(Minghui.org) Soy profesora de secundaria. En los últimos 18 años de trabajar en el ámbito de la educación, cuando los estudiantes y la escuela enfrentaron conflictos o cuando experimenté dolores de cabeza debido a ciertas disposiciones previstas por la autoridad escolar, fui capaz de manejar todo como una educadora comprometida debiera hacerlo.

Un verano, justo me había despedido de los estudiantes que ese año se graduaron y estaba disfrutando unas pequeñas vacaciones antes de regresar a la escuela por otro año como profesora de primer grado de secundaria.

Sin embargo, recibí una llamada urgente de la directora de la escuela quien me pidió que cancelara mis vacaciones y que me preparara para tomar una clase de segundo grado y también ser la profesora de aula.

Me quedé desconcertada.

En esa época, durante el segundo año de secundaria, los estudiantes eran divididos en dos categorías temáticas: Ciencias y Tecnología, o Artes y Humanidades. Generalmente, los profesores del primer grado seguirían con su clase.

El hecho de que alguien más interviniera y asumiera el control, generalmente resultaba ser un proceso bastante difícil. Nunca había sido profesora de aula, por lo que realmente me quedé desconcertada acerca de la razón por la que la directora había tomado tal decisión.

Aún así, soy una practicante de Falun Dafa y primero debo pensar en los demás. No le iba a causar problemas o angustias a la directora, ya que sus responsabilidades como coordinadora de una escuela debían ser tremendas.

Ya que me lo había pedido, lo iba a cumplir. Después de todo, debía significar que la directora tenía confianza en mí y no la podía defraudar.

Por lo tanto, tomé el primer tren disponible y regresé a la escuela.

El primer día de clase, me encontré con muchos pares de ojos exigentes, llenos de desconfianza y quizás incluso desafiantes.

Algunos colegas amables me dijeron en privado: "Esta clase es conocida popularmente como la peor clase en la escuela. A cualquier estudiante que muestra algunas habilidades lo transfieren inmediatamente a otra clase. Los padres con algo de dinero o influencia ya sacaron a sus hijos y se los llevaron a otros lugares. La directora no pudo encontrar a nadie que se encargara de esta clase. Por la buena voluntad y buenos esfuerzos es probable que no se logren buenos resultados".

Pensé: "Voy a estar bien. Soy una discípula de Dafa. Sólo voy a tener que actuar de acuerdo con los principios de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para enseñar a estos estudiantes y mostrarles mi aceptación y respeto. No esperaré nada a cambio. No creo que alguien se oponga a la buena voluntad genuina".

Sin embargo, la realidad no fue tan simple como había imaginado y esperado. Los problemas surgían continuamente. Los peores eran los estudiantes que faltaban a la escuela constantemente. Ellos se escapaban durante el horario escolar e iban a los bares locales de Internet.

Así que, después de la clase, iba de bar en bar para buscarlos. Cuando los encontraba, me los llevaba a un café cercano y les invitaba a un helado. Se quedaron asombrados y un tiempo ya no se atrevieron a seguir, por su perplejidad ante lo que esta profesora era capaz de hacer.

Esto se debía a que, en el pasado, otros profesores se los llevaban de regreso a la escuela, les daban un sermón severo, llamaban a sus padres o los enviaban a la oficina de la escuela por alguna forma de castigo.

En cambio, lo que hice fue hablar con ellos solemne y sinceramente. Les hice saber que entendía su estado de ánimo y les hablé acerca de mis expectativas.

Les dije: "El agua que se congela a tres pies de profundidad no es el resultado de la terrible condición de un solo día. No puedo esperar que sienten cabeza inmediatamente y que estudien seria y sólidamente. Pero ausentarse no es la solución. Realmente es el más grave error cometido por cualquier estudiante, y algo que no puedo permitir y tampoco tolerar".

"Sólo quiero que todos se queden y que progresen poco a poco".

Ellos parecieron conmovidos y se comprometieron a dejar de faltar.

Sin embargo, la promesa es una cosa y la fuerza de voluntad es otra. El ausentismo escolar continuó. A veces, cuando estaba desesperada, no tenía más opción que llamar a sus padres. Un par de veces, durante nuestras juntas, estuve tan angustiada que lloré incontrolablemente.

Tanto los padres y los estudiantes se quedaron conmovidos porque pudieron sentir que mi preocupación era genuina.

Mientras tanto, la directora me buscó otra vez para pedirme que le ayudara a manejar otra situación potencialmente devastadora.

Al parecer, los estudiantes de una clase particular de tercer grado estaban descontentos con su profesor. Por lo tanto, la directora me preguntó si podía hacerme cargo de esa clase.

Inmediatamente pensé: "¡Oh, no! Ahora enseñar clase de tercer grado, además de ser profesora de aula con múltiples responsabilidades administrativas. Ya me siento bastante agobiada”. 

"Si tendría que asumir una clase más y, además, de otro grado, estoy segura que terminaría golpeada y destrozada. Por otra parte, los estudiantes de las clases particulares tienen fama de ser exigentes y críticos con sus profesores".

Si no hubiera sido una cultivadora de Dafa, hubiera sido imposible siquiera tomar en consideración la petición de la directora. Sin embargo, Dafa requiere que los discípulos siempre piensen primero en los demás. Por lo tanto, solamente me quedaba una opción.

Sin más, le dije a la directora: "Está bien. Lo haré".

A la vez, me puse a trabajar para garantizar que impartiría una clase de calidad. Compensé mi falta de experiencia levantándome más temprano y acostándome más tarde para tener suficiente tiempo para preparar bien mis lecciones.

Después de un corto período de ajuste, los estudiantes de la clase particular disminuyeron la presión de causarme problemas, y yo también descubrí que cada estudiante venía de un hogar con un solo padre. Comencé a mostrarles más empatía. Les animé a abrirse en la clase y no dudar en compartir sus pensamientos e ideas, empezando con los pocos que todavía guardaban algo parecido a la positividad y al entusiasmo.

En el primer día de pago, fui a la tienda departamental para comprar algunas camisas y zapatos para dos estudiantes que habían perdido a sus madres. Aunque mi salario era escaso, me sentí bien gastando lo poco que tenía para estos chicos. Valió la pena.

En aquella época, los profesores que ordenaban materiales para las clases particulares, recibían reembolsos. Pero yo soy una discípula de Dafa y debo vivir según un estándar más alto. Ya que no podía cambiar la práctica de reembolso, usaba ese dinero para comprar materiales extraescolares para mis clases e incluir clásicos universales, con la esperanza de ampliar su conocimiento general.

Poco a poco, el ambiente en el aula mejoró y las calificaciones de los estudiantes aumentaron.

Cuando la escuela hizo la selección anual de los mejores alumnos del tercer grado de secundaria, fueron nominados seis estudiantes de mi clase particular, lo que era el número más alto de todas las demás clases.

Estos mejores estudiantes formaron entonces una nueva clase especial.

Por lo general, cada profesor de las otras clases intenta persuadir a los estudiantes seleccionados a quedarse, porque su estancia aumenta las posibilidades de que la clase reciba una mayor cantidad de bonificaciones de exámenes de entrada al colegio.

Sin embargo, cuando dos de mis alumnos no quisieron salirse de mi clase, les dije: "Esta nueva clase especial será más apropiada para ayudarles a abrir sus alas".

Después de la graduación de mi primer grupo de estudiantes de tercer grado, la directora me otorgó el honor más alto, el Premio al Mejor Profesor a nivel de condado, para reconocer mi trabajo y agradecer mis esfuerzos.

Además, porque el porcentaje de promoción de los estudiantes de mis clases fue el más alto en la escuela, el monto de mi beneficio fue también el más alto entre los profesores.

Todos los padres tienen la esperanza de que sus hijos se topen con un buen profesor. Asimismo, todos los coordinadores esperan que cada uno de los miembros del personal rinda al máximo de sus habilidades. Como una discípula de Dafa, dentro de mi capacidad de trabajo, mi esperanza es ser una profesora responsable y una empleada consciente.

Un discípulo de Dafa que se encuentra en medio de la sociedad de la gente común debe vivir de acuerdo a los principios guía de Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona.

Mi esperanza es que todo el mundo dentro y fuera de China tenga la oportunidad de conocer la verdad sobre Falun Dafa. Si la conoces, te felicito sinceramente, porque eres el dueño de la riqueza más preciada de la vida.