(Minghui.org) Practico Falun Dafa desde hace más de 20 años. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias superando tribulaciones.

Mi madre es practicante de Falun Dafa, y hace diez años, de repente comenzó a sudar profusamente. Tuvo náuseas y debilidad extrema, síntomas similares a los de un ataque al corazón. Su estado conmocionó a mi padre hasta las lágrimas.

En una ocasión, ayudándole a acostarse, de repente me di cuenta que las fuerzas del mal estaban usando a mi madre para ponerme a prueba. Rechacé firmemente su arreglo y le dije: "Somos practicantes de Falun Dafa. Shifu ya limpió nuestros cuerpos y no deberíamos considerar esto como la gente común".

Mi madre asintió con la cabeza y continué alentándola con pensamientos rectos. En cinco minutos, se sentó exclamando: “ya estoy bien”. Tanto mi padre como yo nos maravillamos del increíble poder de Dafa.

A partir de este incidente, entendí lo importante que es para los practicantes eliminar el miedo y poner toda la confianza en Shifu y en el Fa.

En 2006, sufrí un dolor repentino y severo en un costado. Incapaz de estar de pie, tuve que permanecer en cama. Aunque los compañeros practicantes enviaron pensamientos rectos conmigo, mi condición continuó empeorando hasta que quedé casi inmóvil.

La imagen de mi esposo e hijo haciendo las tareas domésticas me sorprendió al despertarme. "Soy una practicante de Dafa. ¿Cómo puedo continuar en cama aceptando el sufrimiento de una enfermedad como una persona común?".

Aprovechando el hecho de que no había nadie en casa, me obligué a ponerme en pie y fui a hacer la colada, forzándome a ignorar el dolor mientras frotaba vigorosamente la ropa en la tabla de lavar. En unos minutos, el dolor en mi costado desapareció y supe que había superado otra tribulación.

Cuando fui perseguida por mi creencia en Dafa, estuve en prisión durante un período. Después de mi liberación, a finales del 2012, comencé a experimentar dolor intenso y un deseo de orinar constante. Pude observar que en la orina había sangre. El hospital de mi localidad realizó algunas pruebas y descubrió que mi orina contenía niveles altos de glóbulos rojos y glóbulos blancos. El médico de la consulta se desconcertó tanto que me pidió ponerme en manos de un especialista.

Entonces dije en mi mente: “un practicante no debe tener enfermedades, tengo que creer más en Shifu y en el Fa”. Mis síntomas no mostraron signos de mejora por ello y me pregunté: "¿Tengo en verdad fe completa en Shifu y Dafa?".

Comencé a buscar dentro y descubrí que la duda aún existía en mi corazón. Temía que mi condición empeorara y esperaba una recuperación milagrosa. Sin embargo, la comprensión adicional de que las fuerzas del mal estaban intentando desviarme con esta tribulación, reforzó mis pensamientos rectos y mi creencia en Dafa. En dos horas, mis síntomas desaparecieron asombrosamente, para sorpresa y alivio de mi familia.

En 2016, tuve inesperadamente, vértigos, mareos, fiebre y náuseas. La incomodidad y debilidad impidieron levantarme de la cama. Sabía que esta era una tribulación establecida por las fuerzas del mal. Envié pensamientos rectos cada hora y recité el Fa en mi mente sin parar. Cada vez que experimentaba momentos de desaliento, depresión o desesperanza, recitaba el Fa para reforzar mi fe y evitar estos pensamientos negativos.

Me recuperé en tres días. Con esta experiencia, aprendí que en tanto y en cuanto mantengamos nuestra fe firme en Shifu, seremos capaces de superar cualquier tribulación.

Ahondando más después de mi recuperación, me di cuenta de que el mal se había aprovechado de mis apegos para crear esta tribulación. Era debido a mi preocupación por mis tareas diarias, que había descuidado el estudio del Fa. Por orgullo y ostentación, comencé a menospreciar a los compañeros practicantes. Perseguí una vida sencilla evitando complicaciones. Fui incapaz de soltar los apegos afectivos hacia mi hijo, y con resentimientos exigí compensaciones cuando otras personas intentaron lastimarlo. Mis acciones eran impropias de una practicante de Dafa.

Hace un mes, visité a una practicante que acababa de salir del hospital. Me comentó que le habían diagnosticado cáncer, lo que le causaba mucha incomodidad, incontinencia y dolor. Me dijo: "Pensé que podría tratarme en el hospital y tras recuperarme seguir con la cultivación. Mi nivel de comprensión no es bueno. ¿Todavía podré seguir a Shifu de regreso casa?”.

Los compañeros practicantes comenzaron a visitarla para estudiar el Fa junto a ella. Pronto, fue capaz de sentarse sin ayuda, leer el Fa y enviar pensamientos rectos.

Este incidente me recordó la importancia de mantener constantes pensamientos rectos, especialmente cuando se ayuda a otros practicantes a superar tribulaciones.

Frente a la persecución y a diferentes tribulaciones arregladas por las fuerzas del mal, es importante para nosotros ver las cosas desde el Fa, tener pensamientos rectos, rechazar sus arreglos, y poner nuestra confianza en Shifu y Dafa.