(Minghui.org) Tan pronto como mi esposa comenzó a practicar Falun Gong en 1996, se recuperó de todas sus enfermedades. También se deshizo de su mal temperamento y nuestro ambiente familiar se tornó más pacífico. Aunque yo no practico, también me beneficié mucho de la disciplina.

Dejando de fumar

En el invierno de 1998 mi negocio perdió una gran cantidad de dinero. Sufría de bronquitis y faringitis porque había sido un fumador empedernido por más de veinte años. Fumaba dos paquetes de cigarrillos al día.

Estaba muy angustiado y mi enfermedad empeoró. Tosía día y noche, y no podía acostarme para dormir debido a que la tos empeoraba. Viendo cómo sufría, mi esposa me pidió que deje de fumar.

Previamente varias veces había tratado de hacerlo, pero fallé. Entonces me instó a que aprendiera Falun Gong. Dijo que definitivamente sería capaz de renunciar al cigarrillo si aprendía la práctica.

Comencé a leer Zhuan Falun, el libro principal de la disciplina. En dos semanas, lo leí tres veces. En ese tiempo noté que había dejado de toser y mi fuerte resfrío se había ido. Tampoco tuve el deseo de fumar una vez que comencé a leerlo. Mi adicción de veinte años había desaparecido, así de fácil. ¡Gracias Maestro Li!

Cálculo renal desapareció

Aunque había leído Zhuan Falun y aprendido los ejercicios, no continué practicando y me convertí en simpatizante de Falun Gong. Un día en el verano de 2003, experimenté un dolor insoportable. No podía acostarme, sentarme ni pararme derecho. Solo podía doblar mi espalda y arrodillarme en la cama durante toda la noche mientras gemía de dolor.

Al día siguiente fui al hospital y me dijeron que tenía un gran cálculo renal que estaba obstruyendo el uréter. En ese tiempo el nosocomio carecía del equipo para tratarme, por lo que me dieron de alta.

Al día siguiente fui a otra institución. Mis hijos tuvieron que cargarme hasta adentro ya que el dolor no me permitía estar derecho o caminar.

Cuando estaba esperando para un ultrasonido, mi esposa habló con el médico sobre Falun Gong. Quedó sorprendido que ella aun practicara, y habló de la propaganda del régimen comunista chino sobre el incidente de La farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen, a pesar de haber sido desacreditada por un medio de comunicación de terceros. De hecho, se encontró que el episodio fue fabricado por el partido comunista para incitar el odio y la confusión contra Falun Gong.

Lo interrumpí y dije: “La farsa del incidente de la autoinmolación fue un engaño. Se montó para calumniar a Falun Gong. Los practicantes son buena gente. ¿Ha visto alguno que cometa suicidio y se prenda fuego? ¡Está mal que Jiang Zemin (el exlíder) y el partido comunista lo persiga!”.

Mientras yo hablaba, mi espalda sola se enderezó, y el terrible dolor que tenía allí y en mi barriga desapareció. El ultrasonido no mostró ningún cálculo. ¡Fue un milagro!

Grité: “¡Falun Dafa es grandioso! ¡El Maestro de Dafa me eliminó el cálculo!”. Varios doctores y enfermeras fueron testigo del acontecimiento. ¡Ahora le cuento a todo con el que me encuentro: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia no está equivocado y Falun Dafa es realmente maravilloso!”.

Apoyando a Falun Gong

La policía local y funcionarios de la oficina 610 a menudo nos acosaron y me pidieron que persuadiera a mi esposa para que deje de practicar. Y les dije: “No, no soy capaz de hacerlo, ni le pediré que se detenga. Ella practica Verdad-Benevolencia-Tolerancia y es una buena persona. De hecho, están equivocados. ¡Falun Gong es indudablemente muy bueno!”.

En noviembre de 2016 mis piernas y pies se inflamaron y no podía caminar. Tampoco podía dormir a causa del dolor. El médico dijo que gota y que no tenía cura. Me prescribió algo para aliviar el malestar y me envió a casa.

Tomé la medicina pero no hubo cambios. Luego dejé de hacerlo y comencé a recitar sinceramente: “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. A la mañana siguiente, mis piernas ya no estaban hinchadas y tenía solo un poquito de dolor en el pie, en el estómago y en la espalda.

Mi esposa me preguntó si podía manejar y llevarla a recoger unas cajas de calendarios de Dafa de la casa de alguien. Le respondí: “Sí, por supuesto. Mira, la inflamación se ha ido”. En el camino, repetidamente recité: “Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”.

Esa noche con mi esposa, miré completo el devedé de la conferencia del Maestro a los practicantes australianos. Apagué la computadora y me di cuenta que ya no me dolía el pie, el estómago ni la espalda.

Desde mi propia experiencia, deseo contarle a todos: “¡Falun Dafa es bueno y sinceramente lo apoyo!”.