(Minghui.org) Sentí una punzada de miedo cuando leí en la web que los practicantes de las provincias de Shandong y Liaoning fueron acosados por la policía local y los agentes comunitarios debido a la campaña de "llamar de puerta en puerta". He sido el blanco de los agentes locales en el pasado.

El 15 de agosto tres oficiales de la policía local llamaron a mi puerta. "¿Es usted la Sra. tal y tal?", me preguntó un oficial mayor de 50 años con una sonrisa. Al que acompañaban dos oficiales más jóvenes de unos 20 años. Le respondí amablemente con un "sí" y él me dijo que venía de la comisaría.

Los invité a entrar y les dije cortésmente que se sentaran en el sofá. El más mayor me pidió mi número de teléfono. Dije que no tenía número. No había razón para que tuviera un teléfono. La policía me había estado vigilando y acosado durante muchos años. Me preguntaron si seguía practicando. En ese momento dejé de responder directamente a sus preguntas y empecé a charlar con ellos.

Ya sea que haga los ejercicios o no, no es asunto de ellos, ya que no sentí la necesidad de decírselo. Solo Shifu decide lo que debo hacer. Empecé a contarles acerca de mi vida cómo necesitaba cuidar a mi hijo y a los ancianos de mi familia. Les conté cómo fui vigilada por la compañía donde trabajaba.

Un colega vino a mi casa para ver cómo estaba y se los presenté. El yerno de esta persona me había golpeado con su vehículo el día anterior mientras yo andaba en bicicleta. Le dije que estaba bien y que estaría bien.

Me pidió que fuera al hospital para hacerme un examen. Le dije que tenía un ligero dolor en el brazo y un pequeño corte en la pierna. No había necesidad de gastar dinero en el hospital, estaría bien en unos días.

También les conté cómo un taxi chocó con mi coche eléctrico hace un tiempo. Mi rodilla y mi mano estaban sangrando levemente y mi cuello tenía un pequeño corte. El conductor estaba asustado y quería llevarme al hospital. Le dije que solo necesitaba descansar un poco que me ayudara a sentarme en la acera y que estaría bien.

El conductor estaba agradecido conmigo. Dijo que cualquier otra persona le habría sacado mucho dinero. Le pedí que recordara que Falun Dafa es bueno. Que puede salvar tu vida cuando ocurren desastres.

También les conté cómo en 2002 la policía me había golpeado hasta dejarme inconsciente. Había perdido la audición por un tiempo prolongado, mi espalda estaba lesionada y mis brazos y piernas hinchados y magullados. El nervio en la mitad de la espalda estaba dañado impidiéndome hacer muchas tareas domésticas, aún hoy todavía no me encuentro recuperada completamente de las lesionas.

Hablé con la policía como si fuéramos viejos amigos. Les dije que ellos también son personas bendecidas. Las personas inteligentes tienen sabiduría y así se lo dije a ellos, de lo contrario no podrían hacer su trabajo. Pero deben recordar portarse bien con los practicantes y ser justos en el trabajo. No deben seguir las órdenes de sus superiores y hacer cosas malas contra Dafa y convertirse en chivos expiatorios del el exlíder Jiang Zemin, quién comenzó la persecución de Falun Gong.

Todos sonrieron. Parecían estar impresionados por mis experiencias y entendían que los practicantes de Falun Dafa son siempre amables y considerados hacia los demás.

Nada más se habló y se marcharon.