(Minghui.org) Hace unos años llamé a un taxi porque tenía que ocuparme de un problema urgente. En cuanto cerré la puerta y me senté, el joven piloto aceleró. Había una fila de pilares de cemento junto a la carretera ya que la zona estaba en construcción. El taxi se estrelló contra un pilote, rebotó y aterrizó en la parte superior de otro.

Mi cabeza golpeó contra el asiento delantero y luego reboté hacia atrás. Grité: "¡Me estoy muriendo!". Tan pronto como dije eso, tuve un dolor agudo en mi cabeza y pude sentir el gusto de la sangre. Pensé inmediatamente en el Maestro Li (el Fundador de Falun Dafa). Me toqué la cabeza y me dije: "¡Nada de preocupaciones, estoy bien!".

Tan pronto como pensé en el Maestro Li, el dolor desapareció. El brazo izquierdo me dolía. Lo agarré y dije: "No hay problema”, y el dolor desapareció. Hice lo mismo con mi brazo derecho y ambas piernas, y el dolor desapareció. Alguien golpeó en la ventana y gritó: "¡¿Estás bien?!".

Abrí la puerta y salí. Respiré profundamente y me calmé. El hombre que preguntó era otro taxista. Corrió hacia nosotros cuando vio el choque, me ayudó a ponerme de pie y dijo: "Hubo un enorme sonido cuando el taxi chocó contra el pilote. El conductor no se movió por un buen rato. Fue aterrador”.

Miré a mi taxista. Se veía muy agitado y no podía hablar. Después de un rato hizo una llamada telefónica. Entonces le dije: "Tengo que atender un problema urgente, debo irme. Espero que estés bien”. Le pedí al otro taxista que me lleve para ocuparme del tema. Cuando finalmente regresé a casa, me di cuenta que toda mi pierna derecha estaba amoratada.

Al día siguiente fui al grupo de estudio local de Falun Dafa. Un practicante comentó: "Vi un taxi en la parte superior de un pilote. ¡El accidente se veía muy mal!”, yo dije: “¡Yo estaba en ese auto cuando se estrelló, pero gracias a la ayuda del Maestro Li estoy bien!”.