(Minghui.org) Esta mañana a las 11:00 a. m., vi a un cuadro de la aldea que dirigía a tres oficiales de policía uniformados caminando hacia mí, mientras cortaba el césped en un campo cercano a mi casa. En ese momento me tomó desprevenido, pero rápidamente logré calmarme.

Envié fuertes pensamientos rectos y pedí al Maestro que me fortaleciera. Pensaba que soy un dios tan alto como el cielo e incomparablemente noble, con un cuerpo infinito, inmenso y capaz de destruir al mal en el universo.

Uno de los oficiales me preguntó el nombre y si todavía practicaba Falun Dafa. Me pidieron que firmara un formulario si aún lo hacía. Inmediatamente recordé que el Maestro nos pidió que no cooperáramos con ninguno de los malvados arreglos de las viejas fuerzas. Sentí que no debía responder directamente la pregunta del policía.

Con amabilidad y tranquilidad les manifesté: “Pienso que saben tan bien como yo que Falun Dafa es el Fo Fa del universo y enseña los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Hay personas en más de cien países y áreas en el mundo practicando Falun Dafa. No solo purifica el pensamiento de la gente, sino también es muy efectivo en curar enfermedades y mantener la salud. Comencé a practicar  en los noventa y he estado muy saludable, sin necesidad de medicinas por más de veinte años”.

Los oficiales preguntaron si podían tomarme una fotografía en mi casa. Pregunté a qué se debía y si era necesario. Respondió: “No importa. Está bien. Solo queremos saber si aun está practicando Falun Dafa”.

Caminaban hacia mi casa en la granja mientras hablaban. Cuando vieron un cuadro de aclaración de la verdad sobre la puerta preguntaron si eso estaba relacionado con Falun Dafa. Entonces les conté: “Alguien me lo dio cuando iba al mercado. Lo coloqué sobre mi puerta para que quien venga a mi hogar sepa que Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno, y Falun Dafa es bueno”.

Y continué: “¿Este país y el partido comunista están temerosos de tener tanta gente buena? Aquellos que practican Verdad-Benevolencia-Tolerancia son todas buenas personas. ¿No es mejor tener más y más gente buena en el mundo?”. Finalmente me dijeron: “Por favor, continúe con su trabajo. Hemos terminado”.

Después de dar algunos pasos, el oficial que hizo la mayoría de las preguntas giró su cabeza y expresó en voz alta: “Por favor dele mis mejores saludos a su Maestro Li Hongzhi”.

Y le respondí: “Bien, lo haré. Muchas gracias por tener ese corazón”.