(Minghui.org) Soy una practicante analfabeta de 49 años de una aldea agrícola. En los últimos 20 años, he experimentado muchos altibajos en la cultivación. Bajo la protección del Maestro Li, he superado sin peligro todos los obstáculos.

Dafa me salvó de la desesperación

Antes de cultivarme, sufría de artritis reumatoide, hernia de disco lumbar, enfermedad cardíaca y dolores de cabeza persistentes. También fui diagnosticada con cáncer cerebral. Para entonces, me encontraba con dificultades financieras y no pude pagar ningún tratamiento médico.

Más adelante, quedé postrada en cama sin esperanza alguna. Tanto mi familia como yo, estábamos contando los días que podían quedarme de vida.

Un día, mis hijos, de 7 y 9 años, me dijeron: "Mamá, muchas personas están practicando Falun Gong. Falun Gong es muy bueno. Le enseña a la gente a ser buena. También tiene poderes curativos. Es gratis. ¿Por qué no practicas con nosotros?”.

Entonces, un amigo vino a mi casa para introducirme a Falun Gong. Sentí que la cultivación era mi única esperanza. Con este pensamiento, me levanté de la cama e hice los ejercicios.

Mi esposo trajo el libro Zhuan Falun y me lo leyó cada día. Otro practicante también vino a enseñarme los ejercicios.

De las enseñanzas del Fa, entendí que el propósito de la vida es regresar al ser verdadero. Seguí los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia para ser una buena persona y mejorar mi xinxing. En menos de tres meses, todas mis dolencias desaparecieron. Me volví saludable y vital. Pude hacer tareas domésticas de nuevo. Lentamente, pude leer el libro sola.

Mis familiares estaban muy felices de ver los cambios en mi. Apoyaron mi cultivación, y toda la familia disfrutó de felicidad.

Cultivando firmemente en Dafa

La persecución a Falun Gong comenzó en 1999, poco después de convertirme en practicante. Las mentiras generalizadas difundidas por las estaciones de radio, las estaciones de televisión, los periódicos y las revistas estaban en todas partes. Muchos practicantes en consecuencia han sido arrestados, encarcelados y obligados a realizar trabajos forzados.

A pesar del terror rojo, no abandoné mi creencia y me cultivé firmemente en Dafa. Salí a contarle a la gente los hechos sobre Falun Gong y desenmascarar estas mentiras. Mi familia era frecuentemente amenazada y acosada por la policía local.

Mi esposo no pudo soportar la presión e intentó evitar que yo siguiera practicando, sin embargo no me di por vencida. Una vez, debido a la tensión acumulada me golpeó fuertemente en la nariz. Estuve sangrando a consecuencia de esto, pero no sentí dolor alguno. Sabía que Shifu estaba usando este incidente para eliminar mi yeli (karma) y mejorar mi xinxing.

En otra ocasión, cuando estaba leyendo un libro de Falun Gong, amenazó con cortarme la mano con un cuchillo de carnicero si continuaba con la práctica. No me moví por ello y la mano de mi marido que sostenía el cuchillo quedó paralizada en aquel instante.

Pude comprender la tremenda presión por la que estaba atravesando mi marido, y no tuve resentimiento hacia el. Nunca hubiera hecho esto sin la enorme presión ejercida por el terror rojo. Intenté calmarlo y consolarlo.

Milagro en el campo de arroz

Como dijo Shifu en Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin: "Soportados los sufrimientos en el mundo", mi esposo se fue de casa y mis dos hijos fueron llevados para hacer trabajos infantiles muy lejos en el periodo en el que me mantuvieron en un campo de trabajos forzados.

En el año 2008 fui liberada y me encontraba en una situación económica lamentable. Con la ayuda de amables agricultores, pude plantar arroz en mi terreno. A mediados de julio, en la temporada de más trabajo, fui arrestada nuevamente y llevada a un centro de lavado de cerebro por más de 40 días.

Cuando me liberaron, fui inmediatamente a supervisar mi cultivo. Mis plantas de arroz recién habían comenzado a florecer, mientras que otros arrozales ya estaban en sazón para ser cosechados. todo parecía indicar que no tendría buena cosecha.

Pensando en cómo podría sobrevivir en el futuro, no pude evitar estallar en lágrimas. Sin embargo tenía muy claro en mi mente, que sin importar lo difícil que fuera mi vida, no abandonaría la cultivación.

Cuatro días más tarde, salí al campo y quedé impactada por lo que vi. Delante de mí había grandes y pesadas partículas doradas por todo el campo. No podía creerlo. Me arrodillé con lágrimas en los ojos ante Shifu agradeciendo su protección y bendiciones.

Los aldeanos me preguntaron dónde compré las semillas de arroz. Les dije que usé el mismo tipo de semilla de arroz que ellos. Luego les conté sobre Falun Gong. Todos dijeron que fue realmente un milagro. Shifu me había bendecido.

Si es mío, no lo perderé

Mi esposo regresó a casa poco después de que fui liberada en 2008 del campo de trabajos forzados. Quería divorciarse y quedarse con la casa y el terreno, como únicas cosas materiales de valor que poseíamos. Recurrió a dos abogados y algunos aldeanos para ayudarlo.

En la audiencia, mi esposo citó mi cultivación como la razón para divorciarse. Insistió en que necesitaba renunciar a Dafa para evitar el divorcio.

Shifu nos enseñó:

"Entonces nosotros, los cultivadores, aún menos debemos comportarnos de este modo; nosotros los cultivadores hablamos de seguir el curso natural: si algo te pertenece, no lo pierdes, y si algo no es tuyo, no lo consigues por más que luches" (Zhuan Falun).

Dos compañeros practicantes enviaron pensamientos rectos mientras tanto. Estuve muy tranquila en el proceso, tan solo confiando en Shifu y Dafa.

En los juzgados alegué: "Antes de practicar, fui diagnosticada con cáncer cerebral terminal, sin embargo Falun Gong me salvó la vida. Tengo que hablarles al respecto", dije. "Toda la propaganda en los periódicos, la radio y la televisión sobre Falun Gong, son mentiras. La autoinmolación de la Plaza de Tiananmen fue una puesta en escena falsa. Falun Gong se ha extendido por más de 100 países en todo el mundo y ha sido bien aceptado en todos ellos. Solo en China es perseguido".

Agregué: "Sigo los principios de 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia' para ser una buena persona y cumplir con mi deber filial. He cuidado bien a mis suegros. Soy amable con todos. ¿Qué es lo que he hecho mal?".

Los abogados de mi esposo cambiaron su postura y respondieron: "Según la ley, la esposa tiene derecho a la mitad de los bienes".

Finalmente, recibí mi parte.

¡Puedo hablar mandarín!

Después del divorcio, fui a trabajar a un restaurante de la ciudad. Era un buen lugar para aclarar la verdad y salvar a la gente, pero la mayoría hablaba mandarín y yo solo podía hablar mi dialecto local. Estaba muy ansiosa.

Una noche, le pedí a Shifu en mi corazón que me permitiera hablar mandarín. Al día siguiente, pude comenzar a hablar despacio con la gente en mandarín. ¡Fue realmente un milagro!

Una vez, el dueño del restaurante dijo que leyó Zhen-Shan-Ren en el amuleto de Dafa que llevaba. Aproveché esta oportunidad para hablarle sobre Falun Gong. También le dije que frecuentemente recitaba "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" para ser salvado y bendecido. Muchos empleados y clientes también escucharon esto. No solo pidieron un amuleto sino que también renunciaron al partido comunista chino (PCCh).

Shifu arregló enviarme personas predestinadas. Antes de regresar a mi ciudad natal, había ayudado a más de 100 personas a renunciar al PCCh.

Pacientes bendecidos por Dafa

Un día salí a contarle a la gente los hechos sobre Falun Dafa. Mientras me preguntaba en qué dirección debía ir, sentí que mi cuello giraba a un lado impulsado por una fuerza invisible. Caminé en esa dirección para llegar a un hospital.

En el hospital, dos pacientes que resultaron heridos en un accidente de tráfico gemían de dolor. Caminé hacia ellos y les hablé sobre Falun Gong. Les conté que su dolor se mitigaría si recitaban sinceramente Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Después les di un amuleto de Dafa a cada uno.

Más tarde me contaron, que esos dos pacientes se durmieron mientras recitaban en voz alta esas palabras. Dijeron a los médicos que no sintieron dolor en esos momentos. Esta noticia se extendió rápidamente a otros pacientes.

Muchos pacientes vinieron a pedirme un amuleto y materiales informativos cuando volví al hospital el tercer día. También renunciaron al PCCh.

Visité el hospital unos días después. Ese grupo de pacientes ya había salido del hospital. Aclaré la verdad a dos enfermos insomnes que llevaban mucho tiempo en el hospital y les ayudé a renunciar al PCCh. Les di un amuleto y les dije que recitaran sinceramente los principios de Falun Gong. Salieron del hospital al día siguiente.