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El ojo de mi hija se recuperó

Jun. 17, 2017 |   Por una practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) En el invierno de 2004 mi hija tenía dos años y todos decían que era una niña bonita.

Un día, cuando despertó de una siesta, noté que su ojo derecho estaba rojo, y había un punto blanco bajo el iris. Pensé que era una secreción, por lo que se lo froté y traté de quitarlo. Pero el punto permaneció.

Me di cuenta que había un problema, pero ya era tarde para ir un médico; al día siguiente la llevamos con mi marido.

Le diagnosticaron queratitis (inflamación de la córnea del ojo). Luego pasamos dos días yendo a otros hospitales, pero recibimos el mismo diagnóstico. Nos dijeron que podía ocurrir nuevamente luego de una infección, y que todo el globo ocular podía volverse blanco. Era incurable ya que no había nervios allí, y ningún medicamento que alcanzara el área afectada.

¡Quedamos impactados y muy tristes!

Aunque yo había practicado Falun Dafa durante siete años, mi comprensión de las enseñanzas de Dafa no era sólida. Le apliqué medicinas y ungüento al ojo de mi hija durante seis meses, pero nada funcionó. Mi corazón se rompía cada vez que lo veía.

Un día en el verano de 2005, la recogí de la guardería. Estaba comiendo una rosquilla frita. Me sentí muy triste por su problema y pensé en el Maestro Li (el Fundador de Falun Dafa), cerré los ojos y dije: "Maestro, por favor ayúdanos. Sólo Tú puedes ayudarnos”.

Luego mi niña dijo: "¡Mamá, es el Maestro!".

Abrí inmediatamente mis ojos y pregunté: "¿Qué dijiste?".

"¡Mamá, es el Maestro!".

“¿Dónde?”, le dije.

"Allí”, respondió señalando mi hombro izquierdo.

No me atreví a mirar, ya que sentía que no era digna de verlo. Antes le había pedido ayuda, cuando mi hija estaba en problemas, y el Maestro cuidó de ella. Me sentí avergonzada pero emocionada. Supe que había esperanza de ser curada.

A la mañana siguiente, cuando abrió sus ojos, vi que eran transparentes y hermosos, sin ningún signo de queratitis. Aunque esperaba un cambio, la realidad todavía me sorprendía. ¡No podía expresar mi gratitud con palabras!

Más tarde, le hablé a mi marido. No dijo nada, pero podía ver su agradecimiento. Él estaba en contra de mi cultivación porque los practicantes de Falun Dafa son severamente perseguidos en China.

Ahora mi hija tiene 14 años, es bonita y está saludable. Ella sabía que era el Maestro quien le había dado sus hermosos ojos brillantes.

Siempre dijo: "Afortunadamente, el Maestro me ha salvado. De lo contrario, ¿no sería ciega?".

Gracias, Maestro.