(Minghui.org) Una anciana de 62 años, que permanece encarcelada por su fe, le encarga a una reclusa, que iba a ser puesta en libertad, que presente una querella criminal contra el exdictador chino Jiang Zemin, en su nombre.

La Sra. Zhang Wei, una vecina de la ciudad de Jilin, provincia de Jilin, fue arrestada por última vez el 24 de diciembre de 2013, por negarse a renunciar a Falun Gong, una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Fue condenada a 7 años de cárcel en 2014, que ordenaron que cumpliera en la cárcel de mujeres de la provincia de Jilin.

No es la primera vez que ha sido objeto de ataques por su fe. Desde que Jiang Zemin lanzó su campaña nacional contra Falun Gong, se ha visto sometida a numerosos arrestos y detenciones.

Su último encarcelamiento estuvo acompañado por varias formas de vejación y torturas a manos de los guardias de la prisión. Introducían cigarrillos encendidos en sus fosas nasales y la obligaban a tragar aceite de mostaza picante. También la forzaron a ver vídeos pornográficos. Recientemente sufrió una hernia discal y no puede caminar sola.

La Sra. Zhang ha demandado a Jiang por iniciar la persecución a Falun Gong, a pesar de permanecer encarcelada y sufrir torturas.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.

La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano extralegal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el exdictador.

Según la nueva política que entró en vigencia el 1 de mayo de 2015, el tribunal popular supremo de China declaró que queda garantizado el registro y procesamiento de todas las querellas que se presenten.