(Minghui.org) Desde que empecé a practicar Falun Dafa, en 2009, he vivido de acuerdo a los principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia". Sigo elevando mis estándares morales y me esfuerzo por ser una persona verdaderamente buena. La gente que me rodea ha atestiguado los cambios en mí.

Shifu ha explicado que esto les sucederá a los practicantes:

“... debido a que eres un cultivador, los altos estándares que mantienes para ti mismo son reflejados en tu trabajo, en la sociedad, en el hogar y en diferentes ambientes sociales. Es decir, que sin importar dónde estés, siempre serás una buena persona y todos los demás dirán que eres una buena persona, ésta es la relación”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Suiza)

'Nunca imaginé que te convertirías en una esposa y madre tan maravillosa'

Antes de empezar a practicar Dafa, tenía buen corazón pero también un temperamento muy explosivo. Estallaba fácilmente si alguien hacía algo que me disgustaba y siempre trataba de demostrar a los demás que yo tenía la razón.

He cambiado después de 2009, cuando empecé a practicar Falun Dafa. Lo primero que aprendí fue ser tolerante.

Shifu nos dijo:

“Siendo alguien que refina gong, debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado, ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren. De otro modo, ¿qué clase de cultivador eres? Alguien dice: «Es difícil llevar a cabo este Ren, tengo mal temperamento». Si es así, entonces cambia; quien refina gong tiene que ejercer Ren”. (Lección Novena, Zhuan Falun)

Mi familia era tan miserable que quería pedir el divorcio, pero poco a poco fui capaz de controlar mi temperamento. Ya no le hacía rabietas a mi marido, ni le daba largos sermones a nuestro hijo por pequeños errores. Cuando yo cambié, mi familia se volvió armoniosa.

Un compañero de clase me dijo muchas veces: "Nunca hubiera imaginado que alguien como tú, con un temperamento tan fuerte, pudiera convertirse en una esposa y madre tan maravillosa".

'Eres la mejor cajera de este supermercado'

Solía trabajar como cajera en un supermercado que tenía de 200 a 300 empleados. Nos capacitaron a todos para tener buenos modales con los clientes. Les caía muy bien a los clientes porque era verdaderamente agradable, desde mi corazón, y no porque cumplía un requerimiento.

A veces, después de llegar con su carrito de compras a la caja y pagar, los clientes recordaban que les faltaba recoger algunos artículos. Ya que, en aquel momento, les resultaba incómodo registrar todas las bolsas, les ofrecía vigilarlas temporalmente.

Había momentos en que tenía que decirles no a los clientes. El supermercado podría establecer un límite acerca del número de artículos con descuento, que una persona podría comprar. Algunos clientes querían comprar más. Normalmente les decía que entendía lo que querían y me hubiera gustado poder ayudar, pero tenía que respetar la política de la tienda, ya que era mi lugar de trabajo. Ellos entendían y quitaban los productos adicionales.

En una ocasión, un cliente hizo un gesto de aprobación y dijo: "¡Usted es la empleada número uno de este supermercado! ¡Es la mejor!".

Una señora mayor me trajo una flor y me dijo que la plantara en mi patio. El gerente de la tienda dijo: "Estos ancianos simplemente te quieren".

Una señora me regaló una pulsera cuando se enteró que estaba a punto de cambiar de trabajo.

Un día, fui a una tienda a comprar pan y me topé con una clienta a quien le había hablado sobre Falun Dafa y le había ayudado a renunciar al partido comunista. Ella sacó el pan que había comprado y simplemente lo puso en mis manos.

'¡Profesora, hemos votado por usted!'

Posteriormente, trabajé como profesora en un internado. Mi labor era inspeccionar los dormitorios después del toque de queda y registrar a los estudiantes que todavía hablaban. Luego, ellos iban a ser castigados.

En un principio, esto me incomodaba. Pensaba que, siendo una cultivadora, debía ser amable con la gente. Este trabajo parecía estar en contra de las personas.

Poco a poco, me di cuenta de lo que debía hacer. No iba a ser una empleada de escuela que registraba las faltas de los estudiantes, sino alguien que iba a guiarlos. El objetivo no era registrar sus faltas, sino ayudarles a desarrollar buenos hábitos de sueño.

Traté de ayudar a los estudiantes cada vez que podía. Cuando escuchaba a un estudiante tosiendo, le sugería levantar su almohada para reducir al mínimo su tos o simplemente le traía agua. Cuando necesitaban remendar sus ropas, les traía agujas e hilo de mi casa. Cuando necesitan artículos que sus padres no les podían traer de inmediato, se los compraba. Cuando maldecían a otra gente, especialmente a los profesores, les decía que piensen en los demás y manejen los conflictos con una actitud positiva.

Me hice amiga de muchos estudiantes. Algunos me llamaban: "Profesora con un corazón amoroso", "La mejor profesora de China" o "Ángel con un corazón amoroso".

Un estudiante me preguntó: "¿Por qué usted es tan agradable mientras que la otra profesora es tan mala?".

Le dije: "Por favor, no pienses de esa manera. Esa profesora es muy responsable. Por favor, trata de buscar los problemas en ti mismo, en lugar de culpar a los profesores".

Cuando los estudiantes rompían las reglas de la escuela, tal vez hablando demasiado después del toque de queda, hacía un registro de sus faltas y les explicaba: "No estoy tratando de meterlos en problemas. Ustedes rompieron las reglas. No quiero que sean castigados, pero tienen que respetar las reglas de la escuela".

Al final de cada año, los estudiantes votaban por los mejores profesores. Algunos estudiantes me pedían mi número de identidad de empleada para que puedan votar por mí.

Les dije que, siendo una cultivadora, no necesitaba premios. "Sus profesores trabajaron con ustedes durante todo el año. ¡Por favor, voten por ellos!".

Después de la votación, algunos estudiantes decían tristemente: "¿Por qué su nombre no aparecía en la boleta? No pudimos votar por usted". Otros decían: "¡Hemos escrito su nombre en la boleta!".

Mejorándome constantemente

A veces cometo errores, pero con Falun Dafa y los principios de "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" puedo darme cuenta de lo que hice mal. Entonces, busco mis brechas para hacerlo mejor la próxima vez.

Verdaderamente siento que he mejorado y que me estoy convirtiendo en una mejor persona.

Estoy muy agradecida con Dafa. Me he sentido perdida durante tantos años y no sabía qué era lo correcto. Ahora he encontrado mi camino y el verdadero significado de la vida. ¡No puedo describir la alegría en mi corazón!