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Rechazando sobornos

Mar. 18, 2017 |   Por una practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) Como practicante de Falun Dafa, sigo los principios de nuestra práctica de cultivación. Trabajo en el departamento de atención al cliente de una compañía minera de carbón y me asignaron la contabilidad, el control de entregas y la administración de cuentas.

Aunque en China los sobornos son algo habitual, como practicante, no puedo aceptarlos. Y mi honestidad se ha visto recompensada. La compañía ha despedido a muchos trabajadores en varias ocasiones, pero no a mi.

Un cliente intenta varios trucos

La venta de carbón alcanzó altas cotas durante el invierno de 1998, y cada cliente nos compraba cerca de 50 camiones de carbón. Una de mis funciones era pesar el carbón en los camiones.

Es una práctica habitual que los clientes sobornen a los trabajadores que pesan el carbón a cambio de un par de toneladas extras de carbón, totalmente gratis, en cada camión. Un cliente me salió al paso cuando me dirigía a mi casa y quiso sobornarme.

“Practico Falun Dafa”, le dije. “El Maestro Li Hongzhi, fundador de esta práctica, me ha enseñado a ser honesta. No puedo aceptar su regalo”. Me replicó que nadie lo sabría jamás.

“Claro que sí”, respondí. “El Cielo esta observando. Los seres divinos están grabando todo lo que hacemos”.

Este cliente no quiso aceptar un no por respuesta y nos invitó a mis compañeras y a mi a un centro comercial lujoso, pero rechacé ir. Aún así no se dio por vencido. Pasó por mi casa cuando yo no estaba e intentó que mi marido aceptara cinco cajas llenas de mercancías. Mi marido le dijo que éramos practicantes de Falun Dafa y que no aceptábamos sobornos.

La persona en quien más confío

Cuando me asignaron un puesto en otra localidad, me contrarió. Había estado trabajando durante más de veinte años en la central, había trabajado duro, había hecho un trabajo de calidad y mantenía una gran relación laboral con mis compañeras. Cuando me pregunté por qué me había ocurrido esto, mis apegos a la fama, al interés propio y a cuidar mi reputación afloraron, y me saltaron las lágrimas.

Cuando estudié el Fa esa misma tarde, me sentí mucho mejor. Me iluminé a que los practicantes de Falun Dafa deben hacerlo lo mejor posible sin importar en qué situación se encuentren, así que acepté el puesto.

Un día el propietario de un camión me preguntó si en alguna ocasión podría fingir no verlo mientras cargaba su camión y no emitirle facturas. Saqué en claro por lo que me explicó, que cualquiera de mis nuevas compañeras de trabajo hubieran aceptado. Rechacé su sugerencia y le conté que era practicante de Falun Dafa y que seguía los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.

“Sería deshonesto”, le dije. “Me penalizarían si lo descubrieran. Incluso si estuviera totalmente segura de que nadie se enteraría nunca, no podría ir en contra de mi conciencia. Espero que pueda recordar que: “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Creo que obtendrá lo que merezca obtener. Lo siento, no puedo hacer eso por usted.

No me imaginaba que mis compañeras se enojarían conmigo por no querer fingir no verlo. Intrigaron para hacerme comprar sus almuerzos y no devolverme el dinero. No me molestó, aunque no se esforzaran lo suficiente, me miraran con desprecio y vinieran a fastidiarme. Me pusieron las cosas muy difíciles pero simplemente las ignoré.

Cuando estuvieron de buen humor, les conté cuánto me benefició practicar Falun Dafa, la relación entre perder y ganar, y mi entendimiento sobre ganar los bienes honestamente. Incluso les recité un párrafo de “Perder y ganar” de Zhuan Falun.

Cambiaron después de que les expuse las razones por la que no aceptaba sobornos.

“Ustedes, los practicantes de Falun Dafa son buena gente”, dijo una de ellas. “Te creo. Tu jefe dijo que eres la persona en quien más confía para este puesto”.