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Una mujer en sufrimiento encuentra alegría

Mar. 5, 2017 |   Por Qing Lan, practicante de Falun Gong en la provincia de Liaoning, China

(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Gong en la provincia de Liaoning. Me gustaría compartir cómo mi familia y yo nos hemos beneficiado con Falun Gong.

Antes de comenzar mi cultivación en Falun Gong, pasé mi vida llorando. Mi marido falleció de repente cuando yo tenía veintitantos años, cuando mi hija sólo tenía un año de edad y estaba embarazada de mi hijo. Estaba devastada. Me volví a casar más tarde, pero mi segundo marido resultó ser un hombre perezoso con un temperamento corto. Él abusaba verbalmente de mí y de mis dos hijos. A menudo pedía prestado dinero a otros y lo gastaba en viajes. Viajaba solo, y yo tenía que pagar sus deudas.

Viviendo una vida miserable, a menudo lloraba e incluso quise suicidarme dos veces. La única razón por la que decidí vivir era por mis hijos pequeños. Ya habían perdido a su padre. ¿Cómo vivirían si perdieran a su madre? Realicé trabajos rudos, como trabajar en agricultura, venta de verduras, escalar montañas para cortar leña, etc. Desarrollé múltiples enfermedades de todo este sufrimiento. Mi introvertido hijo se deprimió debido al abuso de su padrastro. Cuando él tenía 14 años, ya no podía seguir estudiando y tuvo que quedarse en casa durante un año entero.

Absolutamente odiaba a mi segundo marido, y decidí que no me haría cargo de él si se enfermaba. Pero mi salud se deterioró. Lo peor fue mi hernia de disco lumbar, era tan dolorosa que no podía moverme. La medicina y la acupuntura no ayudaron. Durante el peor momento, tuve que conseguir que mi hija me ayudara a ir al baño usando un orinal mientras yacía en mi cama. Mi vida era como el infierno.

La esperanza llega

Comencé a practicar Falun Gong en junio de 1996, porque mi hermana y mi hija lo sugirieron. Falun Gong me dio una vida completamente nueva. Poco después de comenzar los ejercicios, mi hernia de disco lumbar desapareció. Mi salud se puso mejor y mejor. Me volví energética y optimista.

Aprendí de los principios de Falun Gong que todo el sufrimiento de la vida es debido al yeli (karma). Dejé de odiar a mi esposo, y comencé a tratarlo de acuerdo con los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia de Falun Gong. El posteriormente sufrió un derrame cerebral y permaneció en la cama durante 10 años. Lo atendí sin ninguna queja. Uno de mis vecinos dijo: "Ustedes practicantes de Falun Gong son realmente amables. Si yo fuera tú, no me haría cargo de él así. De hecho, se ha beneficiado de Falun Gong".

En una ocasión estaba de pie en una ventana, tratando de sellarla y caí. Mi cabeza golpeó el suelo con un fuerte "bang". Perdí el conocimiento. Cuando finalmente volví, empecé a vomitar. Mi hijo estaba asustado y quería que fuera a un hospital. Respondí: "Soy una cultivadora y el Maestro de Falun Gong está cuidando de mí, voy a estar bien". Después de vomitar durante un día entero, ya estaba bien. Mi familia y vecinos se sorprendieron por el poder de Falun Gong. Todos creían que era genial. Algunos han comenzado a practicar también.

Mi tía desarrolló pancreatitis y tuvo cirugía. Pero su pancreatitis regresó después. Tenía un dolor terrible. Su esposo y su hijo la enviaron a un hospital y gastaron mucho dinero en exámenes. Su médico dijo que no podía recibir más cirugía. Lo único que podían hacer era controlar su dolor con inyecciones. Ella le dijo a su familia: "Me doy por vencida. ¡Ya no me importa!". Salió del hospital. Su esposo y su hijo no pudieron detenerla.

Ella corrió hacia mí afuera y me contó lo que el doctor había dicho. Le dije: "¡Practica Falun Gong! Mírame, me he recuperado tan bien". Me pidió que le diera el libro Zhuan Falun para que pudiera empezar a practicar en casa. Su pancreatitis había desaparecido antes de que ella lo supiera. Ha estado sana desde entonces. Aunque tiene más de 70 años, puede manejar una almacén todo por sí misma, incluso hace el reabastecimiento de los estantes. Todos en su aldea alaban las maravillas de Falun Gong.

Saludable y feliz

Cumpliré 71 este año, pero nadie lo cree porque aparento tener 60 años. Puedo llevar una bolsa de 14 kilos al sexto piso de mi edificio sin descansar. Uno de mis vecinos dijo: "¡Estás en mejor forma que yo! Tendría que descansar dos veces si tuviera que llevar una bolsa tan pesada. ¡Eres fabulosa!".

La cultivación en Falun Gong me ha cambiado de ser una mujer enferma y triste a una practicante saludable! ¡Nuestro gran Maestro compasivo me ha dado tanto! Ningún lenguaje humano puede describir mi gratitud. Lo único que puedo hacer es cultivarme diligentemente, hacer bien las tres cosas y hablar con más gente acerca de la bondad de Falun Gong.