(Minghui.org) Mi esposo y yo comenzamos a practicar Falun Dafa en 1996, y seguimos los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en nuestras vidas diarias. Nos hemos beneficiado mucho de la práctica y fuimos testigos de sus efectos maravillosos en nuestra salud.

Recientemente nos mudamos al norte de la ciudad y comenzamos a generar conciencia de la persecución por parte del régimen comunista chino en nuestro área.

Yo comienzo diciéndole a las personas: “Soy practicante de Falun Gong. Estoy aquí para generar conciencia acerca de la persecución”. Luego, voy más en detalle y les aconsejo renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

Un día, cuando salimos, mi esposo se acercó a un hombre de unos 70 años. Sonrió y comenzó a hablarle. El hombre levantó su mano derecha y dijo algo, pero no pude escuchar.

Cuando le pregunté a mi marido por qué el señor levantó la mano, me respondió: “Lo hizo después de enterarse de la persecución y de la naturaleza malvada del partido, y manifestó: `Juro renunciar a mi membresía del PCCh, de la liga juvenil y de los jóvenes pioneros´”. Ambos quedamos encantados de haber visto esto.

Una mañana, fui al almacén y escuché a una de las mujeres que estaba trabajando allí decir que no tuvo tiempo para desayunar porque había estado muy ocupada. Y le dije: “Déjame que te traiga algo para que tomes”, y cerca le conseguí un bocadillo. Antes, a esta señora, ya le había hablado sobre Falun Gong y la persecución.

Al lado había otra mujer que estaba por dejar el puesto de venta. Le sonreí y me presenté. Le conté sobre Falun Gong, la persecución y le aconsejé renunciar al PCCh para un futuro seguro. Estuvo de acuerdo, renunció a la liga juvenil y a los jóvenes pioneros.