(Minghui.org) A menudo el mercado es un buen lugar para hablarle a la gente sobre Falun Dafa. A veces las personas que salvamos son los mismos que previamente nos rechazaron.

De compras en el lugar, vi a una mujer vendiendo maíz. Se la veía dolorida. Le pregunté por qué estaba tan angustiada. Me respondió que se había dañado seriamente la espalda en una caída. Le conté sobre Falun Dafa y que podría recuperarse si recordaba: “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Su temperamento se encendió, me detuvo inmediatamente y dijo: “Ocúpate de tus cosas”, e indicó que me fuera. Me quedé y le expliqué que estaba tratando de ayudarla. No quiso escuchar y se fue.

A la semana siguiente regresé al lugar. Alguien me palmeó la espalda. Miré a mi alrededor y vi la misma señora, solo que esta vez sonreía.

“Finalmente te encontré”. “Quiero agradecerte”. Yo estaba desconcertada.

“Como la espalda me dolía no podía dormir”, dijo. “Era insoportable. Entonces pensé en lo que me contaste acerca de recordar `Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno´, y probé. Lo repetí una y otra vez, y funcionó. La espalda dejó de dolerme y me quedé dormida. Al día siguiente no sentí dolor, era como si me hubiera recuperado por completo. Fue realmente increíble, y te estoy agradecida”.

Estaba feliz de escuchar lo que manifestó. Nuestro Maestro es siempre benevolente, le dije que agradeciera al Maestro de Falun Dafa.

La conversación atrajo a muchas personas. También estaban muy felices por ella. Fueron testigos de la maravilla de Dafa; les conté más sobre la disciplina y les repartí volantes. Ayudé a todos a renunciar al partido comunista chino.