(Minghui.org) El primer contacto que tuve con Falun Dafa, fue a través de los audios de las Lecciones del Maestro Li. Aprendí que sin importar las circunstancias, siempre debemos considerar a otros primero. Y siempre que nos encontremos con un conflicto debemos dar un paso atrás y buscar en nuestro interior las razones.

Una vez, mientras hacía la limpieza en el trabajo, encontré un anillo de oro de gran tamaño. Se lo di a mi supervisor y luego fui al registro para ubicar al propietario. Llamé a la persona que había estado en la habitación y le pregunté si había perdido su anillo. Resultó tan conmovido que le regaló a nuestra empresa una bandera conmemorativa. Algunos avisaron a los periódicos, y los periodistas vinieron a hacerme una entrevista. Les conté que era un practicante de Falun Dafa y que trataba de vivir bajo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

En otra ocasión, encontré una billetera con 100 yuanes en su interior. Se la mostré a mis colegas, quienes me sugirieron que comprara comida con el dinero. Cuando les contesté que quería devolvérsela a su propietario, pensaron que me había vuelto loco. Les conté que como practicante de Falun Dafa, no quería quedarme con algo que no era mío, y que debía considerar a otros en toda situación.

Una vez, mi supervisor experimentó un fuerte dolor en su espalda. Fue a la sala de emergencias y los médicos le dijeron que tenía cálculos renales (piedras en los riñones). Le informaron que tenía que operarse de inmediato y que necesitaba hacer un depósito de 5.000 yuanes. Pero como ya estaba pagando por el tratamiento de cáncer de su padre, no podía afrontar los costos.

Experimentaba un dolor terrible cuando recordó que una vez le dije que si pasaba por una tribulación realmente difícil, podía recitar: “Falun Dafa es bueno; Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Entonces decidió probar y repetir las frases.

Cayó en un sueño profundo y soñó que un anciano con una larga barba blanca abría su espalda y le extraía un pez. Luego lo sostuvo para que lo viera y se marchó. El sueño fue tan vívido que pareció algo real. El dolor había desaparecido completamente.

Cuando se despertó, le preguntó a su madre si había traído a algún médico para operarlo, pero le respondió que no. Entonces fue al hospital y allí le dijeron que estaba bien y que ya no necesitaba cirugía.

Practicando Falun Dafa, mi estándar moral se elevó y muchas personas resultaron beneficiadas. ¡Gracias Maestro por su compasiva salvación!