(Minghui.org) El director de cirugía de un gran hospital practica Falun Gong. Un día se encontró con un paciente que tenía venas varicosas y estaba en la búsqueda de una cirugía.

Después de hablar con él, el cirujano se dio cuenta que el hombre era practicante. Le compartió su entendimiento acerca del yeli de enfermedad: “Somos practicantes de Falun Gong. El Maestro ha limpiado nuestros cuerpos. No tenemos enfermedades. No debemos confundir la incomodidad física con la enfermedad porque se está disolviendo el yeli, y es algo bueno”. El practicante que buscaba tratamiento estuvo de acuerdo y volvió a su casa.

Dos meses más tarde el hombre regresó y le dijo al cirujano que su condición había empeorado, que sentía que sus venas estallarían; y le pidió que lo operara. El cirujano pensó que el practicante se tomó a sí mismo como una persona común y por lo tanto, cumplió con su deber como médico.

Cuando el cirujano intentó cortar una vena con un bisturí, era como tratar de cortar un cable de hierro. ¡Quedó impactado! Finalmente tuvo que usar tijeras para completar la cirugía. Nunca antes se había encontrado con una situación como ésta.

En su corazón sintió como si hubiera hecho algo equivocado y estaba molesto. Pensó: “El cuerpo de este practicante había cambiado hasta ese grado, pero corté la vena”. En su mente se quejó de que el practicante tuviera una pobre cualidad de iluminación. Durante bastante tiempo estuvo mal.

En otra oportunidad, el director realizó una cirugía a otro paciente para extirpar un tumor. Se encontró con que el tumor estaba firmemente envuelto por una gruesa membrana y no había nada que indique que se hubiera extendido a los tejidos cercanos. Estaba desconcertado, ya que esto era raro para un tumor tan grande.

Al día siguiente, cuando lo visitó, vio un prendedor de Falun en la camisa del hombre. Y le preguntó: "¿Practicas Falun Gong?". Respondió: "Sí". Entonces pensó: "¿Por qué tuviste una cirugía? El Maestro está cuidando de ti, pero no te has iluminado. ¡Es una pena!".

Un año después, este paciente volvió. El tumor había regresado, se estaba extendiendo y encontraron que era maligno.

Estos dos ejemplos muestran que el Maestro ha limpiado nuestros cuerpos. Estos van evolucionando a medida que nos cultivamos. Cualquier molestia física que experimentamos es una prueba y nos puede ayudar a mejorar. Mientras creamos en el Maestro y en Dafa, y miremos hacia adentro, no hay tribulación que no podamos superar.