang, y aprendió a hacer los ejercicios de Falun Dafa. Dijo: “Hice los ejercicios durante diez días y todas mis enfermedades se fueron”.

Después de haber presenciado su asombrosa mejora, sus familiares comenzaron a practicar, y experimentar muchas cosas positivas.

Su sobrino necesitaba un trasplante de riñón pero después de que comenzó a practicar Falun Dafa su enfermedad desapareció. Su hermana menor fue golpeada por un tractor y resultó herida, pero se recuperó rápidamente haciendo los ejercicios. La enfermedad cardíaca de la cuñada de Yao desapareció. Tenía diversos problemas para caminar, pero ahora puede llevar bolsas pesadas a su apartamento en el cuarto piso.

Cuando la sobrina de la Sra. Yao tenía solo tres años de edad, desarrolló síntomas de una extraña enfermedad que los médicos no podían tratar. La cabeza de la niña se hinchó tanto que sus ojos apenas podían abrirse. Después que hizo los ejercicios durante seis meses, su enfermedad desapareció. Ahora tiene dieciocho años y es muy sana.

La Sra. Yao está muy agradecida al Maestro Li Hongzhi, el fundador de Falun Dafa, y dijo: "¡Tantos milagros en nuestra familia! Nuestra gratitud hacia el Maestro no se puede expresar en palabras. Sólo podemos pagarle contándole a las personas sobre lo que les ocurre a los practicantes de Falun Dafa en China".

Aunque la persecución ha continuado en China, toda la familia a menudo sale a difundir material de Falun Dafa. La sobrina de la Sra. Yao visita el campo local en su bicicleta para entregar folletos todas las noches. Esperan que el pueblo chino pueda entender lo que les ocurre a los practicantes de Falun Dafa y se beneficien con la práctica.

Hablando con chinos del extranjero

La Sra. Yao fue a vivir con su hija a Nueva Zelanda en 2004. Va todos los días al sitio de práctica, distribuye diarios y habla con los chinos.

Al comienzo, Algunos chinos no eran amables y se negaban a escuchar. Pero ella no se dio por vencida, y pronto comenzaron a escucharla. Sus actitudes cambiaron y se hicieron más simpáticos y comprensivos. Ahora la saludan y algunos incluso le ofrecen su té.

La Sra. Yao hablaba frecuentemente con un policía chino jubilado. Al principio le rechazó el periódico y dijo: "¡Lo leíste!". Ahora él alegremente la saluda y le dice: "¡Hola! ¡Por favor, cuídense del frío!". Al ver cómo su actitud ha cambiado, ahora ella está muy feliz.

Yao dijo: “No me enojo cuando las personas rechazan los folletos, en cambio siento pena por ellos. La mayoría de los chinos son buenas personas, pero ellos están envenenados por la propaganda del partido comunista chino (PCCh)”.