(Minghui.org) Me propuse asistir al juicio de un practicante de Falun Gong en nuestra área. Cuando llegué allí, vi dos hileras de policías armados de pie frente al tribunal. Esto me pareció tan ridículo que casi me eché a reír en voz alta.

En los días siguientes, me sentí irritado sin razón. Nada parecía estar bien. Debía escribir un informe para el trabajo, pero mi mente estaba sin ideas. Compré algo online, pero no lo recibí. Estudié las enseñanzas de Falun Gong e hice los ejercicios, pero sentía como si solo estaba moviendo el cuerpo físicamente. ¿Que estaba pasando?

Algo me tocó cuando leí las enseñanzas del Maestro:

“¿Entonces qué caracteriza el estado de su mente? La tolerancia, una tolerancia sumamente inmensa, siendo capaces de aceptar a otros seres y realmente pensar desde el punto de vista de otros seres. Esto es algo que muchos de ustedes en su cultivación no han alcanzado aún, pero gradualmente lo están entendiendo y logrando”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Filadelfia, Estados Unidos, 2002)

¡Me di cuenta que estaba equivocado! No era capaz realmente de pensar desde la perspectiva de otros. Estaba concentrado en mis sentimientos momentáneos,la irritación,el resentimientos. Cuando me di cuenta de esto, todos los sentimientos negativos se fueron, y me llené de compasión y paz.

Cuando me senté para enviar pensamientos rectos, volví a ver las dos hileras de policías armados. Mirando sus rostros jóvenes y perplejos, ya no sentía ganas de reírme, por el contrario sentí un profundo dolor por ellos. Estaban allí parados en el frío intenso, su smiradas estaban vacías, como si fueran marionetas sin alma siguiendo órdenes.

Lo más lamentable fue que no tenían idea de que estaban siendo utilizados para perseguir a los practicantes de Falun Gong. Estaban cometiendo un crimen contra La Gran Ley del Cosmos, y lo que tendrían que enfrentar y las consecuencias de sus actos serían inimaginables.

Ellos eran completamente inconscientes y no habían despertado. También eran vidas que esperaban ser salvadas; no debían ser destruidas por las viejas fuerzas de esta forma sin saber la verdad. Las lágrimas comenzaron a correr por mi cara. Debido a sus errores, innumerables vidas que representaban tampoco tendrían una oportunidad. ¡Qué triste!

Me vi inmerso en un estado de compasión, un reino maravilloso. Me sentía profundamente agradecido por la gracia salvadora del Maestro. El Maestro limpió mi yeli, cambió mi estado de ser de un reino egoísta a un reino de pura compasión, y me concedió todo.

¿Cómo puedo pagar esto? Lo que puedo hacer es pensar verdaderamente desde las perspectivas de otras personas, dejar ir el apego a mí mismo, y hacer las tres cosas bien.

Esta enseñanza del Fa vino a mi:

“Por tanto, independientemente del entorno o circunstancias en los que encuentres un conflicto, debes mantener un corazón compasivo y piadoso para tratar todos los problemas que afrontes. Si no puedes amar a tus enemigos, entonces no puedes alcanzar la perfección”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).

Finalmente me di cuenta del estándar que tenemos que alcanzar como cultivadores y la clase de inmensa compasión que tenemos que desarrollar los practicantes. Mientras tengamos un corazón diligente, el Maestro nos ayudará a elevarnos a través de cada circunstancia que encontremos.