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Estaba sumergido en la desesperación

Jun. 20, 2017 |   Por un practicante de Falun Dafa

(Minghui.org) Hace años era alcohólico y frecuentemente pasaba las noches enteras fuera de casa bebiendo. El alcohol estaba arruinando mi salud y mi matrimonio. Mi esposa no podía controlarme y quería divorciarse.

Me sentía totalmente desesperado. Entonces un amigo me habló de Falun Dafa. Empecé a practicar diligentemente y conseguí abandonar mi adicción. Recuperé la salud, y el corazón de mi esposa. Después de atestiguar mi cambio, mi esposa decidió empezar a practicar Dafa conmigo.

Los aldeanos también notaron mi cambio y siete se convirtieron en practicantes de Dafa. Una mujer de la aldea, que tenía ochenta años, sufría una artritis aguda que le había deformado sus extremidades y que le causaba terribles dolores. Había visitado muchos hospitales famosos, pero ninguno de aquellos médicos de renombre logró ayudarla. Cuando su familia decidió no invertir más dinero en tratamientos, se sintió desesperanzada, así que dejó de tomar la medicación. Solo tomaba los analgésicos suficientes para poder pasar el día.

Le hablé sobre Falun Dafa y de cómo podía ayudarla a mejorar su salud. Le presté las conferencias en vídeo del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa). Poco después, me devolvió los vídeos y me dijo que su familia no quería que practicara Dafa porque se consideraban ateos.

Pasado algún tiempo, noté que casi no podía andar y mucho menos realizar cualquier tarea. Se acercó y me dijo que quería volver a ver los vídeos del Maestro. Dos días después, me contó que ya no sentía ningún dolor. Ha seguido practicando Falun Dafa diligentemente desde entonces. Es una persona influyente de la localidad, así que mucha gente sabe que es una practicante.

Mi temperamento puesto a prueba: Pérdida y ganancia

Alquilé algunas de mis tierras por cincuenta mil yuanes al año. No pude evitar percibir que, durante varios años, a mi inquilino no le marchaban bien sus negocios. Así que un buen día, me decidí y le propuse reducir su renta a treinta mil yuanes. Le sorprendió tan generosa oferta. Pero como él pensaba que entonces la renta sería demasiada baja, acordamos que se quedaría en treinta y cinco mil yuanes. Ambos quedamos muy satisfechos con el acuerdo.

En una ocasión, mientras conducía mi furgoneta porque tenía que transportar algunos materiales impresos para los compañeros practicantes, un automóvil apareció súbitamente desde detrás de un vehículo que se encontraba estacionado en el carril contrario de la carretera y se avalanzó hacia mi. Aunque intenté esquivarlo desviándome hacia la derecha todo lo que pude, el otro vehículo llegó a rozar mi automóvil. El otro conductor y yo nos bajamos para comprobar los desperfectos. En la parte trasera izquierda de mi auto se podía ver un arañazo largo y profundo. El conductor me ofreció dinero para que lo arreglara. Rechacé su oferta y solo le pedí que tuviera más cuidado en el futuro. Se sintió profundamente agradecido. Cuando regresé a mi casa, me dispuse a limpiar mi auto con un trapo y me quedé sorprendida de que el “arañazo” desapareció en cuanto lo limpié. No quedó ningún rastro del accidente.

Aprecio verdaderamente de corazón lo que me ha sido concedido por Dafa y el Maestro Li.