(Minghui.org) Pasé una semana memorizando el nuevo Lunyu del­­­­­ Maestro, luego otro mes estudiándolo a fondo para entender el significado detrás de cada palabra y oración.

Encomendar el Lunyu a la memoria me ayudó a entender verdaderamente lo que el Maestro dijo:

“Si cada uno de ustedes puede entender el Fa desde lo profundo de su corazón, eso sí será la manifestación del Fa cuyo poder es infinito”. (Palabras de advertencia, Escrituras esenciales para mayor avance)

Si realmente podemos tener el Fa en nuestros corazones, entonces el Maestro puede ayudarnos con cualquier cosa.

Cuando empecé a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong), no pensaba en pedirle ayuda al Maestro cuando tenía dificultades. Pero cuando me di cuenta de que debíamos hacer esto, tomé una decisión: darle un informe diario al Maestro sobre el progreso de mi cultivación, confesar si cometí algún error y prometer al Maestro rectificarlo.

He estado practicando Falun Dafa por más de 10 años, y me he beneficiado mucho de traer constantemente al Maestro a mi vida.

Mantener pensamientos rectos al hablar con la gente

Mi corazón tiene dolor cuando leo artículos en el sitio web de Minghui que nos informan sobre los practicantes de Dafa que son arrestados, sentenciados y torturados.

A menudo envío pensamientos rectos llorando, esperando que estos practicantes puedan usar sus pensamientos rectos para negar la persecución. Realmente necesitamos sacar nuestras habilidades sobrenaturales, pues el Maestro dice que cada uno de nosotros tiene que negar la persecución.

Siempre que hablo con gente acerca de Dafa o pego carteles de Dafa por la noche, si tengo la más mínima noción de miedo, recuerdo que el Maestro está a mi lado para que nadie se atreva a hacerme daño.

Una vez, estaba distribuyendo materiales informativos cuando escuché a alguien gritando agresivamente: "¡Alto! ¡Quédate dónde estás! ¿Estás pasando cosas de Falun Gong?".

Me sentí en pánico un poco, pero luego rápidamente le dije al Maestro en mi corazón,: "Gracias Maestro, por enviar a alguien con una relación predestinada para poder salvarlo".

Le dije a la persona: "¡Sí por cierto! ¿Te gustaría uno?".

Pareció que su actitud cambió. "¡Sí! Sí", respondió". Me encanta leer materiales de Falun Gong".

Le ofrecí el folleto de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, DVD y otros materiales.

Lo guardó cuidadosamente en su mochila y me dijo: "Me voy a mi casa ahora, para leer y disfrutar lo que me has dado".

Otras personas que caminaban por ahí, parecían estar influenciadas por su entusiasmo y aceptaron materiales de Dafa. Algunos incluso renunciaron al partido comunista chino (PCCh).

Otro día, estaba en mi bicicleta esperando a que la luz cambiara en un cruce de calles, cuando noté a un hombre bien vestido de mediana edad caminando hacia mí. Así que le entregué una copia de los Nueve Comentarios.

Se puso muy rabioso, agarró el mango de mi bicicleta y gritó: "No pienses en escapar. ¡Te atreves a distribuir este tipo de cosas en plena luz del día! ¡Eres antigobierno, antipartido y antiChina!".

Envié un poderoso pensamiento recto para eliminar el mal que lo tenía controlado en otras dimensiones. También rogué al Maestro para salvar a esta pobre alma.

Al oír a este hombre gritar, su compañero se acercó y, con una voz más tranquila dijo: "¡He estado buscando este folleto! ¡Dámelo por favor!".

Al ver a su compañero salir con el folleto, el hombre dijo: "¡También quiero una copia! Por favor, dame una”.

Alcancé mi mochila y le di un folleto.

Superación de las tribulaciones en la familia

Mi hijo es adulto y ahora tiene su propia familia, así que he estado viviendo sola durante muchos años. Esto me ha permitido salir y validar el Fa sin ningún obstáculo.

Sin embargo, en 2012, mi madre fue diagnosticada de enfermedad cardíaca y tuvo un derrame cerebral. Me preguntó si podía ir a vivir con ella para cuidarla.

Tengo una hermana mayor, también de mala salud, que contribuyó con 500 yuanes de su dinero de retiro cada mes para ayudar financieramente a nuestra madre.

También tengo un hermano menor y una hermana que aún no están en edad de retiro.

Mi hermano menor y su hijo viven con mi madre en su pequeño apartamento de un dormitorio. Si me mudaba con ellos, estaríamos bastante apretados.

Mi hermano menor está en sus 50 años, pero no puede mantener un trabajo decente. Pasa la mayor parte de su tiempo leyendo novelas en su teléfono celular o jugando Mahjong. También bebe y fuma. No aporta nada a los gastos de subsistencia, pero no tiene ningún problema en gastar el dinero de su madre. Él come lo que la madre cocina, pero siempre se queja de la comida.

Su hijo, en su adolescencia, no es mejor y pasa sus días en Internet. Me roba dinero de mi bolso, aunque trato lo mejor de esconderlo.

Quería trasladar a mi madre a vivir a otro lugar, pero ella se negó rotundamente, ya que tenía miedo de que sus preciosos chicos tuvieran hambre.

Así que nosotros cuatro estábamos empaquetados en un pequeño espacio. Con una mujer que está enferma y necesita atención, y dos tipos voluminosos que apestaban a cigarro y bebida, yo estaba al borde del colapso mental.

El acuerdo era que sólo tenía que cuidar de mi madre y no tenía necesidad de contribuir financieramente, pero eso rápidamente cambió en todos los aspectos.

Mis apegos al interés propio, la competitividad, la combatividad, el resentimiento y las quejas surgieron y me irritaron sin fin.

Yo estaba bien cuando podía salir a hablar con la gente acerca de Dafa, pero tan pronto como regresaba a casa, mi entendimiento terminaba.

Necesitaba estudiar el Fa, pero la televisión era un completo estallido. Necesitaba hacer mis ejercicios, pero no había un lugar adecuado para hacerlo. Muchas veces cuando ofrecí incienso al Maestro, lágrimas corrieron por mi rostro incontrolablemente.

Viví así por más de tres años, hasta que un día, de pronto se me ocurrió: mis familiares son personas a quienes tengo que salvar. Debo mirarlos de la misma manera que miro a los demás -con compasión.

De buen grado lavé la ropa de mi hermano y mi sobrino y los ayudé hasta donde pude. Cuando los traté con genuina preocupación y compasión, sentí vergüenza de cómo los traté anteriormente.

Unos días más tarde, mi hermana mayor nos invitó a nuestra madre y a mí a vivir en su apartamento que desocuparía en breve, porque ella planeaba moverse al sur con su hijo.

Su apartamento es lo suficientemente espacioso para las dos, y ahora puedo estudiar el Fa por la mañana y salir a hablar con la gente sobre Dafa por la tarde. Mi madre me ayuda a poner materiales de Dafa en mi mochila, y preparo conferencias del Fa para que ella escuche cuando me voy. Llevamos a cabo la misma rutina todos los días.

Me he dado cuenta realmente de que el ambiente de cultivación donde uno está, es un reflejo del estado de cultivación propio.

Mirando hacia adentro para resolver conflictos

Los practicantes son conscientes de la necesidad de mirar hacia adentro cuando enfrentan conflictos, pero cuando realmente sucede no es tan fácil de superar y es bastante difícil de soportar.

Una vez, una practicante con quien trabajo y colaboro frecuentemente comentó que tengo una fuerte naturaleza demoníaca, y que mientras más trabajo, más fuerte se hace mi naturaleza demoníaca.

Encontré sus hirientes palabras difíciles de tomar. Ella seguía hablando y regañándome hasta el punto en que estaba lista para estallar en llanto.

Yo me recordaba: "Tolerancia. Tolerancia. Tolerancia…".

El Maestro debe haberme visto tratando lo mejor posible de tolerar, así que reforzó mis pensamientos rectos, y pensé: "Debe ser algo que hice mal causando que la practicante sea tan crítica conmigo".

Al mirar hacia adentro sentí que una mala sustancia abandonaba mi cuerpo de inmediato, y entonces me sentí extremadamente ligera.

Desde entonces, cada vez que encuentro un conflicto, mi primer pensamiento es: "¡Lo hice mal!".

Esto se ha convertido en un hábito. Primero admito mi error, luego busco la causa raíz para eliminarla.

Antes de 2012, pasé la mayor parte de mi tiempo involucrada en los esfuerzos de rescate de los practicantes detenidos, encontrando abogados y viajando a diferentes ciudades.

Reuniéndome y hablando con abogados en Beijing, llamé la atención de las autoridades, causando que me monitoreen y tengan mi teléfono interceptado. Otros practicantes se quejaron de mí también.

Miré hacia adentro para averiguar qué estaba mal de mi parte para que estas cosas ocurrieran, y encontré que en el proceso de dedicar mi tiempo y esfuerzo tratando de rescatar a los practicantes, habían surgido los apegos por mi interés personal, exhibición, sentimentalismo, dependencia de los demás, impaciencia y búsqueda de resultados.

Cuando estaba sacando mis apegos una escena apareció delante de mis ojos, tan mágica, solemne y pura que está más allá de la imaginación.

La sustancia negra que me presionaba fue arrastrada por un rayo dorado de luz. Me senté atónita, mientras las lágrimas fluían por mi cara incontrolablemente.

Negando el arreglo de las viejas fuerzas

Fui arrestada y retenida en el centro de detención local por 50 días en mayo de 2005. Yo sabía que fundamentalmente debía negar todos los arreglos de las viejas fuerzas e irme cuanto antes.

Hice todo lo posible para mirar hacia adentro, recitar el Fa, enviar pensamientos rectos para negar cualquier forma de persecución. También hice una huelga de hambre y dejé de comer y beber. Los guardias intentaron alimentarme a fuerza, pero sin éxito.

Yo seguía diciendo en mi mente: "No reconoceré ni aceptaré nada que no esté dispuesto por el Maestro".

Había estado encerrada por 49 días antes de que me diera cuenta de que no podía esperar pasivamente para ser liberada, y debía eliminar activamente los elementos de las viejas fuerzas e irme de allí, ya que había gente en el exterior que debía salvar.

A la mañana siguiente, el jefe del centro de detención, que ya había renunciado al PCCh, hizo una llamada urgente a la oficina 610 indicando que debía ser puesta en libertad inmediatamente.

Volví a casa a salvo el día 50 de mi detención.

Los recursos financieros son preciosos para los practicantes

Hace muchos años me obligaron a salir de casa para evitar la persecución, y muchos practicantes me ayudaron financieramente. Uno incluso tuvo el coraje de llevarme a su lugar, y acabé quedándome allí por casi dos meses.

No hay manera de que pueda devolver su amabilidad y generosidad, pero eventualmente me ofrecí a pagar mis deudas.

Cuando los practicantes se rehusaron a aceptar mi dinero, lo doné a los sitios locales de producción de materiales para ayudar a pagar el mantenimiento del lugar y comprar materiales.

Durante los últimos años, he pagado una suma total de 20,000 yuanes. Sé que esto ayuda de alguna manera a mantener disponibles los materiales informativos de Dafa para quienes los están esperando.