(Minghui.org) Cuando conocí Falun Dafa, me acababa de jubilar, tenía 49 años. Me sentía realizada como mujer, como madre, como esposa y buena profesional.

Si había cumplido con lo que manda la sociedad y la familia, ¿por qué siempre tuve tantos problemas de salud desde mi adolescencia hasta la adultez? Tuve un cáncer muy agresivo a los 42 años, con dos operaciones y cuatro cicatrices de más de 20 cm de largo, entre otras enfermedades delicadas. Sufro de astigmatismo y miopía. Después casi me quedo totalmente ciega, pues toda mi vida sufrí de presión alta en los ojos que me perforó las 3 membranas del ojo izquierdo, quedándome con una visión casi nula en ese ojo. A la fecha solo veo con el ojo derecho, con un grado alto de miopía; pero leo, cocino, manejo y hago todo como si no tuviera ese problema de visión.

Así llegué a Falun Dafa, con yeli de enfermedad muy grande, además fumaba y tomaba alcohol en las fiestas, o sea, era una persona común y me consideraba muy normal. Creía que la venganza era solo justicia, o sea, ojo por ojo. Era egocéntrica, vanidosa, y mentía a menudo.

Cuando obtuve el Fa, leí en Zhuan Falun:

“…nosotros los humanos, en el proceso del xiulian, siendo personas que refinamos gong, los corazones que tenemos que abandonar son demasiados; el corazón de ostentar, el corazón de envidia, el corazón de contender, el corazón de exultación y muchos, muchos corazones de apego de toda clase tienen que ser eliminados. La pérdida de la que hablamos tiene un sentido amplio; a través del curso entero del xiulian debemos perder todas esas clases de apegos y todo tipo de deseos de la gente común”.

Encontrando mis apegos gradualmente

Cuando empecé a practicar Falun Dafa, pensé “¿Apegos, yo? ¿Cuáles? Si no tengo ni uno, ¡bueno, unos pocos!, Si el Maestro dice que los elimine, mañana mismo me los quito todos, al fin, no son muchos, rápido me limpio”.

Tengo 12 años en Falun Dafa y entre más me cultivo, más apegos descubro en mí. ¡Qué trabajo me está costando eliminarlos! Cuando creo que ya no tengo algún apego, vuelven, y cada vez identifico más y más apegos escondidos.

Shifu dijo:

“Por ejemplo, una botella llena de cosas sucias, cerrada con una tapa ajustada, al ser arrojada al agua se hunde inmediatamente hasta el fondo. Tú vuelcas las cosas sucias que tiene adentro y cuanto más vuelcas, tanto más alto flota la botella; al vaciarla por completo, la botella sube flotando completamente hasta la superficie del agua. En el proceso del xiulian, nosotros justamente tenemos que quitar toda clase de cosas no buenas guardadas en el cuerpo humano, sólo entonces se te puede hacer ascender, y esta característica del universo produce precisamente este tipo de efecto” (Zhuan Falun).

A través del estudio del Fa, tomé conciencia, además de todo tipo de apegos, de la retribución del yeli (karma) y entendí el por qué tengo tantas enfermedades.

Shifu dice:

“Aquí tampoco hablamos de curar enfermedades, sino que hablamos de reajustar los cuerpos de los estudiantes en forma integral, para que puedas refinar Gong” (Zhuan Falun).

Mi esposo también cambió

Al principio de mi cultivación, mi esposo no me apoyaba, se burlaba de mí y no me dejaba hacer el xiulian. Era muy agresivo y grosero.

Después de un año y medio, más o menos, él cambió, radicalmente. Ahora me apoya en todos los proyectos en los que he participado, tanto económicamente como personalmente, ayuda a montar y desmontar la Exposición Internacional “El Arte de Zhen-Shan-Ren, y trata con hospitalidad a los practicantes. Me di cuenta que esto era debido a la ayuda del Fashen de Shifu.

Shifu dice:

“Para aquel que se cultiva verdaderamente por su cuenta, al leer este Dafa tu cuerpo también es limpiado para ti, además el ambiente de tu casa también tiene que ser limpiado” (Zhuan Falun).

Asimilándome al Fa y cumpliendo con mis votos prehistóricos

Me he beneficiado tanto de Falun Dafa, incluyendo mi salud y mi familia armoniosa. En el pasado, no sabía estar sin problemas ni tribulaciones, y ahora solo estaba recibiendo tranquilidad, armonía, respeto, cariño. ¡Dafa me ha dado tanto!

A veces, he sentido que no soy digna de este Fa, porque había cometido tantos pecados y me faltaba la poderosa virtud que muestran los practicantes de Falun Dafa. Me pregunté: “¿Qué tengo que hacer para merecer este Fa, si todavía tengo que pagar deudas de ye?”. Todavía tenía malos pensamientos, malos hábitos, me di cuenta que no era buena cultivadora.

Un día, me dije: "Si no te sientes digna de Dafa, pues cumple con la promesa prehistórica que le hiciste a Shifu, ayuda a salvar a seres conscientes y asistir a Shifu en la rectificación del Fa. Los seres conscientes te están esperando”.

“Debes salir a aclarar la verdad, participar en tantos proyectos de Dafa como sea posible , manteniendo pensamientos rectos y salvando a los seres conscientes que te están esperando. Solo así podrás asimilarte a Dafa”.

Y así es, he participado en todo lo que he podido, con varios proyectos como la Exposición Internacional “El Arte de Zhen-Shan-Ren”, proyecciones de los documentales “China Libre” y he apoyado en la promoción de Shen Yun en México y algunas veces en Estados Unidos.

Bajo la protección de Shifu

Un día leí un correo de una practicante de Bélgica que pedía apoyo para unos jóvenes de Guatemala, quienes habían solicitado aprender Falun Dafa, y yo me ofrecí a ir.

Al llegar a la frontera, unas personas subieron mis maletas al bici-taxi. El chofer me dijo que no podía entrar a Guatemala a pie y me sacó de allí rápidamente, ignorando que le pedí repetidamente que se detenga. Después de unas 6 cuadras, se paró en unos cajeros automáticos y me dijo que sacara mi dinero.

Me quedé como paralizada y no sabía qué hacer. Mientras, llegaron otros dos hombres y el chofer les dijo: "No quiere sacar el dinero". Con voz intimidante, me dijeron: "Mejor sáquelo, señora, y ni intente pedir auxilio, nadie le va a ayudar. Aquí, estamos por encima de la ley. De todos modos, nos va a dar su dinero y después, nos la vamos a llevar".

Al escuchar eso, me aterró la expresión amenazadora en sus caras. Estaba toda temblando y, cuando iba a sacar mis tarjetas, llegó un coche negro y de ahí salió un hombre grande y fornido. Se acercó y les dijo serio, con una voz fuerte: ”¿Qué hacen?”. Respondieron, muy nerviosos: "Aquí, jefe, ya sabe, trabajando". Él les dijo: "Suban las maletas a mi coche y a ella también". Apelaron, pero bajo su mirada amenazante, le obedecieron. Me agarraron y me subieron a su coche.

Al arrancar el coche, me empezó un temblor fuerte e incontrolable, apenas pensando: “¿A dónde me iba a llevar?, ¿Qué me iba a hacer? y ¿Quién era?”. De repente, me habló con una voz suave y muy tranquila: "No tenga miedo, tranquila. Yo la voy a llevar”. Pensaba que quizás era un taxista. Continuó: “Lo que viene a hacer aquí es bueno”, y me preguntó a dónde quería ir.

Con voz temblorosa, le dije que había venido para enseñar los ejercicios de meditación Falun Dafa, pero que se me olvidó la dirección. Solo recordaba que me esperaban en la frontera de El Carmen.

Me dijo que estábamos en otra frontera, y que la frontera de El Carmen estaba a más de una hora de allí. Sugirió que llamara a las personas que me estaban esperando. Al tratar de comunicarme no pude, porque seguía temblando y luego me di cuenta que mi teléfono estaba bloqueado.

Muy amable, me prestó su celular me ayudó a hacer la llamada. Les dijo a los muchachos que estábamos en la otra frontera, que llegábamos como en una hora, más o menos. Me dijo que no me preocupara y que no me iba a lastimar.

Me pidió que le hablara sobre la disciplina de Falun Dafa. Yo pensé: ¿Cómo sabe que es una disciplina?”. Pero no le pregunté y empecé a presentarle la práctica.

El camino se me hizo muy corto. Sentí que habían transcurrido como 15 minutos. Cuando llegamos a la frontera de El Carmen, me preguntó si había visto a mis amigos. Sin pensar le dije “Sí”, pero en realidad no los conocía bien, pues solo los había visto en una foto.

Me bajé rápido, di unos pasos para identificarlos entre la gente. En ese instante, ellos sí me reconocieron por mi foto, se me acercaron y yo sentí que volvía a la vida al verlos.

Se atravesaron la avenida y los abracé. Les di las gracias por haberme esperado. Me preguntaron cómo había llegado allí y en dónde estaba el taxi. Al voltear, vi mis maletas en el suelo, pero el coche ya no estaba.

Les dije: “El coche estaba ahí. Era un taxi negro”. Me dijeron que, en Guatemala, no había servicio de taxis negros. Me quedé sorprendida. Les pregunté si no vieron el coche negro. Contestaron que solo me vieron a mí sola y a mis maletas detrás de mí.

Shifu dice:

“La deuda debe ser pagada, por eso algunas cosas peligrosas pueden ocurrir en el camino del xiulian”. […] “Sea que las encuentres o no, te aseguro que no correrás peligro alguno, esto te lo puedo garantizar”. […] “Mis Fashen te protegerán siempre hasta que puedas protegerte por ti mismo” (Zhuan Falun).

Shifu también dijo:

“Mis Fashen te protegerán siempre hasta que puedas protegerte por ti mismo” (Zhuan Falun).

“Mis raíces están todas atadas al universo, y quien pueda tocarte a ti, entonces puede tocarme a mí” (Zhuan Falun).

Me pregunto: ¿Quién era el conductor del coche negro? ¿Por qué los ladrones lo llamaron jefe? No estoy segura. Pero estoy segura de que fue Shifu quién me protegió del peligro.

Este es mi entendimiento personal. Por favor, señalen amablemente si hay algo que esté fuera del Fa.

(Presentado en el Fahui de México 2017)