(Minghui.org) La Sra. Wang Jing fue torturada durante los ocho meses de detención que sirvió por negarse a renunciar a su creencia en Falun Gong, una práctica espiritual perseguida en China desde 1999.

Durante la detención, su condición física se deterioró y la mudaron a una unidad de cuidados intensivos. A pesar de su precaria condición de salud, la corte local decidió juzgarla ilegalmente con la excusa de promover un culto.

La Sra. Wang, de 63 años de edad, de la ciudad de Qitaihe, Heilongjiang, fue arrestada el 8 de mayo de 2016, y llevada a un centro de detenciones. La alimentaron por la fuerza y abusaron mentalmente de ella, lo cual causó que su salud se deteriorara.

Irregularidades antes del juicio

Su familia y abogados, preocupados por su salud, exigieron que no la juzgaran. Lograron cancelar el juicio establecido para el 1 de diciembre de 2016, pero luego la corte lo movió al 6 de enero de 2017.

La corte se negó a procesar la petición de los abogados para que se le permitiera libertad condicional para tratamiento médico y no les permitieron revisar los papeles del caso de su cliente. Las autoridades del centro de detenciones tampoco le permitieron a los abogados discutir el caso con su cliente.

La corte movió el juicio al centro de detenciones a causa de las protestas de la familia y abogados. El día del juicio, la Sra .Wang estaba en silla de ruedas, tenía síntomas de alta tensión y dificultades para hablar.

Dos días antes de su juicio el 4 de enero, el sub-jefe del centro de detenciones habló con el hijo se la Sra. Wang. Dijo que la pondrían bajo libertad condicional si ella y sus abogados no desafiaban a los oficiales de la corte durante el juicio. Si hacían lo contrario, la sentenciarían a tres años en prisión. Él rechazó la oferta.

El sub-jefe continuó presionando al hijo, exigiendo que le pidiera a su madre que admitiera su culpa, y luego dijo que la liberarían inmediatamente después del juicio. Pero se negó nuevamente a aceptar la oferta.

Abogado es obstruido varias veces

A la Sra. Wang no la incluyeron en una reunión antes del juicio que ocurrió un día antes del juicio porque estaba en la unidad de cuidados intensivos. Así que no pudo revisar o cuestionar la evidencia.

Su abogado exigió verla. El juez se negó, diciendo que no sería posible a menos que las agencias que supervisaban el caso accedieran. En el hospital, le dijeron que necesitaba aprobación de siete agencias del gobierno para poder verla.

Cuando finalmente se reunió con ella, se dio cuenta que estaba encadenada a la cama y se veía raquítica. Casi no podía hablar y parecía tener problemas para respirar. No le contaron sobre el juicio del 6 de enero.

El abogado le dijo a la corte que debido a su pobre condición de salud, no podía ser juzgada. La corte se negó a hacer algo al respecto, pero accedió a revisar su condición de salud el día del juicio.

La familia intentó verla. Un guardia exigió que la visita fuera aprobada por las autoridades del centro de detenciones. Dijo que la Sra. Wang tenía muy buena salud. Amenazó con arrestarles si entraban al hospital de la prisión sin aprobación previa.

Les informaron que sólo dos familiares podrían asistir al juicio, el cual se realizaría en el centro de detenciones.

Preparaciones para el juicio

El día del juicio, la familia de la Sra. Wang y los abogados llegaron temprano al centro de detenciones. Primero, dos guardias de seguridad los monitorearon, quienes fueron luego reemplazados por dos policías armados.

Los abogados se negaron a pasar por el chequeo de seguridad antes de entrar al centro de detenciones. Dijeron que tenían los mismos derechos legales que los fiscales, quienes no necesitaban ser registrados. Al final los dos fiscales tuvieron también que pasar por un chequeo de seguridad.

Durante el juicio, a la familia le prohibieron sentarse detrás de la Sra. Wang.

La Sra. Wang estaba vestida con pijama rosado. Estaba raquítica, tenía problemas para respirar, y no estaba completamente consciente. La corte la sacó de la unidad de cuidados intensivos para llevarla al juicio, donde no había ningun médico o profesional de la salud monitoreando su condición.

Se abre la sesión en el centro de detenciones

Cuando el abogado le dijo al juez Zhou Ludi que la Sra. Wang no podía ser juzgada, Zhou respondió que este asunto no estaba siendo considerado. Zhou le pidió a la Sra. Wang si podía ser juzgada. La Sra. Wang respondió en una voz débil que no podía escucharle.

El fiscal Li Dayu ordenó que el juicio continuara. El juez le pidió a la Sra. Wang que admitiera a los crímenes de los que la habían acusado, lo cual no hizo. Cuando la Sra. Wang tenía alguna objeción, el juez o fiscal la interrumpían, intentaban confundirla y le exigían que hablara poco.

Su abogado tuvo objeciones sobre la evidencia presentada. Dijo que la evidencia no probaba que la Sra. Wang tenía los medios para producir materiales informativos de Falun Gong, ni que ella promovía Falun Gong. Finalmente, la declaración del fiscal no estaba firmada.

Terminó su argumento diciendo que no hay ley en China que estipule que Falun Gong es un culto.

Luego de que terminara el juicio, la Sra. Wang se negó a firmar la transcripción del juicio. La llevaron de regreso al hospital sin haber hablado con su abogado o hijo.