(Minghui.org) Un amigo nuestro, que es abogado, nos invitó, a mi marido y a mí, a cenar en un hotel de lujo. También invitó a otras personas: Un abogado, un subdirector de la oficina local de asuntos legales, una fiscal, un director de sección de la oficina de justicia y un subdirector de una compañía.

Cuando llegó el tiempo de encargar las bebidas, pedí un refresco. Mi marido les contó a todos los que se encontraban sentados en aquella mesa que no bebía alcohol porque practicaba Falun Dafa.

Antes de que pudiera hablarles de la práctica, un alto directivo de la oficina tributaria estatal de nuestra localidad se acercó a nuestra mesa. A mi marido le sorprendió que nos conociéramos.

Sometidos a la investigación de la oficina tributaria estatal

Un día de 1999, seis funcionarios del equipo de inspección de la oficina tributaria estatal se presentaron en el hospital donde trabajábamos el Dr. Wang y yo, con el objetivo de investigarnos. Se proponían averiguar de dónde había salido el dinero para alquilar el sitio donde tuvo lugar la Conferencia de Intercambio de Experiencias de Falun Dafa de 1998.

El doctor Wang era el director voluntario de nuestro centro de asistencia de Falun Dafa local.

Le expliqué al equipo de inspección que cuando quise donar 1.500 yuanes para contribuir a pagar dicho alquiler, el doctor Wang me dijo que alguien ya lo había pagado.

También les conté que había abonado 160 yuanes, en un par de ocasiones, en concepto de tarifas de aparcamiento junto a otro lugar que alquilamos para enseñar a la gente los ejercicios de Falun Dafa. Les comenté: “Los practicantes siempre enseñan los ejercicios gratuitamente. No permitimos que se cobre en ninguna de nuestras actividades”.

El alto ejecutivo mencionó que había sido el propio doctor Wang el que había pagado el alquiler del sitio donde se celebró la conferencia. Acto seguido, se disculpó sinceramente por tener que proseguir con su investigación.

Le respondí: “La investigación ha revelado el hecho de que todo el dinero que abonan los practicantes de Falun Dafa sale de sus propios bolsillos. ¡Es bueno que haya descubierto la verdad!”.

Aclarando la verdad abiertamente

Todos los invitados me conocían porque los había tratado tanto a ellos como a sus familiares. Así que les compartí cómo seguía los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi trabajo y cuando trataba a los pacientes. Había dejado de aceptar tanto los regalos y el dinero de los pacientes, como las comisiones de las compañías farmaceúticas.

Les dije: “Por favor, recuerden que: 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. No obedezcan al partido comunista que persigue a los practicantes de Falun Dafa, y su bondad se verá recompensada con bendiciones. En la actualidad, incluso muchos abogados ya han dado un paso al frente para defender a los practicantes”.

De camino al baño, conversé con la fiscal. Reconoció que 'Falun Dafa es bueno', pero no quiso renunciar al partido comunista chino.

Después aclaré la verdad, aún más en profundidad, al alto directivo y a uno de los subdirectores, y decidieron renunciar al partido, e incluso, tomaron materiales informativos sobre Dafa.