(Minghui.org) Fui condenado a tres años en un campo de trabajos forzado en 2002 por distribuir folletos de Falun Gong.

Desde que comenzó la persecución, me he encontrado con todo tipo de personas cuando trataba de explicar los hechos, desde individuos extremadamente crueles por el continuo adoctrinamiento del régimen comunista, a los individuos más bondadosos y de mente más abierta capaces de reconocer la situación real y prestarnos su apoyo.

A pesar de lo difícil que es encontrar personas buenas en el sistema penitenciario de China, un hecho extraordinario llevado a cabo por un guardia y un vigilante hace 10 años en un campo de trabajos forzado todavía permanece grabado en mi mente.

Un guardia lúcido admira la lealtad

Cuando me encontraba detenido, hice huelgas de hambre en muchas ocasiones, rehusé llevar el uniforme del centro, o realizar cualquier trabajo para mostrar el desacuerdo con mi situación.

En una ocasión, un guardia me llevó a una esquina del patio de ejercicios y me dijo: "Has estado aquí mucho tiempo. No he hablado contigo hasta ahora. Seré directo. He leído el libro de su Maestro, Zhuan Falun. Las autoridades del campo nos obligan a leer este libro tres veces para buscar deficiencias y contradicciones en los practicantes. Sin embargo, después de leerlo, no puedo entender la lógica del régimen. Si todos siguieran las palabras de tu Maestro, no habría necesidad de mantener fuerzas de seguridad pública, fiscalías y tribunales populares. ¡Nos conduciría la paz mundial!"

Le expliqué que la persecución comenzó debido a que el número de personas que practicaban Falun Gong se estaba incrementado rápidamente, y Jiang Zemin, ex líder del régimen comunista, estaba muy celoso del Maestro fundador de Falun Gong.

"Eso tiene sentido", respondió. "La "auto-inmolación" es claramente un engaño. No creo que esas personas fueran practicantes de Falun Gong. Todavía tengo una pregunta en mi mente, sin embargo. Tu Maestro está en el extranjero, pero tu estás sufriendo aquí. Tus padres te han criado, y ahora tienen que preocuparse por tu vida. Si tuvieras que renunciar a tu Maestro o a tus padres…. ¿Que elegirías?"

“Me niego a renunciar a mi Maestro” , respondí. "Aun si fuera solo por un día, el Maestro debería ser considerado un padre para el resto de toda la vida".

El guardia comentó que había hecho esta pregunta a muchos practicantes y algunos contestaron que renunciarían a sus padres, mientras otros renunciarían a su Maestro.

"Ellos entendieron que tenían que hacer una elección", dijo. "Cualquiera puede decir que Falun Gong es bueno cuando no hay presión. Una vez que comienza la persecución, ¿quién se atreve a tomar una postura? Desprecio a los practicantes que traicionan a su Maestro. ¿Cómo podría esta gente cultivarse a niveles más altos? ¿Como les verían los dioses? Me gusta tu respuesta. Tendrás éxito en tu cultivación, pero no te exultes".

Alentándome para reclamar por mi liberación

Cuando estaba en una huelga de hambre, me llevaron a una habitación aislada, me desnudaron y agredieron con cuatro picanas. Me quemaron por todo el cuerpo. Las heridas que se crearon despedían un olor terrible después de esto. Como consecuencia, me trasladaron a la clínica del campo de trabajo y estuve tres días allí hasta que las heridas se hicieron menos aparentes.

Unos días más tarde, este guardia dijo: "¡Extraordinario! ¡Lo has logrado! ¡Eres magnífico! La próxima vez que hagas una huelga de hambre, continúa hasta que obtenga aprobación para enviarte a casa. No morirás. ¡Sigue con ella! Esto no es un lugar para gente buena. Tu debería ser liberado y hacer lo que se supone que debes hacer. He escrito un informe tratando de obtener permiso para liberarte, pero ya empezaste a comer. Estaba pensando en traerte algo de comida o las nuevas escrituras de tu Maestro, pero yo no quería arruinar el plan. Podrás leerlas una vez que te liberen, de todos modos".

Tres días después de esta conversación, repentinamente sentí que no quería comer.

“Si comienzas otra huelga de hambre” dijo el guardia, “mañana te llevarán a la sala de aislamiento para impactarte con ocho bastones eléctricos. Cada vez que comiences una nueva huelga de hambre, vamos a duplicar el número de bastones. Veamos si puedes soportarlo".

Ignoré lo que dijo. Sabía que una amenaza verbal era simplemente una amenaza verbal. No me hubieran dado explicaciones si esta hubiera sido su intención real. Durante las anteriores huelgas de hambre, fui aislado y agredido sin una palabra de advertencia. Tal como supuse, no me llevaron a la sala de aislamiento esta vez, sino a la clínica del campo para forzarme a comer.

Después de 58 días de huelga de hambre, el guardia que había hablado conmigo se detuvo. Pidió a los dos vigilantes que se retiraran y luego me dijo: "Asegúrate de aguantar esta vez. No comas nada. La aprobación llegará pronto. Si empiezas a comer, todos nuestros esfuerzos serán en vano, y tendrás que quedarte aquí y completar la condena. Estoy preocupado por ti, así que vine a contarte el situación real. Confío estar de servicio el día de tu liberación. Yo mismo trataré de llevarte hasta la puerta".

Continuó: "Después de que te liberen, ¡ten cuidado cuando hables con la gente sobre la persecución y no dejes que te arresten de nuevo!"

Después de darle las gracias, dijo: "No me lo agradezcas. Da las gracias a tu Maestro. ¡Es su enseñanza la que me hizo apoyar a los practicantes! "

Cuando regresaron los vigilantes, les dijo: "Si quiere hacer sus ejercicios, déjenlo seguir adelante. De todos modos, será liberado pronto".

Apreté mis manos frente a mi pecho y dije: "¡Gracias! ¿Cómo puedo contactar con usted después de que me liberen?". Él contestó: "No necesitas ponerte en contacto conmigo. Haz lo que se supone que debas hacer". Después se fue.

Un preso inspirado promete aprender Falun Gong

El recluso Yan Shuzheng, uno de los dos vigilantes asignados para custodiarme, en realidad me había permitido hacer mis ejercicios desde hace ya un año. Cada vez que hacía los ejercicios, se ponía a vigilar la puerta. Tan pronto como veía a algún guardia, le indicaba a Xiao Jiang, el otro vigilante, que me dijera que me acostara.

Cuando fui torturado por última vez con picanas, Shuzheng no pudo soportar verlo y salió de la habitación. Cuando volvió y vio mi terrible estado, dijo con voz temblorosa y lágrimas en los ojos: "¡Son inhumanos! ¡Siempre recordaré lo que me has dicho, y nunca cometeré ningúna mala acción!".

También me encontré otras personas buenas en el campo de trabajo. No tuve la oportunidad de hablar con ellas sobre Falun Gong, pero han comprendido que Falun Gong es admirable a través del comportamiento de los practicantes.

Escuché una conversación en el taller entre dos reclusos: "Falun Gong debe ser bueno. El régimen es el que tiene problemas. Mira a esas tres personas que practican Falun Gong. Nunca se burlan ni siquiera levantan la voz. Mira a fulano de tal, que estuvo en huelga de hambre durante tanto tiempo y fue agredido con picanas, sin embargo todavía cuenta con buena salud. El no es joven, pero ninguno de nosotros se ve mejor que él. ¡Debería practicar Falun Gong cuando me liberen!"

Cuando le advirtieron el riesgo de poder ser arrestado por eso, dijo: "¡No tengo miedo, porque entonces seré practicante de Falun Gong!".