(Minghui.org) El Maestro nos enseñó:

“Estudiar el Fa juntos es algo dejado por mí a todos, refinar el gong juntos es algo dejado por mí; excepto en la situación donde la persecución es extremadamente severa, todas las regiones afuera de China continental tienen que hacerlo de esta manera. No hay razón para no hacerlo, esto está relacionado con el asunto de la gente del futuro obteniendo el Fa y haciendo el xiulian, por eso, no se puede no tener refinamiento del gong y estudio del Fa” (Fahui de Nueva York 2016).

Empecé a practicar Falun Dafa en 1996, pero hasta 1999 no me uní a los grupos de refinamiento de gong y de estudio del Fa. En cuanto dio comienzo la persecución, perdí ambos ambientes. He practicado Dafa durante 21 años, y durante todo este tiempo he experimentado situaciones de todo tipo, tanto tranquilas como aterradoras. Sin embargo, nunca albergué ni la más mínima duda sobre lo que representa Dafa.

A pesar de la persecución que tuvo lugar en julio de 1999, continué estudiando Dafa y mirando hacia dentro para eliminar cualquier pensamiento que no se alineara con Dafa. Cuando tuve la oportunidad de unirme al estudio grupal del Fa, mis compañeros practicantes me ayudaron a corregir algunos comportamientos porque no estaba mostrando el debido respeto hacia el Fa y el Maestro. También contribuyeron a que identificara y eliminara varios apegos humanos.

Aprendiendo a respetar al Maestro y al Fa

Desde la infancia, mantengo el hábito de leer en la cama, o tumbada en el sofá. Cuando comenzó la persecución, dejé el grupo de estudio del Fa y empecé a visitar la casa de un practicante veterano, para leer los nuevos artículos y conferencias del Maestro. Me volví a unir al grupo de estudio del Fa en agosto de 2016. Pero, en menos de un mes, el coordinador del grupo vendió aquella propiedad, y tuve que volver a estudiar el Fa por mi cuenta.

Esperaba poder unirme a algún grupo de estudio. Pensaba en ello todos los días. En marzo de 2017, se me presentó la oportunidad de unirme a un grupo de estudio, después de que una practicante le ofreciera a mi sobrina un amuleto de Falun Dafa en la calle. Como tenía que cuidar de mi sobrina, había dejado de leer los libros del Maestro y solo escuchaba las audio conferencias. Así que cuando llegó el momento de leer el Fa junto a los compañeros practicantes, no fui capaz de leer con fluidez, ni de mantener mis piernas cruzadas por mucho tiempo. Cuando algunos me señalaron aquellas deficiencias, puse manos a la obra. Todos los días leíamos tres lecciones. Casi todos podían cruzar sus piernas mientras sostenían el libro con ambas manos. Sentí admiración y decidí ponerme al día.

Cuando comenté la admiración que sentía, uno de los compañeros practicantes me recordó, con franqueza, lo que el Maestro nos había enseñado:

“Sentarse con las piernas cruzadas disuelve el ye, templa la mente y la voluntad, trabaja vigorosamente el cuerpo...”(Exponiendo el Fa en el Fahui para asistentes en Changchun 1994) [traducción provisional].

El Maestro dijo también:

“Cruzar las piernas cuando estás leyendo el libro, primero, te permite practicar el cruzar más las piernas; y segundo, contará como hacer el ejercicio. Esto es muy bueno” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Houston).

Al escuchar esto, fue como si recibiera un impacto en lo más profundo de mi corazón. Después de comprender este principio, empecé a persistir en mantener las piernas cruzadas y en sostener el libro con ambas manos. Conseguí llegar a estudiar en esta postura durante una hora, lo cual me permitió incrementar y fortalecer mi resistencia.

El estudio del Fa en grupo fortalece mis pensamientos rectos y mi benevolencia

Cuando llevaba algunos meses asistiendo al grupo de estudio, se me presentaron varias pruebas. La primera fue la hospitalización de mi padre debido a un infarto cerebral. Más tarde le diagnosticaron cáncer de colon, así que se fijó fecha para operarlo. Me encontraba muy ocupada lidiando con estos asuntos y no tenía tiempo para asistir al estudio ni a los ejercicios en grupo. Además, mi sobrina requería muchos cuidados ya que todavía no había cumplido los 3 años. Enviaba pensamientos rectos muy pocas veces, y mi cuerpo sufría la persecución de las viejas fuerzas. Después de trabajar durante todo el día, me sentía agotada. Mi sobrina me acompañaba a todas partes las 24 horas del día. A veces, mi nuera y mi hijo, que vivían conmigo, ni siquiera pasaban a verla cuando llegaban del trabajo.

En el estudio del Fa grupal leí que el Maestro decía: “¿Acaso esto no viene a atormentarte?” (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Inmediatamente llamé a mi hijo y le pedí que se mudaran a otra casa. Sentí que debía concentrarme en mi cultivación. En cuanto mis pensamientos rectos emergieron, todo se volvió brillante. De repente, podía enviar pensamientos rectos en los horarios globales y hacer los ejercicios. Debo dedicar la mayor cantidad de tiempo posible a cultivarme.

Encontrando apegos profundamente enterrados durante el estudio del Fa grupal

A través del estudio del Fa, comprendí que lo que hacen y dicen los demás es un reflejo de mis pensamientos y apegos internos, es como si se tratara de un espejo. Cuando estudiamos juntos y compartimos, muchos apegos humanos pueden aflorar. Por ejemplo, cuando alguien se encontraba en apuros, le ofrecía mi ayuda de forma entusiasta. En una ocasión, la persona a la que intentaba ayudar me dijo que mi manera de ayudar no era la adecuada. Me sentí realmente mal.

En el grupo, señalé una deficiencia a una practicante, cara a cara, y se molestó. Me echó de su casa y no me permitió volver a estudiar el Fa con el grupo. Le dije que no se estaba cultivando verdaderamente porque no estaba siendo honesta, benevolente, ni tolerante, y que estaba profundamente envenenada por la cultura del partido comunista chino (PCCh). Cuando le pedí que distinguiera si era su yo verdadero o su yo falso el que hablaba, dejó de llorar y gritar. Por mi parte, me sirvió para descubrir muchos de mis apegos (envidia, el corazón de mostrarme, el miedo a ser criticada por los demás, miedo a estar mal vista, y otros). Con tal cantidad de apegos, ¿cómo podría regresar a casa con el Maestro?

Después de aquello, empecé a cruzar mis piernas cada vez que estudiaba el Fa. En cuanto comprendí una capa de los principios del Fa, mi cuerpo experimentó una sacudida. Como continué estudiando, continué experimentando sacudidas. Mi cuerpo y mi estado mental cambiaron mucho e incluso mis compañeros practicantes dijeron que el estado de mi cultivación mejoraba muy rápidamente.

Durante los estudios en grupo, intercambiamos mucho sobre las experiencias de cultivación que se publican en Minghui. ¡No puedo aflojar y debo hacer bien las tres cosas! Estoy agradecida a nuestro Gran Maestro por ofrecernos a los discípulos un ambiente como el de los estudios del Fa grupal. ¡Agradezco al Maestro que nos salve!