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Incluso un nuevo practicante debe salvar a la gente

Abr. 19, 2017 |   ​Por Jinping, practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) La primera vez que escuché sobre Falun Dafa fue en 2012. Encontré una copia del libro principal de la práctica, Zhuan Falun, y lo leí todos los días.

En ese momento no tenía ninguna conferencia del fundador de Falun Dafa y no estudiaba el Fa con otros practicantes. Aunque sólo entendí el significado de una parte de lo que estaba leyendo, me sorprendí y me encantó el cambio positivo que experimenté.

Cuando leí el libro, sentí una corriente eléctrica corriendo por todo mi cuerpo. Un día, una onda eléctrica salió de la parte superior de mi cabeza hacia la planta de mis pies, haciendo que el dolor de mi espalda desapareciera. ¡Me sentí muy bien!

Más tarde entendí que era el Maestro ajustando mi cuerpo. Mientras más leía, más quería leer el libro.

Sin embargo, después dejé de leer Zhuan Falun y comencé a preocuparme por otras cosas.

Aunque dejé de estudiar el Fa, recordaba las tres palabras en Zhuan Falun:Verdad-Benevolencia-Tolerancia” y vivía sinceramente con este estándar.

El Maestro me alentaba a seguir cultivándome, a menudo me alentaba en sueños para seguir cultivándome en Falun Dafa, pero repetidamente lo ignoré.

Fue hasta mayo de 2016 que regresé a practicar Falun Dafa. Fue entonces cuando aprendí que, como practicante en el periodo de la rectificación del Fa, debemos salvar a la gente y cumplir nuestra misión.

Salí a distribuir materiales de clarificación de la verdad y calendarios de Año Nuevo que tenían información sobre Falun Dafa. Un día en diciembre de 2016 yo estaba muy ocupado distribuyendo calendarios, casi ya todos se habían ido, cuando me di cuenta de que me estaban siguiendo.

Miré hacia atrás y vi a dos oficiales de policía. Me sorprendí y me apresuré a ir a una tienda. Pero antes de que pudiera entrar en el edificio, la policía me detuvo. Un oficial me ordenó que entregara mi bolso. Cuando miró dentro encontró un calendario. Exigió ver mi identificación y me llevó a la comisaría.

En la estación, recordé que otros practicantes irían a mi casa a estudiar el Fa al día siguiente. Yo tenía que estar ahí, le pedí al Maestro que me ayudara a salir de la comisaría.

Uno de los oficiales estaba cargando mis calendarios y haciendo llamadas telefónicas y el otro me estaba vigilando. Me calmé y me recordé no tener miedo.

Después de que el oficial terminó de hacer las llamadas, dijo: “Tú estabas distribuyendo calendarios de Falun Dafa”. Después dijo que me podía ir. Me entregó mi bolso y me fui rápidamente.

Miré hacia dentro cuando llegué casa y descubrí muchos apegos, como el de exultación, celos, miedo y el apego a depender de los demás.

Debemos apreciar Dafa y deshacernos de nuestros apegos. No debemos decepcionar al Maestro, que nos ha salvado misericordiosamente. Debemos caminar bien nuestro camino de cultivación y salvar a más seres conscientes.