Prestando atención a cada pensamiento

(Minghui.org) Soy una practicante soltera. Una compañera de mi oficina me preguntó inesperadamente: "¿Planeas casarte?". Respondí: "No, estoy bien viviendo con mi madre". Ella me sugirió que lo pensara bien.

No tomé en serio este comentario, pero más tarde apareció un pensamiento en mi mente: "¿Qué pasaría si me quedara atrás y no pudiera seguir a Shifu para regresar a mi verdadero hogar con mi madre? Vivir sin mi madre me haría sentir sola. ¿Qué debo hacer entonces?". Lloré pensando en ello.

Otro pensamiento apareció en mi mente: "Tienes a Shifu y a Dafa, cada vida tiene su propio camino predestinado, Shifu tiene arreglos para cada practicante, no tienes que preocuparte". Me tranquilicé y no pensé más en ello.

Otra compañera, de nuevo, me sugirió en otra ocasión: "Deberías considerar el matrimonio. Tu madre es muy mayor y no te acompañará toda la vida. ¿Qué harás cuando estés sola? Necesitas un compañero”.

En esta ocasión, presté más atención. Intercambié con mi madre sobre cómo me sentí cuando se marchó con mi hermana en el mes de agosto: "Tenía lágrimas en los ojos y me sentí muy sola cuando te fuistes" . Emocionada con esto le pedí: "Mamá, por favor cultívate bien y regresa con Shifu a tu verdadero hogar".

Me di cuenta que la intención detrás de mis palabras -pidiéndole a mi madre que se cultivara bien- no eran por el bien de su cultivación, sino más bien por el miedo a quedarme sola. Mi apego de qing hacia mi madre era fuerte. Necesitaba eliminarlo.

Mi madre tiene 78 años y vivimos juntas desde hace cinco años. Mi hogar es un sitio de estudio grupal. Además de cuidarme, mi madre participa en el grupo de estudio del Fa tanto por la mañana como por la tarde. Envía pensamientos rectos cuatro veces al día y hace los ejercicios todas las mañanas. Ella aparenta tener tan solo 60 años y está en buena forma.

Comencé a pensar más a fondo en todo ello y noté que tenía un apego del que no me había librado. Mi madre se encargaba de poner orden en mi vida, lo que significaba que no tenía que hacer muchas cosas. Algo tan simple como pagar la factura de servicios públicos era una gran trabajo para mí. Me había vuelto muy dependiente de ella. Me di cuenta de que, en realidad, era egoísta y no me gustaba asumir responsabilidades.

Shifu dijo:

“De ahora en adelante, cualquier cosa que hagas, deberás primero tener consideración hacia otros, para que así que obtengas la honrada iluminación de desinterés y altruismo”. (La naturaleza Fo no tiene ningún punto débil, Escrituras esenciales para mayor avance)

No había prestado atención a la dependencia que tenía hacia mi madre, y se había convertido en un hábito. Podía convertirse en una brecha que las viejas fuerzas podrían aprovechar.

Dejé a un lado la cuestión del matrimonio. Pensé que ser soltera sería beneficioso para mi cultivación basado en mi ambiente y estado actual. En ocasiones pensaba en tener un novio, pero no en casarme. Estos pensamientos ocasionales y pasajeros invitaban a preguntas sobre mi situación sin pareja.

No quería que los demás pensaran que no me casaba por practicar Falun Gong, así que nunca dije que permanecería sola por siempre. Simplemente explicaba que todavía no había conocido a la persona adecuada. En realidad, muchas personas eligen quedarse solteras. Así que mi temor de que otros me plantearan este tema era mi problema. Posiblemente, mi mentalidad no era recta y estaba encubriendo el apego a la lujuria; sin embargo me decía que no deseaba que las personas formaran una impresión negativa de Dafa.

Shifu dijo que nuestras vidas no pueden separarse de nuestra cultivación. Todo lo que encontramos es parte de nuestra cultivación. Mientras podamos entender y mirarnos adentro, Shifu nos dará una pista sobre ese asunto.

Cuando comprendemos nuestras deficiencias y las superamos, hacemos posible que las situaciones negativas tengan un efecto positivo. Si esta cuestión no hubiera surgido, no habría detectado mi falla y no podría mejorar en este sentido. Por lo tanto, debemos prestar atención a todas las cuestiones que nos hacen sentir infelices o inestables para que podamos mejorar.